Las últimas tormentas en Cuenca y Albacete afectan a cultivos de parcelas concretas, pero falta evaluar daños

Las tormentas de agua y granizo registradas en las últimas horas en las provincias de Cuenca y Albacete ha afectado a diversos cultivos de parcelas muy concretas y aunque todavía no se han podido evaluar los daños parece que no son muy "significativos".

En el caso de Cuenca, las tormentas registradas en la zona centro de la provincia fueron muy significativas en la Serranía Baja y Manchuela, donde, además del fuerte viento, las lluvias dejaron hasta 25 litros por metro cuadrado en sólo 15 minutos en localidades como Motilla del Palancar, Pajarón o Valera de Abajo, entre otros.

La piedra cayó con fuerza en diversos puntos, aunque no provocó daños generalizados en los cultivos, si bien sí que se ha visto afectadas parcelas de girasol en Pajarón o Valverde de Júcar.

En la zona de Quintanar del Rey cayó piedra, pero principalmente en el casco urbano, mientras que en Graja de Iniesta las trombas de agua anegaron parcelas pero no provocaron daños más allá del barro que retrasará unos días la vendimia de las variedades más tempranas.

En puntos de Casas de Haro también se ha visto afectadas parcelas de almendro y olivar.

Por su parte, en la provincia de Albacete la tormenta registrada en la tarde-noche del lunes descargó fundamentalmente agua y algo de granizo que ha afectado a unas 1.000 hectáreas de la zona de Cenizate y Fuentealbilla, cuyos daños aún no se han evaluado.

El presidente de la Denominación de Origen (DO) 'La Manchuela', Juan Miguel Cebrián, ha explicado a Efe que "de momento" los daños no parecen cuantiosos, aunque los efectos de la tormenta no se podrán comprobar con exactitud hasta el próximo año, que "se verá si el granizo ha afectado a la planta y a las yemas de los sarmientos" en función de su producción.

"Si la piedra ha marcado la madera, las plantas afectadas no producirán en la próxima campaña de vendimia", ha subrayado.

En Almansa, las fuertes precipitaciones de anoche han anegado explotaciones y arrastrado tierras de parcelas de viñedo y hortalizas, fundamentalmente, aunque también se han visto afectadas zonas muy localizadas de almendro y olivar.

Pese a que en un principio se temía que los daños fueran cuantiosos, según los agricultores consultados por Efe no parecen "importantes", aunque retrasarán aún más el inicio de la vendimia.