Distribución y transporte

Las claves del descalabro de DIA, que dice adiós al IBEX seis años después

viernes, 21 de diciembre de 2018


Logo DIA (Imagen Twitter DIA)


La cadena de supermercados DIA ha cotidado por última vez en el IBEX 35, seis años y medio después de entrar en el principal selectivo español y cuando la compañía vive uno de los momentos más delicados de su historia.


El grupo, que cumple 40 años de vida en 2019, se estrenó en bolsa en julio de 2011 y seis meses después pasó al IBEX 35, donde arrancó en el entorno de los 3,5 euros.


Hoy ha dicho adiós al índice en los 38 céntimos, lo que supone una subida del 5,49 %, la mayor del IBEX hoy, pero realmente muy lejos de los más de 7,5 euros a los que llegó a cotizar en sus mejores momentos en el parqué, en abril de 2015.


La caída en picado de su valor durante los últimos dos meses ha provocado su salida del selectivo, con su acción sometida a una intensa presión por las dudas que existen sobre la compañía, con una posible falta de liquidez a corto plazo como factor más acuciante.


"Al salir del IBEX va a dejar de estar un poco bajo el radar de analistas, gestores y medios, y eso podría beneficiar a DIA, aunque hasta que no resuelva sus problemas vamos a seguir viendo volatilidad", pronostica en declaraciones a Efeagro la analista de Renta4 Ana Gómez.


El desplome bursátil que ha sufrido la empresa se ha agudizado desde que a mediados de octubre empeorara sus previsiones de crecimiento para 2018 y realizara ajustes en sus cuentas de 2017, lo que sembró dudas sobre la labor del anterior equipo gestor.


En el último año, DIA acumula una pérdida de cuota de mercado de 8 décimas en España -es la tercera por detrás de Mercadona y Carrefour, y aglutina el 7,4 % de las ventas-, una bajada que, sin embargo, no justifica la magnitud de su bajada en el parqué.


También le afectaron la ruptura de un acuerdo con Eroski para hacer compras conjuntas -y lograr mejores precios con proveedores-, los problemas cambiarios en Argentina o las huelgas en Brasil, los dos mercados extranjeros junto a Portugal donde tiene actividad.


Históricamente, DIA había presentado márgenes de rentabilidad por encima de la media del sector, tanto español como europeo, pero ahora trabaja en reestructurar su organización, basada en diferentes enseñas (La Plaza, Max Descuento, Maxi, Clarel y DIA & Go) y no en una única marca.


"El deterioro va más allá de la pérdida de ventas", confirma la analista Ana Gómez, quien apunta a las negativas expectativas para su negocio como factor fundamental de este descalabro.


Actualmente, la falta de liquidez figura como la preocupación número uno de la firma, tal y como ya han apuntado las agencias Moody's y Standard & Poor's.


Mientras la compañía habla oficialmente de que prevé llegar "próximamente" a un acuerdo con la banca acreedora para refinanciar su deuda y alargar vencimientos más allá de 2019, fuentes del mercado apuntan que lo más urgente es que la compañía consiga 200 millones de euros en líneas de crédito a proveedores.


Otro frente clave es un préstamo sindicado por 525 millones de euros concedido por doce entidades que DIA tendría que devolver si a cierre de 2018 su deuda es 3,5 veces superior a su Ebitda, un ratio que actualmente corre riesgo de incumplir, según analistas.


En este contexto, la compañía ha anunciado que estudia lanzar una ampliación de capital de al menos 600 millones de euros, mientras prepara un nuevo plan estratégico que incluye la venta de tiendas pero del que todavía se desconoce su alcance.


A todo ello se suma las dudas sobre los planes de su mayor accionista, el multimillonario ruso Mijaíl Fridman, quien esta semana hizo patente su desacuerdo con el rumbo seguido por la cúpula directiva de la firma -recientemente remodelada- con la dimisión de sus dos representantes en el consejo de administración.


Fridman controla actualmente un 29 % del capital de DIA, a sólo un punto de estar teóricamente obligado a presentar una opa.

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