Regadíos y Abastecimientos

La Eurocámara apoya impulsar el uso de aguas residuales para el riego agrícola

miércoles, 13 de febrero de 2019


Regadío aspersión 2 (Foto Junta de Andalucía)


El Parlamento Europeo (PE) ha apoyado impulsar la reutilización de las aguas residuales tratadas para riego agrícola, con el fin de aliviar la escasez en las épocas de sequía. La nueva legislación salió adelante con 588 votos a favor, 23 en contra y 66 abstenciones.


Las normas a las que los eurodiputados dieron hoy luz verde definen los requisitos mínimos de calidad para la reutilización de las aguas residuales tratadas para el riego agrícola y establecen las obligaciones para su producción, distribución y almacenamiento.


En particular establece que las aguas residuales tratadas en instalaciones especializadas podrán utilizarse para todo tipo de riego agrícola, tanto de cultivos alimentarios como no alimentarios.


La Comisión deberá evaluar en un plazo de cinco años si el agua regenerada puede tener otros usos.


Los eurodiputados son partidarios de que, entre tanto, los Estados miembros utilicen las aguas tratadas para otros usos, por ejemplo, en la industria, el riego de jardines o con fines medioambientales, siempre que se garantice la protección de la salud y el medio ambiente.


La eurodiputada italiana Simona Bonafé, del grupo socialdemócrata S&D y ponente del texto votado, explicó que el volumen de agua reutilizada podría aumentar hasta 6.600 millones de metros cúbicos anuales en 2025, desde los 1.100 millones actuales.


"Con una inversión de menos de 700 millones de euros podríamos evitar la extracción directa del 5 % de las masas de agua y reservas subterráneas", señaló.


Los recursos hídricos están bajo creciente presión en la UE, lo que conlleva escasez y deterioro de la calidad.


Factores como el calentamiento global, los patrones climáticos impredecibles y la sequía están restringiendo la disponibilidad de agua dulce para el desarrollo urbano y la agricultura.


Extender el uso de aguas residuales tratadas, especialmente en la agricultura, contribuiría a limitar la extracción de agua.


Según la Comisión Europea, la frecuencia e intensidad de las sequías y su impacto económico y medioambiental ha aumentado de manera drástica en los últimos treinta años.


Las negociaciones con el Consejo (países de la UE) podrán empezar una vez hayan fijado su propia posición.

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