El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (Imida), dependiente de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, desarrollará proyectos de investigación para mejorar la producción y sostenibilidad del sector agroalimentario regional por importe de más de 13,7 millones de euros.
Estos fondos forman parte del nuevo marco financiero plurianual 2021-2027 del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), cofinanciados en un 40 por ciento por el Gobierno regional.
El director del Imida, Andrés Martínez, destacó que “esta inversión permitirá continuar avanzando en soluciones basadas en la ciencia y la tecnología para mejorar la eficiencia de los sectores productivos agrícola, ganadero y acuícola de la Región, y para hacerlos más competitivos y sostenibles”.
Los tres proyectos principales, que a su vez se subdividen en 21 subproyectos, son Desarrollo de modelos sostenibles de producción agrícola, ganadera y acuícola; Desarrollo de nuevos programas de mejora genética; y Adaptación y mitigación del cambio climático en los sectores productivos agrícolas regionales.
El importe destinado al desarrollo de los proyectos para este año suma cerca de 4,8 millones de euros y estos se realizarán a lo largo de 5 años.
Martínez aseguró que “se trata de investigaciones de carácter transversal con la finalidad de transferir soluciones y los conocimientos a los sectores productivos que permitan la optimización del uso de los recursos naturales y los insumos utilizados en la producción agrícola, ganadera y acuícola, con la finalidad de maximizar el rendimiento y la calidad de los productos, y aumentar así la capacidad de respuesta del sector ante los retos medioambientales y ecológicos actuales”.
El director del Imida explicó que estos proyectos permitirán, entre otros, revalorizar subproductos agroalimentarios de interés y su aplicabilidad posterior en la industria alimentaria o biosanitaria; fomentar el control biológico por conservación y reducir el empleo de pesticidas en agricultura; mejorar significativamente la reutilización de agua y nutrientes en sistemas de cultivo sin suelo; y obtener nuevas variedades melocotonero, cerezo, ciruelo y pitaya para evitar en gran medida la competencia en los mercados europeos, con las consiguientes ventajas económicas que ello conlleva.
También destacó los relacionados con el desarrollo de una viticultura competitiva, sostenible y adaptada a los efectos del cambio climático; o la mejora de las estimaciones de la demanda hídrica de los cultivos del campo de Cartagena mediante el uso intensivo de información geoespacial y datos del Internet de las cosas.