Ciencia

La incorporación de pulpa de tomate desecada a los piensos ovinos les aporta beneficios nutritivos

miércoles, 25 de mayo de 2016


La Universidad de Extremadura ha llevado a cabo una investigación cuyo objetivo no es solo estudiar el efecto de la pulpa de tomate como fuente antioxidante en la dieta de los ovinos, sino que también han indagado sobre la incorporación conjunta de diferentes niveles de vitamina E y de dos fuentes de selenio (orgánico e inorgánico) en esos piensos, con el fin de evaluar el efecto sobre la calidad de la carne de cordero Merino envasada en atmósfera protectora.


Para Juan Ignacio Gutiérrez, autor de la tesis, “la necesidad de eliminación de residuos de cultivos como el tomate, supone un grave problema para quienes los generan, pues producen un alto grado de contaminación y en numerosas ocasiones no se sabe qué hacer con él, por tanto la elaboración de un subproducto como la pulpa de tomate permite hacer un mejor uso de los recursos agroalimentarios renovables, evitando así problemas ambientales”.


En su tesis doctoral, el investigador trabaja con este subproducto cuya composición se basa principalmente en la piel y la semilla del tomate, pues ambas son ricas en licopeno y ácidos grasos que aportan ese factor de nutriente al subproducto, informaron fuentes de la Universidad de Extremadura.


A pesar de que hasta este momento el tomate de industria se había utilizado en la alimentación ovina, el inconveniente fundamental que tiene trabajar con este producto es su alto nivel de descomposición, por lo que nos explica Juan Ignacio, “la industria al ser un alimento tan perecedero se lo cede a ganaderos de la zona, por lo que su distribución es muy limitada”.


Para solucionarlo, los investigadores proponen procesar este subproducto, de tal forma que en lugar de ofrecérselo en su estado natural al ganadero se le ofrezca desecado e incorporado en el pienso, así, se consigue un producto más estable en el tiempo y puede llegar a sustituir otros ingredientes de los concentrados, como por ejemplo la soja, cuyo precio es más elevado, reduciendo así los costes de producción.


Tal y como nos explica Juan Ignacio Gutiérrez, “la pulpa de tomate desecada aporta una serie de beneficios, pues al contener licopeno y otros antioxidantes se ha podido demostrar que la vida útil de la carne aumenta, ya que preserva la estabilidad de los lípidos de la misma, de esta forma la carne puede permanecer más tiempo en el lineal del supermercado”


Pero además de conseguir estos beneficios, es necesario tener en cuenta el efecto de inclusión de este subproducto en la dieta ovina, así se ha comprobado que como máximo se puede utilizar un 10% de pulpa de tomate en la formulación del pienso, para conseguir una ganancia de peso correcta y no alargar la edad de sacrificio de los corderos, en comparación con los piensos que no incluyen este aporte nutritivo.


Además, del estudio también se desprenden otras conclusiones, como que con el aumento de los niveles de vitamina E en los piensos se consigue una mayor estabilidad de los lípidos de la carne de cordero, y que el uso de dos fuentes diferentes de selenio (orgánico e inorgánico) no afectan a la calidad de la carne fresca y envasada, aunque cabe destacar que el selenio inorgánico puede ser tóxico para el animal.


En un trabajo previo, se determinó la composición ideal de atmósfera de envasado para la carne de cordero Merino, así se pudo comprobar, nos explica el investigador que, “se evaluaron diferentes tipos de envasado y llegamos a la conclusión de que la composición ideal es aquella que está compuesta por un 70% de oxígeno y un 30% de dióxido de carbono, de esta forma y utilizando esta tecnología corroboró que aumenta la vida útil de la carne de cordero, uno o dos días, lo que para la industria cárnica supone poder exportar la carne a países más lejanos”.

PUBLICIDAD

SUSCRÍBETE A LA NEWSLETTER

ESTUDIO

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD