Las empresas agroalimentarias y cooperativas se suman a la nueva era tecnológica con el uso de aplicaciones informáticas que les permiten rentabilizar mejor sus decisiones; sin embargo, la verdadera digitalización del campo solo llegará cuando su uso se generalice entre los pequeños productores.
El responsable de desarrollo de negocio de eFoodPrint, Albert Duaigües, explica, en una entrevista con Efeagro, que el talón de Aquiles de la revolución 4.0 en la agricultura es llegar al pequeño agricultor, al grueso de la producción, y eso no ocurrirá hasta que el productor valore los beneficios que su uso le pueda reportar.
Para Duaigües, una de las claves está en el desarrollo de aplicaciones sencillas y simples, que sean intuitivas, de fácil manejo para el pequeño agricultor tenga la edad que tenga.
En este sentido, reconoce el "gran favor que ha hecho la aplicación de WhatsApp a nivel tecnológico" en el manejo de dispositivos móviles y aplicaciones.
Según apunta, permite que mucha gente, sobre todo de edad más avanzada que no iba a usar en la vida un teléfono inteligente y mucho menos aplicaciones, esté familiarizada con estos nuevos dispositivos móviles y algunas de sus herramientas, algo que hace apenas unos años era casi impensable.
Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer para generalizar su uso entre los pequeños agricultores, asegura que eFoodPrint, empresa formada por un equipo de ingenieros agrónomos e informáticos con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de herramientas tecnológicas para el sector agrícola, "trabaja en esta línea".
Otra de las claves, resalta, es explicar a los productores que con estas tecnologías pueden rentabilizar mejor su explotación.
En este sentido, Duaigües señala que su software en línea Hesperides, que define como "una herramienta clave para la gestión de la información agraria", logra reducir hasta un 50 % el consumo de agua o un 70 % el consumo de fertilizantes.
Hace unos meses, la firma dio un paso más para que Hesperides -que empezó hace 15 años como un cuaderno de campo y que hoy en día es una plataforma agronómica en línea- llegase al pequeño productor a través de una aplicación móvil y mejorar, además, la comunicación entre técnico y agricultor.
Duaigües insiste en que su gran reto está en lograr que los pequeños agricultores se familiaricen con estas aplicaciones y su uso se implante a pequeña escala.
En la actualidad, en la producción son, sobre todo, las cooperativas las que utilizan este tipo de aplicaciones; más de 65 organizaciones y 5.000 productores trabajan con este sistema.
Cuando el pequeño productor se involucre en el registro de la información de los trabajos que realiza en su explotación -y en el mismo momento, a través de una aplicación-, lo primero que ahorrará será tiempo y evitará "papeleo", pero además mejorará la rentabilidad de la explotación, resalta.
Anima a los pequeños agricultores a que no solo utilicen las aplicaciones para llevar los obligatorios cuadernos de campo, aunque reconoce que es un primer paso por el ahorro de tiempo y problema que supone hacerlo de forma digital.
Muchos agricultores, asegura, mantienen el cuaderno de campo de forma manual y dejan la recopilación de la documentación para el final, con lo que, después de haber terminado su trabajo en la explotación, añaden carga de trabajo una vez en casa, cuando "con una aplicación móvil lo hacen al momento y en 5 minutos".
En su opinión, el uso de estas nuevas tecnologías les reportará rentabilidad, porque al tener un histórico de datos del trabajo que se realiza las decisiones sobre podas, siembra o riego se pueden optimizar.
En manos de técnicos son "datos muy potentes" que pueden redundar en un importante ahorro de agua o fertilizantes, y el productor "verá resultados no sólo a nivel económico, sino también desde un punto de vista técnico y de sostenibilidad ambiental", añade.
