El Scrats podrá utilizar 25 hm3 de la cuenca del Segura a 30 céntimos/m3 tras un acuerdo con el Magrama

El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) podrá utilizar 25 hectómetros cúbicos de agua de la cuenca del Segura, a un precio de 30 céntimos/m3, cantidad que serviría para compensar a los regantes tradicionales con recursos hídricos de la desaladora de Torrevieja, según el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama).

De esta forma, los regantes del trasvase del tendrán que pagar por el agua casi el triple de su precio actual, que está rondando los diez céntimos el metro cúbico. En total, el desembolso ascendería a 7.500.000 euros, según estimaciones teniendo solo en cuenta el precio del agua.

El presidente del Scrats, José Manuel Claver, hizo público este acuerdo con el ministerio tras reunirse en el Palacio de San Esteban, sede del Gobierno regional, con el presidente de la Comunidad Autónoma, Pedro Antonio Sánchez, a quien trasladó el contenido de lo pactado y pidió su colaboración para que el compromiso con la ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, pueda ser ratificado por el nuevo Gobierno central, una vez se constituya.

Y es que, aunque la Junta de Gobierno extraordinaria del Scrats ha aceptado la propuesta, según Claver "hay cierto acto de fe" porque, aunque están convencidos que se materializará, exige de una norma con rango de ley que retrasará la tramitación, a lo que se suma que hasta el día 19 no se constituyen las Cortes.

"Mande quien mande" el Scrats exigirá que se cumpla el acuerdo con el que han llegado con la ministra y la directora general del Agua, con la que ha hablado telefónicamente Claver mientras tenía lugar la Junta de Gobierno del sindicato. En este punto, advirtió que "exigiremos, mande quien mande, que ese agua llegue y al precio comprometido", agregó.

"Podemos medio salvar el verano", explicó Claver, quién auguró que en unos seis meses se podrían devolver los 25 hectómetros a los usuarios tradicionales de la cuenca del Segura. De hecho, el Scrats ha remitido un escrito a la Confederación Hidrográfica del Segura comprometiéndose a comprar el agua a la desaladora, cuyo precio real es de 60 céntimos el metro cúbico.

Los regantes desean que el primer pago se realice en unos tres meses "para que dé tiempo a que se tramite la disposición". "O eso o nada", comentó Claver, quién comparó la situación a la de un ciudadano que "va caminando por el desierto y le piden 6.000 euros por un botellín de agua" y no le queda otra que pagar o morir. "Son lentejas, o las tomas o las dejas", apostilló.

Con este agua los regantes prevén solventar el presente año hidrológico, que termina el próximo 30 septiembre, si bien temen que en octubre, con un nuevo gobierno, se plantee una difícil situación, dada la actual sequía y la prealerta decretada por la CHS. 

Para los regantes del trasvase, la situación que atraviesan es la de "estar al borde del precipicio" de forma continuada, porque "esto es un sinvivir y una agonía constante". "No es justo que tengamos que sufrir permanentemente esta situación", aseveró Claver, quien pidió a las administraciones una solución "no huídas hacia adelante o medidas paliativas".

Del trasvase esperan que con el nivel 3 puedan llegar unos 11 hectómetros mensuales, a lo que se sumarían diez de cesiones de Estremera y La Poveda, pendientes de tramitar, así como 4 de Riegos de Levante-Margen Derecha, y dos más de los pozos de Calasparra, todo lo cual haría una suma de 73 hectómetros.

Finalmente, preguntado por el problema ambiental en el Mar Menor y el cierre de las tuberías de los regantes del campo de Cartagena para evitar vertidos de nitratos a la laguna, Claver opinó que "el Mar Menor es una joya que hay que preservar" y que se trata de un tema complejo que ha estallado en plena sequía y en un momento difícil, con unos agricultores que no tienen otro recurso hídrico que los pozos subterráneos.