Naturaleza

El control de la presión humana sobre Isla Grosa favorece la reproducción de aves y la conservación de los fondos marinos

domingo, 10 de julio de 2016


Las poblaciones de especies protegidas de mayor importancia que anidan en Isla Grosa y El Farallón han aumentado su número al favorecerse su anidamiento, al tiempo que se ha mejorado la conservación de los fondos marinos, gracias a las labores de vigilancia y control ejercidas sobre determinadas actividades como la navegación y el fondeo de embarcaciones.


Así, se ha constatado la presencia de al menos 20 nuevos pollos de cormorán moñudo (‘Phalacrocorax aristotelis’), ave marina en peligro. También se han identificado, mediante fototrampeo nocturno, numerosos ejemplares de otras especies de interés, como el paíño (‘Hidrobates pelagicus’), que actualmente se encuentran en período de nidificación y que en 2015 obtuvo buenos resultados poblacionales, junto con el Tarro blanco (‘Tadorna tadorna’), alcaraván común (‘Burhinus oedicnemus’), halcón peregrino (‘Falco peregrinus’) y curruca cabecinegra (‘Sylvia melanocephala’).


La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente espera que la reciente puesta en marcha de diversas iniciativas para la mejora de poblaciones, como nidales artificiales, desbroce de áreas potenciales de nidificación, control selectivo de especies oportunistas, entre otras, favorezca la próxima implantación de más ejemplares de paíño y de otras especies simbólicas de la ZEPA, como la gaviota de Audouin (‘Larus audouinii’).


La Consejería ejerce labores de vigilancia y control en estas islas para minimizar el efecto de las más de 6.000 embarcaciones que anualmente navegan en dicho entorno y que pueden poner en riesgo la conservación de la biodiversidad en este espacio natural protegido, declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).


Debido a la fragilidad ecológica de estos islotes, se restringe la navegación y el fondeo de embarcaciones dentro de un perímetro de protección de 300 metros, con el fin de favorecer la conservación de las especies de aves que nidifican allí, ya que cualquier tipo de molestias durante la estación de cría puede suponer un fracaso reproductor.


El equipo de vigilancia, compuesto por tres personas, está en permanente contacto con los servicios de emergencias, los agentes medioambientales y los Cuerpos de Seguridad del Estado. Durante los periodos de mayor afluencia de visitantes, desde el pasado marzo, se realiza un servicio continuo las 24 horas al día que se mantendrá hasta finales de septiembre. La reciente instalación de cámaras de vigilancia que funcionan sin interrupción permitirá extender a los 365 días del año el cuidado de la biodiversidad.


FONDOS MARINOS


En el entorno marino de la Isla Grosa y El Farallón, la gran protagonista es la pradera de posidonia (‘Posidonia oceánica’), que se extiende "densa, homogénea y con un estado de conservación óptimo", según fuentes del Gobierno regional. La presencia de esta fanerógama beneficia la existencia de una gran diversidad de especies marinas y una excelente calidad de las aguas que atrae a un creciente número de personas.


El servicio de vigilancia se encarga de controlar las actividades subacuáticas y recreativas de las embarcaciones que fondean en este entorno. Para hacer compatible el disfrute con la conservación, la Oficina de Impulso Socioeconómico del Medio Ambiente tiene previsto instalar un fondeadero con anclajes ecológicos fuera del perímetro de protección de la isla, así como diversos puntos de amarre ecológicos para la práctica controlada del buceo.

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