El sector agrario pide una planificación nacional para garantizar el acceso al agua

El sector agrario pide, en el Día Mundial del Agua, más inversiones para garantizar los recursos y la viabilidad del regadío, que alcanza ya un total de 3,47 millones de hectáreas -el 20,4 % de la superficie agraria- y aporta el 67 % de la producción vegetal y el 59 % de la renta agraria.

Para el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Ángel Villafranca, la política del agua "es una cuestión de Estado, que compromete el futuro del sector y deben hacerse los máximos esfuerzos por lograr un gran pacto que establezca las bases de la gestión del agua para las próximas décadas".

"Alcanzar un gran pacto nacional del agua debe ser una de las principales prioridades de esta legislatura" para alcanzar "un uso más eficaz, solidario e integrado" de los recursos hídricos, atender a las demandas de las cuencas deficitarias y cumplir los compromisos políticos y jurídicos con la Unión Europea (UE), dotando al sistema de estabilidad económico-financiero, ha añadido Villafranca.

También ha abogado por crear un foro sectorial o "Círculo del agua" que profundice en estudios que mejoren la ya eficiente utilización de los recursos no convencionales como la desalinilización y la reutilización de aguas regeneradas, "con el fin de seguir cooperando en un uso sostenible del agua".

Desde los servicios técnicos de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), José Carlos Caballero ha resaltado que una hectárea de regadío produce seis veces más que una de secano; de ahí la importancia de las 3,5 millones de hectáreas irrigadas para la producción final agraria en España.

Caballero ha incidido, de igual modo, en el "esfuerzo brutal" que ha realizado el sector durante los últimos años para sustituir los sistemas por aspersión e inundación por otros más eficientes, como los localizados o "por goteo".

En este contexto, Asaja demanda inversiones para seguir mejorando las estructuras, a partir de aguas superficiales, subterráneas, regeneradas e incluso desaladas en las zonas áridas o islas, sin olvidar la puesta en marcha de los denominados "regadíos sociales".

El responsable del Área de Agua y Medio Ambiente de COAG, José Antonio Moreno, ha reclamado que se garantice el suministro de agua de calidad para el regadío y que los usos del recurso "estén ordenados, regulados" para que los agricultores y sus comunidades de regantes puedan aprovecharlos de forma eficaz.

Moreno ha plantado, asimismo, incrementar el uso de aguas depuradas, especialmente en las zonas agrícolas con acuíferos sobreexplotados, y de energía renovable, como la solar, para reducir los gastos de electricidad de los regantes y mejorar la sostenibilidad ambiental.

Desde COAG apuestan por un plan hidrológico nacional que permita a la Administración planificar los recursos y las infraestructuras que se necesitan y que garantice el agua como un bien público y evite "el mercadeo" de la iniciativa privada.

Por su parte, UPA ha asegurado que la planificación hidrológica nacional "debe tener, entre sus ejes prioritarios, la mejora de las infraestructuras, la redistribución nacional de los recursos y el fomento del ahorro en el uso del agua" y, además,"es necesario reforzar el control público del uso y de la calidad del agua y potenciar la participación y corresponsabilidad de los regantes".

Los regadíos suponen una herramienta esencial dentro de las medidas de adaptación al cambio climático, especialmente ante "los complicados escenarios que se prevén" y que "afectarán de manera notable al sector agrario", han apuntado desde la organización.

En este punto, UPA ve "crucial" realizar una modernización de regadíos de una manera sostenible, "que tenga como pilares el ahorro en el uso del agua y la eficiencia energética"