Expertos debaten en Roma un plan global contra el picudo rojo de la palma

Expertos, responsables políticos y agricultores iniciaron hoy en Roma una reunión para elaborar un plan global con vistas a detener la propagación del picudo rojo de la palma, una plaga que se ha extendido a más de sesenta países. El director general adjunto de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Abdessalam Ould explicó en la inauguración que ese pequeño escarabajo representa la amenaza "más peligrosa" para la palmera datilera.

La falta de prevención, vigilancia y aplicación de otras medidas fitosanitarias ha facilitado la expansión de esa peste en las últimas décadas a través de África, Asia, Europa y América, lo que ha causado pérdidas económicas de millones de dólares anuales por la merma de la producción o los costes para combatirla.

El secretario general del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (Ciheam), Cosimo Lacirignola, enfatizó la importancia de aumentar la colaboración entre los distintos socios y "compartir los conocimientos por el bien común".

Destacó que la globalización y el comercio han contribuido al impacto a nivel global del picudo rojo, el cual se debe controlar y prevenir para garantizar la salud de las plantas y el desarrollo sostenible.

Durante el encuentro, de tres días de duración, el experto independiente José Romero explicó que el comportamiento de ese insecto "no se ha llegado a comprender bien" y que la aparición de sus larvas en el interior de los árboles complica su detección temprana, que suele ser visual.

Según Abdulrahman al Daud, de la Universidad saudí Rey Saud, en general falta coordinación para inspeccionar las plantas y, en caso de plaga, una gestión integrada que incluya el uso de insecticidas, trampas con feromonas y tratamientos de cuarentena.

También llamó a elevar la concienciación de los agricultores, que muchas veces sin darse cuenta se desplazan de un lado a otro llevando el escarabajo consigo mismos y entre los materiales.

El picudo rojo afecta tanto a las palmeras de los oasis, un recurso importante de muchas comunidades de Oriente Medio y el norte de África, como a las que se utilizan, por ejemplo, para ornamentar las ciudades en países de la costa mediterránea como Italia, Francia y España.