Comercio Exterior e Interior

La industria cárnica europea teme pérdidas millonarias si hay un "brexit duro"

martes, 28 de noviembre de 2017


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La producción de la Unión Europea (UE) perdería 2.400 millones de euros en el sector de la carne bovina y 2.300 en el de carne porcina como consecuencia de un "brexit duro", según un informe que publica la Unión Europea del Comercio de Ganado y Carnes (UECBV). El informe alerta de que esta industria prescindirá de 32.000 empleos en el caso de un "brexit duro", que implicaría la salida del Reino Unido del mercado único y de la unión aduanera e impondría por lo tanto barreras comerciales.


El informe analiza un escenario que tendría "un impacto catastrófico en la industria cárnica europea", y establece que la falta de un acuerdo comercial implicaría un retroceso en los intercambios de carne entre los Veintisiete y Londres del orden del 84 % en el bovino, 76 % en el ovino y 48 % en el porcino.


La UECBV estima que en un escenario así este sector sería uno de los más afectados por unos aranceles más elevados y costes adicionales en los controles veterinarios, entre otras cuestiones.


"Dado que el mercado cárnico en el Reino Unido es esencialmente deficitario, las repercusiones negativas se resentirán en el conjunto de la UE", indica.


El presidente de la UECBV, Philippe Borremans, considera que un "brexit duro" constituye "una amenaza para los productores, consumidores e industrias de transformación cárnica de la UE", según un comunicado publicado en la página web de la organización.


"Su impacto puede ser más grande que la prohibición rusa que golpeó las importaciones", afirmó Borremans, en referencia al veto impuesto por Moscú a productos agroalimentarios europeos en agosto de 2014, aún vigente.


El informe también indica que "harán falta soluciones para minimizar las perturbaciones" para la industria en caso de que Bruselas y Londres no logren un acuerdo.


En este sentido, pide a Bruselas que, llegado el caso, promueva un periodo de transición "suficientemente largo" que permita a las empresas adaptarse, garantice una carga mínima para las mismas, en concreto las pymes, que vele por la "convergencia continua" entre las normas del Reino Unido y las de la UE e impulse medidas de apoyo al mercado.


Bruselas y Londres se encuentran aún estancados en la primera fase de las conversaciones del "brexit", centrada en los derechos de los ciudadanos, la frontera irlandesa y la factura financiera.


Ambas partes ven como un desafío lograr, como estaba previsto en un principio, pasar a una segunda fase en diciembre, para abordar la futura relación una vez el Reino Unido deje de ser un Estado miembro en marzo de 2019, dos años después del inicio oficial de las negociaciones.  

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