Ciencia

La silvicultura ecohidrológica, idónea para la gestión forestal mediterránea

miércoles, 3 de enero de 2018


La silvicultura de base ecohidrológica es la más adecuada para la gestión forestal de los bosques mediterráneos, especialmente en escenarios de escasez de agua, ya que reduce el riesgo de incendios e incrementa el rendimiento hídrico.


Esta es la principal conclusión del estudio de los investigadores de los grupos Re-ForeST y Gimha del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia (Iiama-UPV) recogido en el artículo "Ecohydrological-based forest management in semi-arid climate".


La investigación parte de la hipótesis de que las prácticas actuales de gestión forestal en los bosques mediterráneos son costosas, por lo que suelen terminan sin ser administrados y abandonados, explica a EFE el responsable del grupo Re-Forest, Antonio del Campo.


Asegura que la silvicultura tradicional se ha centrado más "en las funciones productivas del bosque como la madera o la pulpa, dejando el resto de los recursos naturales casi sin supervisión" y advierte de que los efectos del cambio climático en la estación de crecimiento y en el régimen hídrico del suelo suponen una amenaza creciente para los bosques.


Por ello, aboga por un cambio urgente en la planificación forestal, con una apuesta decidida por la silvicultura de base ecohidrológica, ya que "sitúa al agua en el centro de la planificación y cuantifica otras variables del ecosistema como el crecimiento y vigor de los árboles/masa, las propiedades del suelo y los ciclos biogeoquímicos, la sensibilidad al clima de los árboles o la disminución del riesgo de incendios forestales".


En la investigación se han evaluado tres casos de estudio experimental de bosques semiáridos abandonados en la Comunitat Valenciana, que comparten un valor de baja productividad, nula o escasa gestión y limitaciones hídricas.


En ellos, se han desarrollado pautas para la implementación más eficiente de este tipo de gestión, que persigue "la cuantificación y manipulación de los componentes del ciclo del agua en los bosques".


En las parcelas de control y clareadas en las que se ha realizado gestión forestal ecoghidrológica se han analizado variables cuyos resultados determinan que además de mejorar funciones productivas, se "reduce el riesgo de incendios forestales, aumenta la resiliencia de los ecosistemas frente a sequías, incrementa la infiltración profunda del agua y mejora el crecimiento y vigor del árbol y su valor paisajístico", resalta.


Desde el punto de visto hidrológico, tras la intervención, han sido afectados la mayoría de los componentes del ciclo del agua y el riesgo de incendio también disminuye ya que la implementación de este tipo de gestión, rompe la continuidad del combustible (efecto estructural) y modifica el microclima y el estado de la vegetación.


Del Campo afirma, tras los resultados experimentales, que "el tratamiento forestal mejora tanto el crecimiento como las numerosas variables ecohidrológicas estudiadas en comparación con la parcela de control y por tanto, es más efectivo para la gestión forestal en un contexto de cambio global".


En el Mediterráneo los bosques juegan un papel protector muy importante contra la erosión y la degradación del suelo, la calidad del paisaje y la estabilización del ciclo hidrológico.


Los cambios socioeconómicos y culturales que afectaron a la sociedad rural desde la década de 1960 han producido un declive demográfico.


Ello ha generado un abandono de las actividades rurales y ha llevado a una expansión y densificación de los bosques y matorrales, lo que unido a los efectos adversos del cambio climático, amenaza la producción de los bienes y servicios que proveen a la sociedad.


Esta expansión y carencia de gestión forestal disminuye el caudal que aportan las cuencas de cabecera y afectan al flujo medio anual de los principales ríos españoles, que en algunos casos han reducido su caudal hasta un 59 %, por la densificación de los bosques aguas arriba y el aumento de la pérdida por interceptación de la lluvia.


Además, algunas cuencas mediterráneas como la del Segura y Júcar presentan problemas muy graves de escasez de agua, debido a una combinación de precipitaciones bajas e irregulares junto a altas tasas de evapotranspiración, que ha resultado en el uso excesivo de recursos de agua subterránea.


La investigación ha sido elaborada por Del Campo junto a María González-Sanchis, Antonio Lidón, Alberto García-Prats, Cristina Lull, Inma Bautista, Guiomar Ruíz y Félix Francés y publicada en el libro "Ecosystem Services of Headwater Catchments".

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