Salud

Un estudio pone en duda que el consumo de soja mejore los síntomas de la menopausia

miércoles, 31 de enero de 2018


CampodeSojaFotointagobar


Los efectos beneficiosos del consumo de productos de soja y de complementos de soja sobre los síntomas de la menopausia son dudosos y no se basan en pruebas científicas, según un estudio en el que ha colaborado la Universitat Pompeu Fabra (UPF).


El estudio, que se ha desarrollado a partir del análisis de las numerosas investigaciones disponibles, pone de relieve que la popularidad del consumo de los estrógenos vegetales para paliar el déficit hormonal de la menopausia "no se fundamenta en pruebas científicas sólidas y hacen falta más estudios y de más calidad para determinar su eficacia", han informado fuentes de la UPF.


En la menopausia, que se inicia tras 12 meses sin menstruación, los ovarios dejan de generar óvulos y se reduce la producción de hormonas femeninas (estrógenos y progestágenos), lo que se relaciona con el final de la vida reproductiva de la mujer.


Como consecuencia de estos cambios, algunas mujeres pueden presentar una variedad de síntomas o problemas de salud que pueden afectar a su calidad de vida: los sofocos se manifiestan afectan al 50-82 % de las mujeres, mientras que síntomas vaginales como la sequedad o el dolor durante el coito (asociados con la atrofia vaginal) afectan al 47 %.


Existen otros síntomas como la alteración del sueño, la pérdida de memoria, la ansiedad, la depresión o la reducción del apetito sexual, entre otros, que no se ha acabado de demostrar que estén relacionados con la menopausia, según las mismas fuentes.


El estudio argumenta que, a partir de la evidencia científica disponible, el consumo de los fitoestrógenos (como las isoflavonas de la soja) "no producen ningún efecto apreciable sobre los sofocos o, en todo caso, es mínimo, y lo mismo sucede sobre los síntomas vaginales y cognitivos como el deterioro de la memoria".


En el estudio, elaborado en el marco del proyecto Nutrimedia de la UPF, también han intervenido el Observatorio de la Comunicación Científica (OCC-UPF), el Centro Cochrane Iberoamericano (CCIb) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología MINECO.

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