Expertos en cambio climático exponen sus riesgos y efectos para el sector de producción agrícola

La Feria de Tecnología Agrícola y Agronegocios del Mediterráneo FAME INNOWA 2019 ha proseguido con su ciclo de ponencias dedicadas al sector agrario dentro de su foro dedicado a la innovación. Bajo el título “Proyecciones del clima para el siglo XXI”, la conferencia ha servido para conocer el estado atmosférico actual y su transcendencia en un futuro respecto al cambio climático.

La encargada de explicar los modelos de este cambio fue jefa de Unidad de Estudios y Desarrollo en la Delegación Territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Andalucía, Ceuta, Melilla y Sevilla, Petra Ramos Calzado.

Durante la ponencia, la experta planteó los diversos riesgos para los sistemas naturales y humanos al incrementarse las temperaturas, especialmente desde el año 2017, “alcanzándose 1ºC superior al nivel preindustrial”.

Ante esta situación, Ramos lanzó una cuestión que calificó como primordial para la sociedad: ¿cómo va a ser el cambio climático en el futuro? Es por ello que, según explicó la ponente, desde el año 2006 la Aemet “posee el encargo por parte del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) por el que estamos obligados a generar y coordinar el esfuerzo en la producción de escenarios regionalizados para el cambio climático”.

Así, señaló que las denominadas proyecciones regionalizadas de cambio climático, conocidas también como escenarios, proporcionan información detallada sobre las mejores estimaciones del clima futuro de nuestro país y que, por tanto, “constituyen un elemento imprescindible para llevar a cabo las evaluaciones de impactos y vulnerabilidad en los distintos sectores sensibles, así como para diseñar políticas adecuadas de adaptación a sus efectos”.

En este sentido, la ponente explicó como desde el PNACC se ha elaborado una completa colección actualizada de proyecciones regionalizadas para España y de productos derivados “puestos a libre disposición de todos aquellos organismos, instituciones, empresas y personas interesados en evaluar los impactos, la vulnerabilidad y las opciones de adaptación al cambio climático en su área de actividad o interés”.

Para finalizar, Ramos señaló que gracias a la información obtenida a través de los diversos estudios impulsados desde la PNACC es posible asegurar que “existe un aumento de temperaturas máximas y mínimas durante el siglo XXI, olas de calor más largas derivadas del cambio climático, una disminución de la cantidad de días de lluvia junto a una bajada en la expotransipiración y la escorrentia".

FRUTALES DE HUESO Y CAMBIO CLIMÁTICO

Continuando el ciclo de ponencias tuvo también lugar la conferencia sobre “Estrategias para facilitar la adaptación de los frutales de hueso al cambio climático”. La charla sirvió para que se pusiera de manifiesto la problemática para los productores del sector y las diversas estrategias para facilitar su adaptación al cambio climático.

El experto en la materia, el científico del departamento de Mejora del CEBAS-CSIC, David Ruiz González, expuso como efectos negativos en la fruta de hueso la existencia de un aumento de las temperaturas capaz de ocasionar alteraciones en la fenología de los frutales, y que se refleja en variables como la fecha de floración, maduración y calidad del fruto.

En segundo lugar, el ponente se refirió a la existencia de una menor acumulación de frio capaz de originar una deficiente brotación vegetativa, caída de yemas y una floración escasa e irregular.

Otros efectos derivados del cambio climático, según Ruiz González, hacen referencia a la reducción de recursos hídricos, el aumento de la salinización y de plagas junto a patologías, además de una reducción y desaparición de insectos polinizadores.

Para concluir su ponencia, el experto del CSIC-CEBAS explicó a los asistentes las estrategias que se están llevando a cabo para facilitar la adaptación de los frutales de hueso a un cambio climático “cada vez más acuciante en nuestro planeta”.

Estas tácticas pasan por identificar áreas agroclimáticas, al igual que un mayor conocimiento e información sobre orientaciones productivas en las que interviene la toma de decisiones sobre variedades de muy bajas necesidades de frio invernal, el establecimiento de grupos varietales según las necesidades de frio invernal para ser implantadas en las zonas donde nos encontremos y el empleo de métodos y prácticas de cultivo para facilitar la adaptación al cambio climático.