Naturaleza

La gestión ecohidrológica mejora el estado del suelo en bosques semiáridos

martes, 9 de julio de 2019

Sierra Calderona (Foto Labora Generalitat Valenciana)


La gestión forestal de base ecohidrológica mejora el estado de conservación del suelo y su disponibilidad de recursos hídricos subsuperficiales en los bosques de regiones semiáridas.


Así lo concluye un estudio desarrollado en unas parcelas experimentales ubicadas en el Parque Natural de la Sierra Calderona, situado entre las provincias de Castellón y Valencia, y en La Hunde, en el municipio valenciano de Ayora.


La investigación -que forma parte del proyecto de investigación Life Resilient Forest- evalúa la incidencia que tiene en el corto plazo las prácticas de gestión forestal sobre diferentes procesos hidrológicos subterráneos (recarga del suelo, humedad del suelo, escorrentía e infiltración) en estos dos tipos de bosques valencianos.


Sus autores son los investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València (UPV), Antonio Del Campo, María González, Alberto García Prats Inmaculada Bautista.


También Antonio J. Molina, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Carlos Juan Ceacero, de la Universidad Pablo Olavide, según han informado a Efeagro fuentes de la UPV.


El estudio, publicado en la revista científica "Forest Ecology and Management", se ha desarrollado en unas parcelas experimentales ubicadas en el Parque Natural de la Sierra Calderona, situado entre las provincias de Castellón y Valencia, y en La Hunde, en el municipio valenciano de Ayora.


Según la investigación, la humedad del suelo y su infiltración se vieron afectados por la gestión forestal, aunque la afección difiere según el clima y tipo de bosque.


"El estudio se desarrolla en dos sitios con marcadas diferencias en factores como climabosque-suelo, aunque con una tipología común de baja producción de biomasa, alta densidad de árboles y competencia por los recursos subsuperficiales", explica el autor principal del estudio, Antonio Del Campo.


Concretamente, una masa forestal se encuentra en el "Parque Natural de la Sierra Calderona" y tiene vegetación predominante de pino carrasco y un clima prelitoral, mientras que la parcela ubicada en "La Hunde" es un monte público con pronunciado clima continental y cuya vegetación principal es de monte bajo de encina.


Los resultados de la investigación determinan que la recarga de agua en el suelo y la infiltración se vieron afectados por la práctica de gestión forestal, destacando que el impacto difiere según las variaciones locales-regionales en el clima y tipos de bosques.


"La recarga del agua en el subsuelo y la infiltración fueron modulados en gran medida por el contenido de agua ya existente, que mejoró significativamente con la gestión forestal, pero en el que las condiciones del lugar y clima también fueron importantes", afirma el profesor Del Campo.

Por su parte, ni los flujos de agua laterales ni la escorrentía superficial se vieron afectados por las prácticas forestales, por lo que el papel protector del bosque en el control de la erosión del suelo no cambió con el tratamiento, aunque "mejoró la humedad del suelo y el drenaje, haciéndolos menos vulnerables a la sequía", afirma el investigador del IIAMA.

El profesor Del Campo considera que ante este contexto caracterizado por la escasez de agua y una meteorología marcada con eventos torrenciales seguidos de largas temporadas secas, "la gestión forestal debe prestar especial atención tanto al almacenamiento de agua en el suelo como a la recarga de agua subterránea, dados sus roles clave en el mantenimiento de la cuenca y la resiliencia de los ecosistemas".

La gestión forestal basada en la ecohidrología es un enfoque integrado que sitúa al agua en el centro de la planificación y gestión del bosque y que persigue manipular y optimizar las interacciones entre los bosques y el agua mediante un enfoque de base ecosistémica.

Dicho enfoque prioriza mejorar la resiliencia de los bosques a través de un efecto de riego del bosque árboles después de la intervención silvícola, y ha cobrado fuerza especialmente en los bosques semiáridos donde la provisión de bienes y servicios está amenazada por cambios globales y las sequías más intensas. 

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