Naturaleza

Greenpeace coloca una sartén gigante con un “planeta frito” frente a La Manga para alertar del calentamiento global

jueves, 11 de julio de 2019

Sartu00e9n Planeta Frito (Foto Greenpeace)



Más de 20 activistas de Greenpeace procedentes del Rainbow Warrior han hecho flotar una enorme sartén con un planeta en forma de huevo frito frente a las costas de La Manga del Mar Menor, para alertar del calentamiento global (y especialmente de los océanos) y una pancarta flotante con el lema “Planeta frito”. 


La sartén, de 12 metros de diámetro (113 m2 en superficie) y 8 metros de mango y más de 500 kilos, tiene en su interior un huevo frito en cuya yema puede verse un mapa del mundo con el que se simboliza que el cambio climático dejará un planeta frito si no se toman medidas urgentes.


Debido al cambio climático, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles, el planeta se está calentando más de lo que lo había hecho desde que existe la civilización humana, y los océanos acumulan la mayor parte de ese calor, lo que provoca borrascas y huracanes cada vez más intensos, fenómenos de “gota fría” (dana) y subida del nivel del mar.


Con esta imagen la organización quiere demandar a los gobiernos europeos que reduzcan sus emisiones hasta cero neto en 2040 para así evitar que las temperaturas globales aumenten por encima de 1,5 ºC, tal como se comprometieron en el Acuerdo de París, y evitar así los peores impactos del cambio climático.


“Hay que actuar antes de que el océano (y el resto del planeta) se convierta en una sartén hirviente que haga imposible la vida”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace.


 “La obligación de cualquier gobierno es escuchar a todas las personas que ya están en marcha por el clima y acelerar la transición a un sistema energético basado en renovables al completo y en manos de las personas. El objetivo de reducción de emisiones propuesto por el actual Gobierno del PSOE es insuficiente, y debe aumentarse para que a nivel nacional las emisiones se reduzcan a más de la mitad para 2030 respecto a las de 1990”, añadió.


La organización ecologista recuerda que la temperatura atmosférica media global ya ha aumentado 1 ºC desde la época preindustrial, mientras que las de la superficie de los océanos lo han hecho en más de 1,1 ºC. Recientes estudios desvelan que las temperaturas superficiales del océano se han incrementado incluso más rápido de lo que se pensaba. 


La temperatura de la superficie del mar Mediterráneo ha aumentado 1,09 ºC desde 1982. En 2018, el tramo principal de océano, desde la superficie hasta los 2.000 metros de profundidad, estuvo más cálido que nunca, algo más de una décima de grado Celsius más cálido que la media a largo plazo, tras casi tres décadas de calentamiento constante.


Esto es debido a que los océanos absorben y acumulan el calor. El grupo de personas expertas sobre cambio climático de Naciones Unidas (IPCC), estima que los océanos han absorbido más del 93% del exceso de calor retenido por los gases de efecto invernadero desde la década de los 70, indicaron fuentes de Greenpeace.


El aumento de la temperaturas del mar contribuye directamente a la subida del nivel mar, debido a la expansión que sufre por el calentamiento del agua, y tiene graves consecuencias meteorológicas como la formación de lluvias más intensas o incluso de huracanes más peligrosos, pero además supone una enorme amenaza para la fauna marina. Al ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero el 17 % del total de la vida marina desaparecería para el año 2100 por el incremento de las temperaturas oceánicas.

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