Organizaciones agrarias y de productores
En sectores como el de uva de mesa, tres grupos empresariales controlan ya el 85% de la producción y la comercialización, de la mano de fondos de inversión internacionales

La concentración creciente en el sector de uva de mesa, cítricos y hortofrutícola en el Sureste provoca la llegada fondos inversión

viernes, 29 de noviembre de 2019

Rueda de Prensa informe uberizaciu00f3n del campo 2 (Foto COAG)


Los fondos de inversión y de capital riesgo han comenzado a aterrizar en el sector hortofrutícola español (especialmente en la uva de mesa) atraídos principalmente por la creciente concentración de su producción y también por ser alimentos vinculados a áreas como la ecología y la salud.


El secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha presentado en rueda de prensa el estudio analítico 'La uberización del campo español', que pone de relieve el cambio de modelo productivo, pasando de explotaciones sociales y familiares a otras más integradas y concentradas que resultan atractivas para estos fondos, como ya ocurrió en el aceite de oliva.


Según el estudio, la entrada de capital externo en el área de las frutas y las hortalizas en fresco es ya una realidad, especialmente en la producción de uva de mesa en Murcia, en el sector citrícola levantino o el hortícola almeriense.


El informe profundiza en el caso de la uva de mesa murciana: hay tres grandes empresas con sede en dicha región que acaparan cerca del 85 % de la producción en esta zona y que ya cuentan con la entrada y el interés de fondos de inversión.


Este cultivo sufre un modelo de integración, similar al del porcino, que crece a "pasos agigantados" que lo hacen atractivo para el capital externo, añade el informe.


La integración consiste en que los agricultores ofrecen a la empresa integradora sus inversiones y tierras a cambio de contratos de compraventa de productos a largo plazo, asesoramiento técnico e insumos productivos.


Los servicios técnicos de COAG, que han elaborado el estudio, inciden en que ese modelo genera "costes elevados" al agricultor y aunque los precios que recibe les da para cubrirlos, su rentabilidad está "supervisada y muy limitada".


Para estos técnicos, se cambia de un modelo de agricultores "autónomos" a otro en el que "se convierten en un proveedor" de alimentos sin "tomar decisiones sobre la gestión de su tierra".


A su juicio, el riesgo es que estos capitales decidan retirarse en el futuro y dejarlos "desamparados", lo que puede llevar a "problemas sociales y de empleo".


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El sector del vacuno de leche va más avanzado en esa reestructuración y concentración ya que actualmente hay 43.000 granjas menos que hace 20 años y sin embargo la producción ha subido ligeramente en ese tiempo.


Este hecho hace que se convierta en un sector también atractivo para los fondos de inversión y el ejemplo que recoge el estudio es el de la granja de más de 20.000 vacas proyectada en Noviercas (Soria).


Respecto al vacuno de leche, el informe de COAG concluye que el diseño y la concesión de subvenciones y la modificación de la normativa en el sector suponen "claras apuestas" políticas, que han favorecido un cambio en su modelo productivo.


Similar ha sido la evolución en el caso del porcino: El estudio recuerda que ha experimentado una "considerable" reestructuración durante los últimos años, cerrando granjas pero, las que operan, producen más.


En este caso, es el modelo de integración el que ha ganado terreno hasta copar el 75 % de toda la producción, quedando el ganadero independiente en el 10 % y las cooperativas en el 15 % restante.


Además de estos sectores, los técnicos perciben la progresiva entrada de capitales en el vacuno y en el ovino de cebo en Aragón y Cataluña y en el cerdo ibérico en Salamanca.


Para el secretario general de COAG, Miguel Blanco, todos estos datos demuestran que el modelo social y profesional de agricultura "está en peligro".


Las cifras de exportaciones y de valores de la producción agraria hacen pensar a Blanco que la agricultura "tiene futuro" pero teme que el agricultor no lo tenga si siguen fortaleciéndose esos nuevos modelos.


En esos cambios terminan ganando los "oligopolios" que "convierten" a los "profesionales autónomos" en sus "empleados precarios".


En su opinión, la mayor llegada de estos fondos se debe a la buena liquidez del mercado y a los bajos tipos de interés para financiarse que les permiten disponer de capital para invertir en sectores que "consideran rentables a medio plazo".


Blanco ha asegurado que ese capital externo "no genera tejido social en los pueblos, no mantiene la población rural y no contribuye a parar el avance de la España vaciada".


Ha aclarado, no obstante, que está a favor de una mayor concentración del sector primario pero con fórmulas como las asociaciones de productores o el cooperativismo.


El estudio será enviado a todos los grupos políticos con representación en el Parlamento y al próximo Gobierno central, con el objetivo de exigirles "medidas políticas y económicas para revertir esta situación. Lo primero: decidir si queremos una agricultura con agricultores en el marco de una economía social agraria o una agricultura con grandes empresas y empleados en el campo”.


CONCLUSIONES


Entre las principales conclusiones y tendencias se pueden destacar: la 'paradoja agro', esto es, el cierre de explotaciones pese a las cifras récord macroeconómicas, ya el sector ha perdiso en 10 años el 20 por ciento de los activos, pero al incremento un 9 por ciento de la superficie de cultivo; el 'sandwich' de agricultor, que se ve atrapado entre la presión de los costes y los precios; y el ocaso de la explotación familiar tradicional.


A esto, hay que sumar la concentración de la producción y la riqueza en menos manos, el aterrizaje de los fondos de inversión, la conformación de oligopolios, las cadenas de valor integradas, la especulación y la deslocalización, así como la transformación digital.



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