EN NOMBRE PROPIO

Melgarejo (Aepla): "La seguridad de los alimentos que consumimos, protegidos con fitosanitarios, está garantizada"

viernes, 26 de junio de 2020

Manuel Melgarejo aepla


Aepla  es una asociación empresarial nacional que representa al sector de fabricantes de productos fitosanitarios en España. Entre sus actividades se encuentran la investigación, desarrollo y elaboración de productos para preservar la sanidad de los cultivos frente a plagas y enfermedades, así como mejorar su rendimiento con el fin de producir alimentos sanos, seguros, y asequibles para todos los consumidores. En Agrodiario hemos querido conocer un poco más de cerca a esta asociación a través de su presidente, Manuel Melgarejo, quien nos ha concedido una entrevista 'En nombre propio'...


¿Qué es la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla)? ¿Cuáles son los objetivos de la asociación?


Aepla es la Asociación Empresarial que representa mayoritariamente a las compañías fabricantes de productos fitosanitarios en España. Representamos a nuestros miembros ante asociaciones de agricultores, legisladores, administraciones, consumidores, ONGs, medios de comunicación y público en general, en un marco de colaboración activa para contribuir al futuro de la agricultura. Por esa razón, trabajamos para promover un entorno legislativo y reglamentario sólido y estable, basado en criterios científicos, que facilite la I+D en el sector. Defendemos una agricultura española fuerte y competitiva dentro del mercado global; y tratamos de aumentar la conciencia pública de los beneficios y seguridad de los productos fitosanitarios, fomentando las Buenas Práctica Agrícolas como mejor garantía de sostenibilidad de la agricultura.


¿Cuál es la situación del sector de los fitosanitarios en España y cuál viene siendo su evolución?


Como elemento clave de un sector estratégico como es la agricultura, el análisis es más complicado. Aepla publicaba en 2019 el Informe ‘El futuro del sector agrícola español’ desarrollado por PwC, que analiza la situación actual y las perspectivas futuras de la agricultura. Este estudio realiza un profundo análisis del sector, identificando algunos de sus principales retos, objetivos de actuación y proponiendo palancas para alcanzar la competitividad del sector. En lo que respecta al sector de la sanidad vegetal propone trabajar por la innovación, la tecnología y la mejora de la disponibilidad de productos fitosanitarios, con el objetivo de incrementar la productividad y reducir costes para alcanzar un potencial incremento de la producción agrícola del 11,9% en 2050 y un impacto económico acumulado de unos 73.501M€ (2019-2050). Asimismo, y de manera transversal a todas las actuaciones y sectores, se identifica como palanca, la calidad normativa e institucional que suponga un incentivo para la innovación, y no un freno.


Como sector que provee de soluciones a los cultivos, existe una dependencia muy importante de la situación de éstos, precios, rentabilidad y de las condiciones climáticas, especialmente de las lluvias y de la disponibilidad de agua de riego. Por ejemplo, este año las precipitaciones primaverales han supuesto una mejora de las expectativas de muchos agricultores y existe un crecimiento del mercado respecto al año anterior de un 4 %. Pero esto se consigue con cada vez hay menos principios activos y es muy difícil conseguir la autorización para los productos formulados en tantos cultivos como tiene España. Desde el punto de vista empresarial no es buena tanta incertidumbre o inseguridad jurídica. Pero la apuesta del sector por la agricultura española es indudable. Sólo hace falta el mismo compromiso por parte de la Administración.


¿Qué acciones dirigidas a la sociedad viene estableciendo Aepla sobre la utilidad y beneficios de los productos fitosanitarios?


Afortunadamente, llegan cada día a nuestra mesa la cantidad suficiente y variada de alimentos para una dieta saludable y asequible que proporcionan una calidad y esperanza de vida impensable para en las generaciones anteriores. Lo damos como un derecho más, sin conocer la realidad que existe detrás de estos alimentos. Es consecuencia directa de la desconexión existente entre el mundo rural y el urbano, y la desinformación cubre esa distancia.


La opinión pública ha asumido como ciertos algunos mensajes catastrofistas y alejados de la realidad que provocan un rechazo a las herramientas que la ciencia ha puesto nuestro alcance. La preocupación de los consumidores por la seguridad de los alimentos no nos es ajena, pero deben estar tranquilos, nunca antes habíamos disfrutado de alimentos tan seguros y en gran parte esto es debido a la adecuada protección de los por los agricultores. Las soluciones fitosanitarias están avaladas por la rigurosa evaluación para ser autorizadas y los estrictos controles posteriores. Este mensaje debe llegar a cada ciudadano, y en ello ponemos todos nuestros esfuerzos de formación, información, transparencia y honestidad.


¿Qué significa la puesta en marcha de la Agencia Única de Fitosanitarios para la competitividad del sector Agrícola en España?


Son muchas las voces, entre ellas Aepla, que abogan por la creación de un único organismo evaluador como la mejor solución para mejorar la eficiencia y eficacia de nuestro Registro de Productos Fitosanitarios, y por extensión la falta de disponibilidad de herramientas destinadas a la sanidad vegetal que actualmente sufre el agro en nuestro país, provocando pérdida de competitividad de los agricultores españolas frente a sus colegas europeos. Sin embargo, son pocos los avances en la materia. Mantenemos nuestra oferta de colaboración a la Administración para todo aquello en lo que nuestra experiencia y conocimiento pueda resultar de ayuda para su diseño y puesta en marcha.


El cambio climático y, como consecuencia, el aumento de plagas y la reducción de sus ciclos supone un reto para el sector fitosanitario que exige mayor investigación. ¿Cómo está afrontando Aepla este hecho? ¿Qué importancia tienen la ciencia y la tecnología en el sector fitosanitario para el futuro de la agricultura?


Hay que permitir a nuestros agricultores producir alimentos de forma eficiente, usando menos suelo y menos recursos naturales, y para ello deben tener acceso a toda la tecnología disponible. Desde la industria continuaremos investigando para desarrollar soluciones más eficientes, sistemas que aseguren una correcta y segura aplicación sin impacto ambiental y extrapolando de cultivos mayores a menores para reducir costes de registro.


Pero para que este esfuerzo tenga los resultados esperados es necesario contar con un entorno legislativo y reglamentario sólido y estable basado en criterios científicos que facilite la I+D. No podemos conseguirlo solos, por eso tratamos de crear consenso a través de alianzas estratégicas y ofrecemos nuestra colaboración a legisladores, administración, políticos y asociaciones de productores para entre todos crear las bases de la agricultura sostenible y productiva del futuro.


La FAO ha señalado este 2020 como el Año de la Sanidad Vegetal, un tema fundamental para la asociación y para el conjunto de la producción agraria. ¿Qué beneficios aporta en relación a la producción de alimentos?


La FAO prevé que en 2050 la población mundial aumente hasta alcanzar los 9.700 millones de personas, y estima que será necesario producir casi un 50% más de alimentos, forraje y biocombustibles con respecto a 2012 para atender su demanda alimenticia. Al mismo tiempo, se hace eco del alarmante aumento en el número de plagas y enfermedades transfronterizas en plantas y animales, que ponen en riesgo la seguridad alimentaria en las zonas afectadas y tienen amplias consecuencias económicas, sociales y medioambientales. Es indiscutible que aceptar el desafío pasa por facilitar a los agricultores las herramientas necesarias para proteger sus explotaciones, pues cada año se pierden cerca de un 40% de cultivos por culpa de las enfermedades y plagas, lo que traducido en consecuencias económicas significa pérdidas de cerca de 290.000 millones de dólares anuales. Consciente de la situación, Naciones Unidas decidió declarar 2020 Año Internacional de la Sanidad Vegetal, iniciativa que pone de relieve el importante papel que una correcta protección de los cultivos desempeña para garantizar la sostenibilidad de la agricultura. Es una gran oportunidad para que, a través de la colaboración conjunta de gobiernos, sociedad civil y sector privado, encontremos soluciones de futuro.


La agricultura ecológica es un gran avance para el cuidado del medio ambiente. ¿Qué apuesta está realizando Aepla en este sentido? ¿Qué líneas de investigación y desarrollo están desarrollando en este campo?


Creemos que no hay modelos opuestos en cuanto al medio ambiente. Tanto la agricultura ecológica como la producción integrada (que es el 90 % de nuestra agricultura) respetan absolutamente el medio ambiente. Así lo garantizan las autoridades encargadas, tanto nacionales como europeas. A partir de ahí, las demandas del consumidor son atendidas con soluciones en las que todas las compañías invierten. La regulación actual fomenta el desarrollo de soluciones de bajo riesgo.


¿Está preparado el sector para la posible prohibición en todos los países de la Unión Europea del glifosato, el herbicida más utilizado del mundo?


Algunas de nuestras empresas están trabajando para demostrar la seguridad del uso de este compuesto. Lo mismo hace cada una de ellas respecto a los suyos. Lo que esperamos, como en el resto de productos, es que haya una evaluación científica y no un juicio mediático a productos o empresas.


¿Cree que las exigencias de los supermercados van en la misma línea que la Directiva de Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios para reducir los riesgos y efectos en la salud humana?


La seguridad de los alimentos que consumimos y que han sido protegidos con productos fitosanitarios está garantizada en primer lugar, gracias a la investigación de las compañías que permiten el desarrollo de productos cada vez más eficaces y seguros; en segundo lugar, por los estrictos controles de evaluación que deben superar para ser autorizados, responsabilidad de las Administraciones; y por último, por el correcto uso que de ellos hace el agricultor. Esto significa que deben ser aplicados siempre y cuando sea estrictamente necesario, en su justa medida y siguiendo las indicaciones de la etiqueta del producto y en las dosis prescritas por el técnico asesor. Es decir, deben emplearse dentro del modelo agrícola basado en la Gestión Integrada de plagas (GIP) y con una formación obligatoria necesaria para su adquisición. Cualquier exigencia de cumplimento adicional es gratuita, pues no supone una mayor protección del consumidor, y si un fuerte obstáculo para la competitividad del productor.


¿Considera que se están llevando a cabo suficientes campañas para concienciar sobre el uso de fitosanitarios ilegales? ¿Qué papel juegan las administraciones, distribuidores y cooperativas a la hora de combatir la utilización de estos productos en el mercado?


Desde Aepla trabajamos cada día para generar una mayor conciencia pública de los beneficios que los productos fitosanitarios ofrecen, y fomentar las buenas prácticas agrícolas que garanticen su seguridad. Sin duda, la primera de ellas es la de luchar para que todos los productos legalmente autorizados puedan ser comercializados. Por esa razón, una de nuestras principales preocupaciones en la última década ha sido el tráfico ilegal de estos productos, que existe en toda Europa y que supone un peligro para los agricultores, los consumidores y el medio ambiente. Entendemos que es necesaria nuestra aportación para solucionar el problema, y por eso colaboramos con nuestras compañías, distribuidores y autoridades con el fin de atajarlo. Por ello, desde 2008 está en funcionamiento un teléfono de avisos (902802081) para informar de manera anónima de cualquier movimiento o actividad que pudiera estar relacionado con este tráfico. Toda la información recibida se remite al Seprona y autoridades competentes para que puedan llevar a cabo las actuaciones pertinentes.


¿Cómo está afectando económicamente al sector fitosanitario el COVID-19?


Socialmente, la alerta sanitaria generada por el coronavirus Covid-19 está mostrando la capacidad de solidaridad y esfuerzo conjunto de nuestra sociedad. Esencial, solidaria y responsable ha sido la respuesta del agro español en general ante la crisis, algo que no debería sorprendernos, pues este compartimiento no es diferente del que habitualmente guía su actividad. La diferencia reside en la visibilidad adquirida, y es inevitable preguntarnos si el justo reconocimiento continuará vigente cuando nuestras vidas vuelvan a ser las que eran.


Dado su carácter esencial, el campo y el sector fitosanitario como parte de él, no ha suspendido su actividad en ningún momento, aunque evidentemente no lo hace aislado del resto de la economía nacional y es de esperar que sufra las consecuencias económicas de la pandemia, aunque es pronto para calcular las pérdidas.


Por último, ¿cómo se imagina la agricultura del futuro? ¿Y el sector de los fitosanitarios?


Somos un país agrícola y debemos sentirnos orgullos de ello. Para mantener este papel de referencia es necesario aumentar la producción sin descuidar el medio ambiente. En definitiva, hacer de la española una agricultura eficiente y sostenible, aunque las condiciones climatológicas y el entorno reglamentario en el que se desarrolle, no sean siempre los más favorables. Debemos poner a su disposición todas aquellas soluciones y técnicas que garanticen su competitividad, las cuales únicamente pueden conseguir gracias a la innovación agrícola, que en 2050 puede proporcionar un 67% más de alimentos y unos precios un 50% más bajos, y entre ellas los tratamientos fitosanitarios.


Sin embargo, todo este potencial puede no serlo tanto, de materializarse iniciativas como la estrategia comunitaria ‘De la Granja a la Mesa’ presentada recientemente, y que se asienta sobre un error de concepto, al considerar que la única forma de actuar contra los efectos del cambio climático reside en redefinir radicalmente el futuro del sector agrícola tal y como lo conocemos hasta hoy, hasta el punto de llegar a comprometer su viabilidad real. Objetivos planteados como el de reducir un 50% el uso de productos fitosanitarios y exigir que un 30% de la agricultura sea ecológica en el horizonte de tiempo planteado, resultan cuando menos irrealistas, si al mismo tiempo se quiere mantener la productividad y competitividad agrícola europea. Las experiencias de algunos países que han planteado estas políticas en el pasado han mostrado su fracaso, por lo que es, cuando menos, paradójico que se vuelva a plantear, ahora para toda Europa.


La innovación agrícola y la sanidad vegetal no pueden ser consideradas nunca como un problema, sino más bien como una parte fundamental de la solución para garantizar la satisfacción de las necesidades de alimentos de la población con un consumo de recursos mucho más eficiente y sostenible.


EN NOMBRE PROPIO


Un libro o una película: El río de la vida

Un color: verde

Un animal: perdiz

Una afición: el campo

Un deseo: que cada persona encuentre su ilusión

Un día de la semana: hoy

Una estación del año: las cuatro estaciones

Una comida: fabada

Un destino: Patagonia chilena

Un refrán: Si tienes un qué encontrarás un cómo

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