Legislación

UPA Andalucía defiende un reparto "más justo y social" de la nueva PAC

martes, 4 de agosto de 2020


Jovenes Agricultores Viñedo (Fotos Junta de Andalucía)


Según las ultimas noticias, el presupuesto comunitario para las políticas agrarias 2021-2027 no varía excesivamente a precios corrientes, pero sufre un descenso en precios constantes (aplicando la inflación).


Los agricultores andaluces reciben unos 1.400 millones de euros en Ayudas Directas anuales aproximadamente, y 1.910 millones de euros de Desarrollo Rural en todo el periodo (unos 2.448 M€ de gasto público total), es decir, 300 millones anuales aproximadamente. Seguiremos recibiendo los mismos importes si el reparto nacional no nos vuelve a perjudicar como hizo el anterior, con pérdidas que alcanzaron los 1.060 millones de euros.


Estas proyecciones de presupuesto se hacen a precios corrientes, es decir, sin tener en cuenta la inflación. Si las hacemos a precios constantes, teniendo una inflación media del 2% anual, al final del periodo (año 2027) tenemos una disminución del presupuesto del 10%. En la anterior PAC 2014-2020 a precios constantes, tuvimos una reducción del 13%, además de las pérdidas de los agricultores andaluces por valor de los mencionados 1.060 M€.


La agricultura necesita las ayudas de la PAC frente a un mercado volátil y desequilibrado. Además, ha dejado patente que se trata de un sector estratégico que hay que proteger y fortalecer. Por todo ello, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía considera que lo importante ahora es centrar los esfuerzos en cómo se diseñan las ayudas de la PAC para el nuevo periodo. Desde UPA apuestan por un apoyo incondicional a la agricultura familiar, ligada a la tierra, y que desarrolla su actividad en el medio rural. Más importante que un reparto territorial es un reparto de los recursos que llegue a los que verdaderamente lo necesitan: agricultores profesionales y pluriactivos, y sectores y subsectores que sin las ayudas no pueden seguir adelante. Además, en este periodo, más que nunca, hacen falta medidas de mercado que posibiliten precios justos por encima de los costes de producción.


Para ello, la organización agraria defiende como necesario que el sistema de ayudas que surja de esta reforma siga contando con dos pilares, uno enfocado a la renta y a las medidas de mercado, y un segundo orientado a la diversificación económica, medidas agroambientales, apoyo a la inversión e incorporación de jóvenes. También se han de habilitar elementos diferenciadores para los agricultores y ganaderos profesionales y para la agricultura familiar con multiactividad, centrándose fundamentalmente en aquellos que trabajan y viven en el medio rural.


Por otro lado, es preciso que se apueste por el fortalecimiento del tejido socio-económico de las zonas rurales como objetivo transversal y se pongan en marcha instrumentos como: techos en las ayudas, para que unos pocos no se beneficien de la mayor parte del presupuesto; pagos decrecientes que hagan que, a medida que aumenta el tamaño de la explotación, las ayudas disminuyan; y pagos redistributivos primando las primeras hectáreas, de forma que una parte del presupuesto y los recortes en techos y degresividad se distribuyan entre los pequeños y medianos agricultores, además de tener acceso al resto de pagos.


Así mismos, la ganadería extensiva y los sectores agrarios más vulnerables y de importancia social, económica y medioambiental deben ser objeto de pagos asociados (olivar tradicional, aceituna de mesa, vid, ovino-caprino, almendro tradicional, etc.). Y por, último, UPA Andalucía reivindica que la nueva PAC aumente el peso de los productores en la cadena de valor, facilitando normas que mejoren el reparto y la organización colectiva de los agricultores, estableciendo marcos jurídicos sobre competencia, autorregulación y cadena alimentaria uniformes y claros a nivel europeo.

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