EN NOMBRE PROPIO

Idáñez (Ceres): “Las mujeres del medio rural pertenecen a un ambiente patriarcal y machista con unos roles muy marcados que la delimitan desde su nacimiento"

viernes, 25 de septiembre de 2020


INMACULADA IDAu00d1EZ CERES (FOTO AGRODIARIO)


La Confederación de Asociaciones de Mujeres del Medio Rural CERES, nace en el año 1997 fruto de la necesidad detectada entre un grupo de mujeres agricultoras y ganaderas reivindicativas sobre los derechos profesionales de las campesinas para dar cobertura a las demás necesidades y expectativas como mujeres que viven y se desarrollan en las zonas rurales. En Agrodiario hemos querido conocer el papel de la mujer rural gracias a su presidenta, Inmaculada Idáñez, en nuestra entrevista 'En nombre propio'... 


¿¿En qué consiste la actividad de Ceres? ¿Por dónde pasan los objetivos de Ceres?


Ceres tiene como actividad fundamental desarrollar proyectos y programas cuyas actividades se destinan a acompañar a las mujeres del ámbito rural para su entrenamiento personal de cara a obtener igualdad real de oportunidades y formación en herramientas para su desarrollo profesional en igualdad de oportunidades para contar con derechos económicos en los territorios rurales. De otro lado, Ceres tiene una importante actividad de representación del colectivo de mujeres del medio rural a nivel institucional. Nuestra voz es fundamental en el Ministerio de Agricultura y en las Consejerías del ramo para construir los Planes estratégicos de la Política Agrícola Común. Precisamente, a fuerza de presión y de presentación de documentos y diálogo participativo, hemos conseguido que la perspectiva de género sea tenida en cuenta en la PAC para que el modelo de producción agroalimentaria no deje al margen el modelo de las mujeres. También la interlocución llega a través del colectivo feminista y de la participación asociativa de las mujeres ya que, gracias a las redes establecidas desde hace más de diez años con otras organizaciones estatales y en todos los territorios, podemos elevar las realidades y necesidades del medio rural y sus mujeres en los documentos internacionales o en los consejos de participación de la sociedad civil.


Con estas actuaciones Ceres cumple sus objetivos fundamentales que no son otros que conseguir alcanzar e ir limando las diferencias de trato y de derechos que existen entre los hombres y las mujeres en el medio rural.



En la actualidad, ¿a qué retos se enfrenta Ceres?



Como cualquier entidad, empresa o persona de este planeta tierra, yo diría que CERES se enfrenta al reto de superar una pandemia que está asolando a todos y todas. Como no, las mujeres estamos siendo especialmente golpeadas puesto que ya partíamos de una situación de desventaja.


Nuestra actividad de dinamización como confederación de asociaciones, se apoya en la organización de actividades que como hemos señalado en el punto anterior, se enfocan al empoderamiento de las mujeres y para esto, la presencia, el contacto y el debate en vio es fundamental. Si bien la organización y logística en el ámbito administrativo puede resolverse a través de las nuevas tecnologías, una formación vivencial y experiencial de nuestro calado va a afectar a la buena marcha de nuestra asociación. Estamos haciendo un esfuerzo enorme para adaptar a las mujerse al uso de las tablets, y teléfonos móviles así como ordenadores para que podamos acercarnos a los contenidos formativos que estaban en nuestra agenda, pero muchas se quedan por el camino debido a la brecha digital con la que convivían antes de que comenzase esta pandemia. Por eso se quedan fuera ellas y nuestra asociación con la batalla de ser las representantes de las mujeres agricultoras y ganaderas, pequeñas productoras, empresarias y emprendedoras, cuidadoras y artesanas del medio rural, para la reconstrucción del país.



Aprovecharemos en todo lo que esté a nuestro alcance con los presupuestos que tenemos y el personal con el que contamos, para formar e informar a nuestras mujeres sobre los contenidos de nuestro interés.



¿Cómo se complementan los objetivos de Ceres y Coag Andalucía en el ámbito rural?



En los estatutos de Ceres ya reconocen la vinculación con la organización agraria para alcanzar y desarrollar conjuntamente programas y objetivos de desarrollo en el medio rural, para el medio ambiente y la profesión agraria así como para la igualdad de género en el ámbito rural. En este sentido, fueron las propias mujeres agricultoras y ganaderas y las cónyujes y compañeras de los varones socios de la organización primaria COAG, las que decidieron organizarse en Ceres como medio para obtener canales propios para la interlocución y la formación así como para la cooperación con otras asociaciones de mujeres y poder ampliar el espectro de COAG con mujeres que puedan complementar la participación del sindicato y abarcar temáticas más sociales y horizontales que vayan más allá de las profesionales de la OPA pero que sean positivas para que las mujeres finalmente tengan derechos como profesionales.



¿Cuál es el perfil de la mujer rural?



La mujer rural es diversa como cualquier mujer. Sin embargo, estamos estereotipadas. Lo cierto es que las estadísticas y los datos cuantitativos revelan que la mujer rural es una mujer con tan sólo el 30% de la titularidad de las explotaciones agrarias y que fundamentalmente trabaja en el sector servicios.



Es la principal trabajadora en los cuidados del hogar y de las personas dependientes y cuenta con una mejor formación reglada para la actividad profesional que los varones. De ahí la "huída ilustrada" que se ha producido en las últimas décadas. Las que quedan trabajan fundamentalmente en los servicios.



Las mujeres del medio rural pertenecen y se desarrollan en un ambiente marcadamente patriarcal y machista con unos valores y roles de género muy marcados que la delimitan desde su nacimiento y en todas sus etapas vivenciales. De ahí que consideramos imprescindible la formación a todos los niveles y coordinada desde todas las estructuras para avanzar hacia un ambiente más igualitario con corresponsabilidad sobre todo de las tareas asignadas por cuestión de género a las mujeres.



¿Cómo es de alto el nivel de integración de la mujer en el sector agrario?



Depende desde la perspectiva donde se mire. En general, aunque quede mucho camino por recorrer y tengamos una imagen muy masculina del sector, considero que en los últimos 15 años se han realizado avances muy importantes y nuestra visibilidad y consciencia como miembros del sector ha ido mejorando. Las mujeres están muy integradas en el sector desde que existe. Somos las directoras de las huertas y la economía rural de autoconsumo. Por supuesto también lideramos las explotaciones ganaderas y más aún en la zona del norte y cornisa cantábrica.



En la agricultura del tractor sin embargo, somos las que perdemos al estar sólo como participantes como temporeras pero no con continuidad en trabajos con maquinaria. El problema es que no se ha reconocido nuestra colaboración ni aportación en las explotaciones familiares con varones al frente. Los trabajos y tareas de las mujeres en las mismas siempre han sido secundarios en cuanto a reconocimiento y nos está costando mucho trabajo hacer ver que el tiempo que dedicamos a las labores administrativas o de representación también es fundamental, necesario e importante. Y las labores de transformación dentro de las explotaciones o de distribución en los canales cortos también son muy importantes para las mujeres. Al tratarse, el campo, de trabajos muy físicos todavía existe en nuestro imaginario colectivo una imagen muy marcada por la imposibilidad física de las mujeres de trabajar en el campo por cuestiones biológicas. Aún así yo estoy esperanzada a que las cosas están mejorando. Pero hay mucha labor didáctica que realizar todavía. Las mujeres jóvenes sólo si proceden de familias agrarias se plantean este camino profesional. Además, el marco para la inversión en juventud tampoco favorece.



Hay figuras que ya apuestan por la visilización y para el alcance de los derechos económicos de las mujeres en las explotaciones agrarias, el problema es la educación y la cultura. Cuando en una familia hay una empresa no entendemos que haya más de dos personas cotizando a la seguridad social para reconocer su trabajo y que tengan los derechos asociados al mismo. Existe una cultura entre los varones y las mujeres de un modelo tradicional donde al ser autónomo para una empresa familiar basta con que uno de los dos lo haga. Las cuotas a la seguridad social que sólo se reducen el 30% 5 años si eres menor de 50 en el modelo de titularidad compartida tampoco ayudan a que muchas parejas escojan esta vía. El sector no se encuentra en una situación económica como para albergar cuotas a la seguridad social dobles incrementando los costes de producción. Y en nuestro Estado no se ha planteado desde la administración todavía la posiblidad de que las pequeñas explotaciones coticen de manera proporcional a su nivel de ingresos y tamaño. De esta manera una explotación de muchas hectáreas y muchos kilos de producción del alimento que sea, tiene las mismas obligaciones que una pequeña. Y eso hace inviable los modelos familiares donde las mujeres estamos presentes. El sistema nos aboca a renunciar a tener derechos.



Casi entendemos más que una mujer tenga un empleo con todos sus derechos con terceros por cuenta ajena si su pareja es autónoma a tener ingresos propios y ser co titular en una explotación.



¿Cómo se podría contar con una mayor participación de las mujeres en los órganos de decisión del medio rural?



Si se refiere a los órganos públicos, en la ley de igualdad ya sabe que existen las listas paritarias. Estas cuestiones son causa de mucho debate y reticencias pero son medidas positivas e incentivos que promueven la participación y que se termine con la cultura y la tendencia de relegar a las mujeres para el espacio privado. En un contexto social como el que tenemos, las cuotas considero que son necesarias.



Por ello, los estatutos y normas de reglamento interno de todas las entidades económicas y sociales del medio rural como por ejemplo, las cooperativas agroalimentarias, o las organizaciones agrarias deberían contemplar iniciativas y planes para promover la igualdad en la participación de las mujeres.



De la mano, está el hecho de que de manera efectiva, las mujeres sean las titulares de las explotaciones, porque esto lleva de manera directa a poder representar los intereses de su empresa en la entidad que sea menester.



¿Cuáles son los problemas a los que tiene que enfrentarse la mujer rural?



La mujer rural tiene que enfrentarse por estar en estos territorios a los mismos problemas que los hombres. La falta de servicios sociales para cuidado de mayores, niños y personas con otras dependencias, la falta de servicios que cubran las necesidades básicas, la falta de infraestructuras tecnológicas y el aislamiento geográfico que vive el medio rural en un porcentaje muy elevado por ser zonas de montaña y de difícil accesibilidad. Sin embargo, las mujeres se enfretan a un problema añadido: haber nacido mujeres. Por tanto, muchas de ellas no tienen un coche propio porque no trabajan y lo utiliza el miembro de la familia que trabaja, o no tienen carné de conducir o no tienen un centro de formación para mayores para poder cubrir esta formación que cuando eran jóvenes y estaban en un momento "reproductivo" de sus vidas, dejaron de lado. Al tener la carga social de cubrir la ausencia de estos servicios con su trabajo gratuito e invisible, entran en esa espiral de la invisibilidad de la que es muy difícil salir. Pero como ya he comentado antes, la tendencia es buena y existen cada vez más opciones, servicios, entidades y organizaciones que trabajan para limar estas desigualdades y conseguir que cada vez sean una parte más reconocida de la sociedad y los presupuestos se hagan con más perspectiva de género y los proyectos que van asociados a ellos también.


Grupo (viu00f1a) CERES (FOTO AGRODIARIO)



¿Son emprendedoras las mujeres rurales? ¿Cuáles diría que son los sectores en los que destacan?



Las mujeres, en general, somos emprendedoras. ¿Crees tú que las familias, las casas y los proyectos vitales irían como van si no fuera por las mujeres? somos muy valientes y por ello, el espíritu lo tenemos. Pero claro, no tenemos el presupuesto. No tenemos ingresos propios, en el medio rural, el modelo tradicional hace que las mujeres contemos con un patrimonio compartido por vienes gananciales y es difícil contar con ese espíritu emprendedor cuando tienes que partir de 0 y consensuarlo con tu pareja. Si tienes la explotación heredada y la profesión también, todo fluye de manera más fácil.


Los sectores en los que destacamos son los tradicionalmente vinculados a los roles de género. La educación y los servicios (limpieza, tiendas de atención al público, funcionarias públicas, enfermeras) y como no, también colaboramos en las explotaciones agrarias. Pero en primer lugar en el sector servicios.


¿Qué papel están jugando las mujeres en esta lucha por la igualdad en el medio rural?



Pues evidentemente somos las beneficiarias de la igualdad de género porque somos las principales afectadas de la ausencia de ella. Aunque también los hombres se benefician y mucho, de la igualdad de género por el enriquecimiento en la diversidad que se provoca cuando en todos los ambientes hay distintos sexos y porque permite que ellos vivan aspectos y parcelas de la vida que también por desigualdad, culturalmente a ellos se les negaba.



Por este motivo, nuestro papel es el de ser las principales defensoras y trabajadoras en la militancia y movimiento social de lucha por la igualdad, el feminismo. A nosotras nos aprieta el zapato y por eso somos las que nos quejamos. Lógico. Aunque esperamos cada vez más ir sumando compañeros que entiendan que un mundo injusto es un mundo enquistado y por ello se sumen a esta causa.



Siguiendo este tema, ¿por qué no está teniendo el éxito esperado la titularidad compartida de las explotaciones, una figura que desarrolla la Ley estatal de Igualdad entre hombres y mujeres?



Creo que en las preguntas anteriores te he ido contestando a ello. Falta voluntad política para dar dinamización a la falta de recursos administrativos, formativos y económicos que la impulse.



Un porcentaje muy alto de mujeres sufren de violencia de género en el ámbito rural.¿Qué cifras existen en este momento? ¿Es necesaria una mayor concienciación de la sociedad, para poder hacer frente común a este grave problema?



Desconozco las cifras por municipios y zonas rurales-urbanas. En el observatorio de violencia de género estatal se han consultado las cifras de la ficha del último boletín y los datos no se detraen por el tamaño del municipio. En 2010 se realizó un estudio sobre la violencia en los pequeños municipios del Estado y lo que sí se apuntó es que la cultura tradicional tan marcada empeoraba la situación para las mujeres que quieren salir de la espiral de la violencia. También el hecho de que todos los residentes en los pueblos se conozcan no facilita mucho que las víctimas se manifiesten para preguntar porque temen despertar el interés mórbido de sus conocidos sobre su situación personal.



Esta pandemia ha recrudecido la situación de las víctimas de violencia, la ONU lo alertó y los datos lo confirmaron. El teléfono de asistencia a las mujeres 016 aumentó en consultas en un 47%, las solicitudes de información on line en un 733% más que en el mismo periodo del año 2019.



Por último, ¿cómo ve el futuro de la mujer rural y sus derechos?



El futuro es incierto para todos. Para nosotras lo veo esperanzador. No vamos a retroceder. Lo que ha ocurrido con esta pandemia nos pone en el centro. Estamos concienciadas y empoderadas. Por eso, vamos a aprovechar nuestra posición in crescendo en todos los órganos de decisión y nuestro poder en los colectivos y entidades donde participamos como nuestra asociación Ceres, para posicionarnos en la construcción de nuestro Estado y que ésta se realice en términos de igualdad de género.



EN NOMBRE PROPIO


Libro o Película: La mano de Fátima, de Ildefonso Falcones

Color: Blanco

Una afición: Viajar

Un deseo: que las personas vivan más con los pies en la tierra

Un día de la semana: el jueves

Una estación del año: otoño

Una comida: huevos fritos con ajos

Un destino: Zumaia, Guipuzcoa

Un refrán: “Para cosechar, hay que sembrar”


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