Los dulces de Todos los Santos suavizan la amargura de las restricciones

Los fabricantes de dulces y los reposteros esperan un Halloween lleno de incertidumbre por las restricciones y recortes de aforo en los locales públicos y en las reuniones privadas a causa de la covid-19, pero no pierden la esperanza de poder reducir la amargura general con sus productos.

Con la llegada de la festividad de Todos los Santos (1 de noviembre) aparecen también los típicos dulces de la época: los buñuelos, los huesos de santo, los panellets; y con la llegada de Halloween (noche del 31 de octubre), los caramelos tematizados, que esperan que este año puedan continuar el crecimiento registrado en años anteriores al caer en pleno fin de semana.

El secretario general de la Asociación Española del Dulce (Produlce), Rubén Moreno, considera que va a ser una fecha incierta, pues "depende de las celebraciones que finalmente puedan realizarse".

La práctica americana de pasar casa por casa para recoger caramelos no es habitual en España, por lo que esperan que la variación sea moderada en esta "cita dulce" que supone cada año cerca del 10 % de las ventas anuales para varias empresas y que esperan que dinamice a un sector que ha visto cómo el confinamiento ha provocado una caída del 2 % en la venta de caramelos y chicles.

Aún así, los chocolates de snacks y barritas serán "las estrellas" de Halloween.

El presidente de la Confederación Española de Panadería, Pastelería, Bollería y Afines (Ceoppan), Eduardo Villar, explica que desde su entidad ven el panorama "un poco negro".

"Hablando con varias asociaciones, ni panaderos ni pasteleros están haciendo grandes previsiones, porque andamos pendientes de que el Gobierno aísle una región, las reuniones están diciendo que no pueden ser grandes", alega Villar.

Recuerda que festividades como la de Todos los Santos son sobre todo "la reunión de la familia" y, entre las limitaciones de aforo y el miedo al contagio, estas se verán reducidas, lo que puede afectar al nivel de consumo de estos dulces, tradicionalmente compartidos.

Contrasta con las perspectivas de la Confederación Española de Empresarios Artesanos de Pastelería (Ceeap), que dejan a un lado la incertidumbre y aseguran que sus expectativas están en un aumento de entre el 2 y el 3,5 % de las ventas a nivel nacional respecto al año anterior.

Enfatizan que los productos típicos de estas fechas tendrán más éxito en zonas determinadas, pero también recuerdan que aquellos comercios ubicados en el centro de las ciudades tendrán "una bajada en aquellas regiones de España donde se haya decretado el confinamiento y el cierre de la hostelería".

Por regiones, los buñuelos de viento tendrán su momento estrella en Madrid, donde se espera que se consuman alrededor de 265.000 kilos, dulces a los que les seguirán los huesos de santo, mientras que en Cataluña liderarán los panellets con piñones.

Precisamente, la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de Pastelería de Madrid (Asempas) estima que las cerca de 600 pastelerías de la Comunidad Autónoma venderán este año más de 400.000 kilos de dulces tradicionales.

Su presidente, Juan Antonio Martín, explica que, aunque sí prevén un descenso de las reuniones familiares y celebraciones con amigos, consideran que los dulces típicos de estas fechas "se consumirán igual o quizás un poquito más".

En paralelo a estas grandes asociaciones, otras empresas y pequeños establecimientos también trabajan para potenciar estas fechas, como El Corte Inglés, que planea la elaboración de más de 30.000 kilos de huesos de santo y buñuelos de viento para el día de Todos los Santos.

También hay otras pequeñas pastelerías que están desarrollando tartas, galletas y bizcochos, acompañados de diseños de arañas, calaveras o telarañas, para dar por primera vez en meses un susto que no esté relacionado con un virus.