Aceite

El Gobierno dejará vender aceite virgen extra en plástico tras la polémica desatada

viernes, 12 de marzo de 2021

AOVE (Foto Interprofesional del Aceite de Oliva Español)



El Gobierno ha optado por dejar caer uno de sus planes "estrella" para el aceite de oliva: prohibir la venta de virgen extra en botella de plástico para distinguirlo del resto de las categorías y reforzar su imagen de calidad en el mercado como producto "premium" apostando por el vidrio.


La idea fue lanzada en junio de 2020 por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, e inmediatamente se encontró con una enconada resistencia por parte del sector aceitero.


La propuesta iba a figurar en la norma de calidad para el aceite de oliva que ya prepara el Ejecutivo; sin embargo, el último borrador del proyecto de Real Decreto -en fase de información pública hasta el sábado día 13- ha dejado de incluir esta medida.


Lo que antes se presentaba como una prohibición, de momento se ha quedado en una alternativa que será debatida (entre otras) en el marco de un "código de buenas prácticas" que el Ministerio espera discutir con "asociaciones representativas del sector productor, la industria y la distribución" antes del 1 de octubre de 2022.


El citado código perseguirá "mejorar la percepción de los consumidores del aceite de oliva virgen extra promoviendo estrategias para su diferenciación y valorización, incluyendo el uso de envases y formas de presentación que permitan diferenciarlo de los aceites de otras categorías", reza el borrador.


En su anterior versión, el texto prohibía específicamente "la comercialización de los aceites de oliva virgen extra destinados a los consumidores finales en recipientes de plástico, a excepción de los suministrados en envases monodosis", por considerar que su imagen podía "verse deteriorada" al presentarse en ese material.


Fuentes del Ministerio han atribuido este cambio de posición al diálogo entablado durante los últimos meses con el sector, y precisan que no cesarán en su apuesta por fomentar el uso de envases que ayuden a "dignificar" el producto pero descartan cualquier tipo de prohibición.


Representantes del sector consultados por Efeagro -tanto de la parte agrícola como de la industrial- han coincidido en que respiran aliviados tras haber convencido al Ejecutivo de los múltiples inconvenientes que podía acarrear la obligación de envasar en vidrio.


"Lo que venga en el código de buenas prácticas será voluntario. La idea del plástico no tenía ningún sentido ni desde el punto de vista de calidad ni desde el punto de vista de la seguridad alimentaria", argumentan fuentes de las empresas aceiteras, que recalcan sobre todo el aumento de costes que implicaba la medida.


"No hay ventajas envasando en una botella de vidrio oscuro respecto a una botella de PET oscuro. Es más caro de transportar el cristal que el plástico, su peso es mayor, e incluso a nivel de emisiones de CO2 si analizabas el proceso completo tampoco se conseguía ser más respetuoso con el medioambiente", razonan.


No obstante, entre las críticas a la propuesta se observan divergencias, ya que una parte del sector defiende la necesidad de hacer más "elitista" el virgen extra para que su precio aumente -y que haya un mayor diferencial con el virgen, lo que dejaría margen para que esta última categoría recuperara ventas- y otros defienden la estrategia de hacerlo accesible a todos los públicos.


"El consumidor ha olvidado que existe el virgen, que a nivel de salud es casi igual que el extra. Hay diferentes usos para cada aceite y cada uno tiene sus nichos", señala un portavoz de los olivareros.


Actualmente, el peso del virgen extra en las ventas de aceite de oliva ronda el 40 %, mientras que el virgen no llega al 10 %; el resto es lampante ("suave" o "intenso").


Desde el campo se sigue apuntando a la necesidad de sensibilizar a las cadenas de supermercados para que no usen el aceite como "producto reclamo" y garanticen su óptima conservación antes de que llegue al consumidor final.


La norma de calidad del aceite forma parte de un paquete más amplio de medidas legales impulsadas desde el Ministerio con el objetivo de intentar evitar los desequilibrios entre una campaña y otra, con años en los que los precios a duras penas cubren los costes de producción.


De hecho, se acaban de aprobar cambios normativos para reforzar los controles a los paneles de cata -una especie de jurado que decide si un aceite se cataloga como virgen o virgen extra- y para permitir retirar producto del mercado de forma extraordinaria cuando exista sobreproducción. 

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