OPINIÓN

La última oportunidad del regadío español: Agro-Inteligencia Artificial

domingo, 21 de marzo de 2021

 

MA Del Amor Conferencia Esamur


LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA EL REGADÍO ESPAÑOL: AGRO-INTELIGENCIA ARTIFICIAL


El sistema agrícola español sufre uno de los periodos más convulsos de su historia. Tras un profundo cambio en el levante español iniciado hace ya más de 30 años, a través de la búsqueda de una optimización del recurso hídrico y acompañado de una mejora en la calidad de vida, prosperaron regadíos de alta rentabilidad con una marcada gestión empresarial, mientras el resto del territorio español se mantenía distante a esos cambios.


El riego por goteo y los primeros sistemas informáticos de gestión, permitieron la actualización en tiempo real de las comunidades que pudieron realizar las primeras facturaciones electrónicas de los consumos de agua y la gestión optimizada del agua a través de cupos mensuales de consumo, una revolución de finales de los 80 que impulsó un uso eficiente del regadío y cuya sede fue Mula, promoviendo una verdadera valorización del agua ante la escasez, y promoviendo un desarrollo tecnológico entorno al agua.


Esta heterogeneidad en la gestión de regadío español, y que a día de hoy sigue existiendo, ha propiciado una crisis identitaria en las diferentes zonas regables de España, que ya no sólo luchan por mejorar la calidad de vida asociada al riego, sino que también persiguen una mejora integral de sus explotaciones que minimicen los gastos y les confieran una mayor rentabilidad. Entendiendo el valor de agua no como lema político, sino forma de vida ligado a supervivencia al terreno.


La disparidad hídrica española también conlleva diferentes tipos de gestión o gobernanza asociada, las cuales sólo son recordadas en tiempos de crisis (hídricas o medioambientales), mientras los diferentes planes, programas o estudios incluían multitud de medidas que con el paso de los años han quedado en el recuerdo sin solucionar la problemática recurrente en todas las acciones del sistema hídrico e hidráulico español.


Esa amalgama de infraestructuras cambiantes o concesiones dispares han recorrido y recorren la vida del regante, siendo sólo ellos los únicos que promueven y persiguen las necesidades reales asociadas al riego, promoviendo aquello tangible como la modernización de los regadíos, impulsada por propia necesidad o el aprovechamiento de las aguas regeneradas impulsado por la falta de recurso, nunca por reglamentaciones interpuestas por la Administración.


Actualmente, aquellos que buscaron ser más eficientes a través de las modernizaciones, están inmersos en la disminución de los costes económicos intrínsecos de la propia obra, el aumento del coste energético o amortización de la ejecución de las infraestructuras asociadas y en una segunda fase en la implementación de energías renovables, mientras que el resto está considerando abandonar los cultivos por falta de rentabilidad debido a la competencia de países terceros sin oposición robusta de la UE.


Control de caudal en tuberías porta goteros (Foto MA del Amor)


En 2018 el equipo que formaba parte de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, que creció al amparo de la nueva eficiencia, nos dimos cuenta de los cambios originados desde la primera modernización de regadíos y otras gestas importantes en economía circular a nivel mundial, como la regeneración y reutilización de aguas que dieron lugar a la regeneración del río Segura, para establecer por tanto las nuevas estrategias acordes a los nuevos horizontes de futuro, que serían demandados no sólo por los propios regantes, sino por toda la sociedad.


Algunas de las iniciativas se resumen en el arduo trabajo de colaboración para la redacción del Reglamento (UE) 2020/741 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de mayo de 2020 relativo a los requisitos mínimos para la reutilización del agua y que conseguimos adaptar a unas necesidades reales para la agricultura manteniendo unos niveles adecuados de garantías sanitarias, pero a la vez promoviendo su uso, en completa colaboración con el Ministerio y a lo que gracias a nuestra experiencia en la materia, además pudimos ya en aquella época ayudar a otras Comunidades Autónomas a fomentar el aprovechamiento en regadío de las aguas regeneradas.


Tras la asistencia al Foro Mundial del Agua, la colaboración en la redacción de aquel maltrecho Pacto Nacional por el Agua, los primeros debates de la nueva PAC y nueva sensibilidad social, asociamos agua a economía circular, y vimos cómo otras iniciativas pronto lo hicieron --pactos verdes, de la granja a la mesa, etc.-- en las que, más que un reto, vimos que podía ser una oportunidad para la Región, pudiendo extrapolar su experiencia en la gestión hídrica y ayudar a conseguir un balance positivo para el medioambiente, impulsando de nuevo a la Región de Murcia como núcleo de referencia en agua que fomentara la devolución a la naturaleza de aquellos insumos como el agua, necesarios para la realización de cualquier actividad humana, siempre con un balance positivo para el medioambiente. En definitiva, y en todos los regadíos, promover el uso prioritario de las aguas regeneradas antes que otras, y así demostrando el verdadero valor del agua, lema del Día Mundial del Agua de este año.


Tristemente asociamos valor a cuantificación económica, no a la necesidad de devolver lo prestado en mejores condiciones que las obtuvimos, y que debería ser una obligación el tratamiento “activo” de las aguas y no la disolución de nuestras acciones con mayor cantidad o con mayores flujos en los ríos, intentando enmascarar los errores de una mala gestión y que, también sea dicho, penalizados por la Directiva Marco del Agua.


Esquema sondas agrointeligencia artificial 2 (Foto MA Del Amor)



Dentro de los múltiples proyectos, desarrollamos el más trascendental para el regadío y que buscaba dar transparencia absoluta a las consecuencias de su aplicación sobre el medioambiente, ya no sólo desde el punto de vista de ayudar al regante en su toma de decisiones, sino en la cuantificación del impacto de sus acciones para posterior valoración por las administraciones, ya que siempre entendí que la mejor defensa es la transparencia en las acciones y la cuantificación de las mismas, no legislar en contra sin análisis técnico.


Las administraciones han ido distanciándose de la realidad dejando lejos aquellos años en los que el Programa de Asesoramiento en Riegos enseñaba las nuevas técnicas con una exquisita implantación en campo a través de la transferencia tecnológica tecnificando el campo.


El miedo a las nuevas técnicas y la simplificación de aquellas han llevado a lo común lo extraordinario, diseñando en la actualidad explotaciones con fallos agronómicos o hidráulicos en muchas Comunidades Autónomas.


Debería ser misión de las administraciones establecer nuevos criterios para fomentar la adaptación a la realidad los nuevos condicionantes o los umbrales de funcionamiento, quedándose actualmente éstas muy por detrás de la realidad por falta de conocimiento exacto de la situación.


Control meteorológico en gestión de hidrates de riego en la CR de Pliego (Foto MA del Amor)


Por ello, y tras las diferentes experiencias realizadas, vimos la conveniencia de diseñar un proyecto de TODAS las administraciones en las que cada una dentro de sus competencias cuantificara y validara acciones para, por tanto, poder defender de manera justa la realidad un sector muchas veces señalado.


Por primera vez desde que en aquellos años que se aunaron esfuerzos para la puesta en marcha de la primera modernización de regadios de Mula, se diseñó un proyecto que reúne toda la tecnología existente para crear un sistema único que es capaz de monitorizar toda la información recibida y además favorecer un uso más eficaz y eficiente del agua, fertilizantes y energía a todos los regantes, permitiendo así mejorar la sostenibilidad ambiental de los regadíos, ya que además sería capaz de analizar la percolación profunda de las aguas de riego y abonados y analizar su posible afección a los acuíferos, monitorizando estos también.


En el proyecto debía participar y así lo hace la Confederación Hidrográfica del Segura, el Instituto Geológico Minero Español, las diferentes universidades y centros de Investigación (Imida y Cebas) junto a la Consejería que lidera el proyecto, usando la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena como referente para el proyecto y servirá probablemente de base para una segunda fase de cualquier modernización de regadios, en pro de una gestión sostenible de los mismos. Tal y como ya empezaron a percibir desde la UE con los que conseguí la financiación para la ejecución del proyecto, junto con otros cuyo objetivo era la retención de las escorrentías originadas por el Cambio Climático en un contexto de déficit hídrico.


Para la obtención datos y disipar afecciones, el proyecto también implementará las estaciones meteorológicas existentes del Imida, ya que para poder determinar la afección del riego, la pluviometría es esencial en la cuantificación.


El proyecto dispone de una serie de objetivos e indicadores a largo plazo como es el desarrollo de alertas tempranas, inteligencia artificial o nuevas metodologías nunca usadas que se verán implementadas en el regadío español, sirviendo de base coherente para la modificación de legislaciones existentes o de nuevas planificaciones, buscando el entendimiento real de todas las administraciones hacia el regadío.


Sondas de control de riego en lechuga 1 (Foto MA del Amor)


De manera resumida el proyecto contiene:


  • 500 puntos de medición de contenido de agua en el suelo, temperatura y concentración salina, con al menos 2 mediciones en profundidad, distribuidos en 300 puntos de hortícolas, 175 en leñosos y 25 en invernaderos con suelo, con distribución homogénea de las mismas en los sectores hidráulicos.
  • Instalación de sondas en los diferentes perfiles del suelo hasta el acuífero.
  • Análisis de suelo para la calibración y validación del sistema, con diferentes determinaciones.
  • Ampliación de la red piezométrica actual con 25 medidores, unida a las de la CHS e IGME. Con capacidad de medición sobre el nivel del acuífero y salinidad del mismo.
  • 1 Lisímetro de pesada para el contraste de datos junto a otros ya existentes.
  • 25 pluviómetros distribuidos en zonas características de la CRCC para contraste de información y seguimiento.
  • 50 caudalímetros en la línea porta-goteros para contraste de la información y cuantificación real del caudal arrojado por los goteros en el riego.
  • Plataforma de gestión y control de datos para la integración del IGME, SIAM-IMIDA, CARM, CHS junto a la existente para los comuneros de la CRCC.
  • Imágenes satélite y otras imágenes de gestión.
  • Sensores de contaminación.
  • Diferentes sensores en planta.


Un proyecto integral y pionero con el que conseguí aglutinar todos los conocimientos, tecnologías actuales y nuevos prototipos internacionales, implementados con el internet de las cosas, con la finalidad de cambiar la percepción del regadío, incorporando la Inteligencia Artificial “ambiental” al sector agrícola, así como sistemas de trazabilidad e inalterabilidad de los datos mediante 'blockchain' para el análisis y simplificación de un modelo complejo que determinará mediante alertas tempranas no sólo la limitación de una acción no conveniente para el medioambiente, sino que será capaz de aprender de sí mismo, adaptándose a los nuevos condicionantes y midiendo la capacidad de recuperación del conjunto del ecosistema, desterrando de una vez la idea de un regadío contaminante y ligándolo mediante la transparencia y riguroso análisis técnico a una contribución positiva sobre el medioambiente, de tal manera que no se concebirá una modernización de regadíos sin sistemas similares.


Miguel Ángel del Amor Saavedra

Ingeniero Agrónomo y ex consejero de Agua, Agricultura, 

Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de la Región de Murcia

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