El calabacín, la verdura baja en calorías

El calabacín es uno de los principales cultivos del huerto de primavera-verano. Es una verdura muy sabrosa, nutritiva y baja en calorías que pertenece a la familia de las Cucurbitáceas. Esta familia comprende unas 850 especies de plantas, en su mayoría herbáceas, trepadoras o rastreras, que producen frutos grandes y protegidos por una corteza firme. Frutas tales como la sandía y el melón pertenecen a esta misma familia, junto con hortalizas tan comunes como el pepino o la calabaza.

En 2020, Francia se convirtió en el principal importador de calabacín español dentro de la Unión Europea. En el caso de España, exportó aproximadamente 130.500 toneladas de este tipo de hortalizada al mercado galo, donde Andalucia lidera la producción de nuestro país. Alemania y Reino Unido se situaron en segunda y tercera posición, respectivamente.

Origen del calabacin

Su origen no es muy claro. Hay quienes lo situan en Asia Meridional y otros en América Central.No obstante, parece ser que los egipcios, griegos y romanos ya consumian calabacines dentro de su dieta, aunque según algunos escritos fueron los árabes quienes lo introdujeron en países del Mediterráneo. Finalmente, el calabacin llegó a Europa en la II Guerra Mundial.

Beneficios para la salud

• Fortalece la salud de los ojos
• Controla el colesterol debido a su contenido en fibra dietética
• Lucha contra el envejecimiento de la piel y comabte el acné
• Mejora la salud cerebral por su contenido en fósforo.
• Evita la retención de líquidos gracias a su elevado nivel de agua.
• Mejora el tránsito intestinal
• Su contenido en potasio disminuye los riesgos de accidente cerebrovascular y de contraer una enfermedad cardíaca
• Previene la gota gracias a su aporte en Omega 3
• Fortalece el cabello

Mitos

¿Es necesario comer el calabacin sin piel? La respuesta es no. Y es que la mayoría de sus nutrientes se encuentran en ella, por lo que no conviene pelarlo. A diferencia de otras hortalizas, la intensidad del verde de la piel no influye en la calidad de la pieza, y sólo depende de la variedad a la que pertenece. Por lo demás, su piel aporta, sobre todo, vitamina C y, en menor cantidad, vitaminas del grupo B.