Industria Agroalimentaria

La EFSA deja de considerar seguro el uso del dióxido de titanio usado en chuches, helados y salsas

viernes, 7 de mayo de 2021

Galletas, Dulces, Caramelos y golosinas (Foto Produlce Web)

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha señalado este jueves que el uso del dióxido de titanio (E171) como aditivo alimentario ya no se considera seguro, tras actualizar su evaluación a petición de la Comisión Europea.


"Un elemento fundamental para llegar a esa conclusión es que no se podía descartar la genotoxicidad (capacidad de dañar el ADN) tras el consumo de partículas de dióxido de carbono. Después de su ingestión, la absorción de partículas de dióxido de titanio es baja, pero pueden acumularse en el organismo", ha señalado el presidente de la Comisión Técnica de Aditivos y Aromas Alimentarios de la EFSA, Maged Younes.


Dicha sustancia contiene como máximo el 50% de las partículas de menos de cien nanómetros a las que pueden estar expuestos los consumidores, según un comunicado de la agencia europea.


La nueva evaluación revisa el resultado de otra publicada por la EFSA en 2016, que destacaba la necesidad de realizar más investigaciones para subsanar la falta de datos.


Desde ese año se han publicado miles de estudios que recogen nuevos datos sobre las nanopartículas y, aunque las pruebas de los efectos tóxicos generales no son completamente concluyentes, la EFSA no ha podido establecer un nivel seguro para la ingesta diaria del aditivo alimentario.


Tras ser informados de sus conclusiones, los responsables de la Comisión Europea y de los países de la Unión Europea estudiarán las medidas adecuadas para garantizar la protección de los consumidores.


En Francia, el uso alimentario del E171 fue suspendido en enero de 2020, en aplicación del principio de precaución sobre la base de un estudio del Instituto Nacional de la Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente (Inrae) de 2017.


Otro informe posterior de ese centro demostró que las nanopartículas del dióxido de titanio pueden atravesar la placenta de la madre durante el embarazo y llegar al feto, lo que plantea posibles consecuencias para su desarrollo.


El mencionado aditivo, que se utiliza sobre todo por sus cualidades de colorante blanco y para dar opacidad, puede estar presente en caramelos, productos de chocolate, galletas, chicles, salsas y helados, así como en pinturas y materiales de construcción. 

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