OPINIÓN

El sector avícola española sí puede ser un motor económico moderno y sostenible

lunes, 10 de mayo de 2021

En el 'World Poultry Day' (Día Internacional de las Aves de Corral), la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola (Avianza) lanza un mensaje de reivindicación de la labor de los miles de profesionales del sector avícola español, ante uno de los momentos más complejos de su historia, y también con mayores oportunidades.


Nuestro país necesita más que nunca reforzar su fortaleza industrial. En un momento de máxima tensión para nuestra sociedad, con los efectos de esta pandemia aún por discernir sobre la vida de las personas y la economía, es clave contar con un tejido empresarial fuerte, innovador y preparado para responder a los retos presentes y futuros. Y la industria avícola española es un potente motor .


que ya genera más de 2.300 millones de euros a nuestro PIB, con más de 40.000 empleos directos y una estructura moderna preparada para competir de igual a igual con otros países. En 2020, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la producción de carne avícola alcanzó los 1.7 millones de toneladas, pero lo hizo en un contexto estructural sin precedentes, y ante los que merece la pena reflexionar.  


Y es que corremos el riesgo de dinamitar unos pilares robustos que nos han llevado a ser una potente industria avícola en Europa, con una de las cadenas de valor más profesionalizadas del sector agro-alimentario español, con importantes avances en genética y desarrollo de especies autóctonas, y con fuerte arraigo en la economía regional. Sin olvidar el acompañamiento de un cuerpo de veterinarios de máxima confianza y las fuertes inversiones en diseño, desarrollo y consolidación de plantas industriales de última generación. Somos además un referente gastronómico, tanto como productores de nuevos productos y formatos como por acompañar a nuestro sector de la restauración en nuevas propuestas culinarias que combinan lo mejor de los alimentos de España.

El reto "verde y tecnológico" forma parte de nuestra cultura como industria avícola, como demuestran iniciativas como el acuerdo marco entre varias interprofesionales para impulsar la transformación digital y sostenible de nuestras industrias cárnicas a través de los fondos Next Generation, con una inversión conjunta de más de 3.500 millones de euros, de los que el 50% son de procedencia privada.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible están en nuestra hoja de ruta como empresas y como parte de una sociedad en la que queremos un futuro mejor. Pero el verdadero desarrollo sostenible pasa por entender la realidad de la industria avícola, sus particularidades, y no generar deslocalización de industrias claves para Europa, con fuertes compromisos en bienestar animal, investigación o aplicación de estrictas medidas de bioseguridad y protocolos de erradicación de antibióticos en la alimentación, aplicados desde hace años. La normativa europea y la española es una de las más estrictas, algo que otros mercados no garantizan, y donde los ODS tampoco son una prioridad. El reto es alimentar a miles de millones de ciudadanos de forma responsable, donde una carne avícola de calidad y controlada genera confianza y responde a la necesidad de contar con una dieta rica en nutrientes, proteínas naturales, saludable. Es algo que defenderemos ante la Cumbre de Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios que se celebrará este año.

En esta declaración de principios, ofrecemos también una aportación clave para el desarrollo del tejido industrial y económico de las zonas rurales o más despobladas. Pero lo hacemos desde el proceso de digitalización que es ya un hecho en sus plantas. Somos una industria que abordó un ambicioso reto de transformación, con el objetivo de ser más competitivos, y a la vez más sostenibles. No se trata solo de un proceso que mejora nuestras industrias, sino también nuestra capacidad de conectar con los consumidores, de llegar a ser la respuesta a sus necesidades y nuevos hábitos de consumo.

La industria avícola no es un mero productor marca blanca, sino que ha sabido adaptarse a nuevos escenarios, romper esa última milla para llegar a nuestros clientes a través del ecommerce o de una relación más transparente, más directa, más cercana. Y eso es sinónimo de madurez y de fortaleza, nos coloca en una posición inmejorable para seguir aportando valor a cada vez más segmentos de nuestra industria.

Esto nos lleva a reforzar nuestra posición en los mercados internacionales, habitualmente no considerados prioritarios en el pasado, y que hoy más que nunca son una oportunidad y una necesidad para nuestras empresas. Japón, China, Filipinas, Oriente Medio, México o la propia Europa perciben que algo se está moviendo en el industria avícola española, y es momento de defender más que nunca esa posición. Genera negocio para nuestras empresas, genera empleo, genera riqueza, y consolida en definitiva una posición más fuerte como potencia avícola. 

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