Asaja prevé un descenso del 25 % en la cosecha de cereales de invierno

La cosecha española de cereales de invierno (trigo, cebada, avena) se situará en 16 millones de toneladas este año, lo que supone un descenso de un 25 % respecto a la producción de 2020, según las estimaciones difundidas por la organización agraria Asaja.

Los bajos rendimientos se deben "a la primavera más seca de los últimos 15 años", según ha subrayado Asaja, citando a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), "y esto ha hecho que el granado de los diferentes cultivos en su fase final no haya llegado a término, algo que ha ocurrido en buena parte de las zonas productoras de cereales".

Por otra parte, la elevada actividad tormentosa de las últimas semanas, en buena parte acompañada de pedrisco, han siniestrado más de 230.000 hectáreas, de las que 80.000 han sido en los diez primeros días de junio.

Asaja prevé que los daños por las tormentas sean "muy elevados" por su intensidad y porque las cosechas se encontraban en la última parte del ciclo vegetativo.

También ha mencionado los daños ocasionados por la fauna silvestre que en esta campaña han sido "cuantiosos", según Asaja, quien ha afirmado que "como consecuencia de la pandemia, la actividad cinegética ha sido prácticamente nula durante los meses de nascencia del cereal".

La organización agraria ha resaltado el "malestar de los cerealistas" porque aunque el nivel de aseguramiento de este sector es alto, en las pólizas se permite, a su juicio, un "limitado rendimiento máximo asegurable en muchas zonas productoras. "

"Esto hace que ante la tasación de los siniestros, la indemnización sea mucho menor que el valor real de la producción", ha añadido.

Respecto a los precios, ha señalado que, si bien las cotizaciones en general son más elevadas que en las últimas campañas, "los costes de producción se disparan".

"Suben desmesuradamente el precio del gasóleo y el de los fertilizantes y la próxima sementera se verá directamente condicionada por estos incrementos", según la misma fuente.

Por otro lado, Asaja ha hecho hincapié en la necesidad de dar solución al problema generado por la prohibición de la quema de los restos de cosecha y ha pedido "sensibilidad" a la Administración ya que esta práctica "es una herramienta" con la que siempre ha contado el agricultor y que le ha facilitado el control de plagas y malas hierbas.