Ganadería y Pesca

Los insectos se abren paso en el mundo de la proteína animal para el ganado

lunes, 30 de agosto de 2021

Acheta Domesticus o Grillo domu00e9stico (Foto EducaMadrid)

La harina de insectos como fuente proteica para alimentar al ganado es ya una realidad una vez que la Comisión Europea ha dado luz verde al uso de proteína animal para pienso de porcino y aves de corral tras levantar las restricciones impuestas con la irrupción del "mal de las vacas locas" a principios de siglo.


Será a primeros de septiembre cuando entre en vigor la orden por la que los operadores podrán usar harinas de carne de origen porcino en los piensos para aves de corral y viceversa; norma que ha sido aprovechada por las instituciones comunitarias para permitir de paso el uso de la harina de insectos para esas especies.


La CE ha dado el visto bueno con el aval de investigaciones y dictámenes científicos.


Entre las distintas puertas que ahora se les abren, los fabricantes de piensos se centran especialmente en las oportunidades que ofrece el uso de insectos.


El director general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), Jorge de Saja, ve esa opción como “mucho más interesante” que las otras proteínas animales porque son una fuente natural en la dieta de muchos animales.


Producir industrialmente harina de insecto “puede tener un impacto muy significativo en el sector” aunque aún “falta I+D” por implementar, ha asegurado.


Espera que ahora, con la autorización de la UE, se hagan “grandes inversiones” que investiguen más en las propiedades nutricionales de los insectos.


El potencial “es enorme” para un país como España cuya industria de la alimentación animal tiene “voluntad y ambición” para “seguir creciendo”.


Contar con una materia prima más les permite afrontar mejor la “gran carencia” y dependencia que hay de otras proteínas.


Para De Saja, la decisión europea es “lo más interesante” que ha visto salir del Parlamento Europeo “en muchos años”.


No cree, sin embargo, que tenga mucho éxito el uso de las otras harinas animales permitidas porque “hay poca y es cara”.


Para el director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera, la aprobación de la UE supone el “culmen” de una “lucha que comenzó en 2005”.


Ahora se abre la oferta de proteínas más allá de la “importación de soja de la que la UE es absolutamente dependiente”.

La economía circular, bajo su punto de vista, también se potencia, porque pueden reutilizarse ya los subproductos sin necesidad de desecharlos o quemarlos.


La “novedad” de incluir a los insectos es “bienvenida” pero cree que aún falta investigación para determinar aspectos como su regularidad en la inclusión de la dieta de los animales.


El secretario general de la interprofesional de la carne de ave (Avianza), Jordi Montfort, encuentra ventajas para no depender tanto de la soja importada cuyo precio “está por las nubes” y “afecta a los costes de producción”.


Además, ha destacado el hecho de que la proteína de insectos es una materia “ecológica y de fácil desarrollo”.


Cree también que la industria del pienso necesitará un tiempo para adaptarse porque “seguimos con dietas a base de soja” ya que “dan buenos resultados de conversión energética” en el ganado.


Los fabricantes “tendrán que hacer sus pruebas y analizar de qué forma implementar” su uso para “tener el mayor beneficio posible”.


El director de la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (Inprovo), Enrique Díaz, ha apuntado que volver a usar harinas de carne permite fomentar la economía circular y reducir la dependencia de materias primas compradas en terceros países.


Incluso tiene una “implicación medioambiental” porque “reducir la presión” sobre el mercado de la soja aplacaría la deforestación que se ha llevado a cabo en algunos países productores.


La aprobación del uso de insectos la ve lógica porque las aves son omnívoras y, de hecho, comen insectos cuando están en libertad: “Para la gallina, será como volver a una alimentación propia de su naturaleza”.


“En principio” cree que contar con una carta más amplia de ingredientes para alimentar al ganado sí puede relajar los precios de las materias primas aunque habrá que estar atento a “cada momento” porque son “muy volátiles”. 

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