Ciencia

Una firma saudí explora el uso del agua salada para una agricultura más sostenible

lunes, 6 de septiembre de 2021


Ensayo tomate agua salada (Foto Red Sea Farmsweb)


Sistemas para enfiar invernaderos con agua del mar o tomateras injertadas con variedades resistentes al agua salobre son algunas de las soluciones que está explorando la empresa saudí Red Sea Farms para avanzar hacia una agricultura más sostenible y menos dependiente del agua dulce tan escasa.


"Hay diferentes cifras sobre cuánta agua dulce se destina a la agricultura, pero a grandes rasgos es de entre el 65 % y el 80 %, dependiendo del lugar. Fundamos Red Sea Farms porque queríamos tener un impacto en términos de conseguir cultivar alimentos con menos agua dulce", asegura a Efe Ryan Lefers, uno de sus fundadores.


Lefers, un ingeniero estadounidense, y Mark Tester, un científico australiano especializado en plantas, crearon Red Sea Farms en 2019 con el apoyo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdulá, en la localidad de Zuwal, situada en la costa del mar Rojo de Arabia Saudí.


ENFRIAR INVERNADEROS


Hasta el momento, han desarrollado una tecnología para climatizar invernaderos que utiliza agua del mar, reduciendo drásticamente el consumo de agua dulce.


Lefers explica en una entrevista telefónica como en algunos invernaderos en Riad, "entre el 90 y el 95 % del agua total que se utiliza es para enfriar, mucha más que para el riego".


Eso es así en Arabia Saudí, donde el calor es extremo y, por tanto, la necesidad de climatización, mayor. Estima que en otras latitudes "se puede destinar en promedio un 60 o 70 % de agua a enfriar" los invernaderos, lo que "sigue siendo un amplio porcentaje".


Además, su sistema para mantener frescos los invernaderos y otras soluciones tecnológicas que han desarrollado para estos están diseñadas para funcionar con energía solar, con lo que se reduce su consumo energético.


TOMATES RESISTENTES AL AGUA SALADA


Su otra línea de trabajo consiste en la búsqueda de una variedad de tomate comercial que tolere el agua salada mediante la técnica del injerto.


Así, están investigando entre la gran variedad de tomates existentes cuáles son las más tolerantes al agua salada.


"Hay algunos parientes salvajes de los tomates que crecen en agua del mar. No se cultivan comercialmente porque producen tomates pequeños y de baja calidad", explica Lefers, así que están intentando injertarlos en una especie de tomates comerciales de buena calidad para desarrollar una planta robusta y tolerante a la sal.


"Estamos haciendo unos cultivos de prueba en Egipto y Arabia Saudí aunque, por ahora, para lo tomates que estamos cultivando con propósitos comerciales no estamos usando agua del mar, sino aguas subterráneas salobres, que tienen menos sal", indica.


De momento se están enfocando en el tomate, que supone, según Lefers, entre el 20 y el 30 % del mercado de hortalizas procedentes de plantas injertadas, con lo que esperan ayudar a los agricultores con problemas de salinidad en sus terrenos.


"Con el crecimiento de la población y los cambios en el clima, tenemos que ser más sostenibles en el uso del agua dulce y eso incluye abrirnos a nuevas tecnologías", concluye.

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