Formación

Las mujeres del campo ponen alas al medio rural

sábado, 13 de noviembre de 2021


Pru00e1ctica Dron Mujeres (Foto Fademur)


Veinte mujeres provenientes de la España rural se han iniciado este jueves en el pilotaje de drones para agricultura de precisión en el aeródromo de Camarenilla (Toledo), en un curso organizado para mitigar la brecha de género persistente en el sector primario que enseña a utilizar una tecnología en auge para optimizar el cuidado de los cultivos, que se vuelven más rentables.


Menos del uno por ciento de los pilotos de drones en España son mujeres y, sin embargo, este curso pionero financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación e impartido por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) ha generado mucha demanda, con 200 mujeres inscritas.


El manejo de drones en el sector agroalimentario permite arrojar datos sobre el estado de las explotaciones, ayuda a detectar plagas o hacer un seguimiento del ganado, con lo que contribuye a que las mujeres de campo "pongan alas" al medio rural, ha afirmado en declaraciones a los medios la responsable de formación del curso, Sonia García.


A través de la captación de imágenes y la interpretación de la información recogida en las fotografías, las profesionales del sector pueden conocer la temperatura de cada planta o controlar el nivel hídrico del suelo, datos muy valiosos con los que se "ahorran costes", que la instructora ejemplifica con las aplicaciones fitosanitarias.


"Cuando nos encontramos con el cultivo dañado, podemos valorar dónde está la enfermedad y no aplicamos el insumo a toda el área como se hacía antes, partiendo de que es un químico que cuesta 200 euros el litro. Imagina lo que ahorramos en diez áreas", ha explicado.


SORTEAR LA DESIGUALDAD CON "DESTREZA"


Una de las finalidades de esta práctica, desarrollada en el aeródromo de Camarenilla, es sortear las barreras de desigualdad ya que, según ha indicado García, la "máxima diferencia" entre hombres y mujeres es "la fuerza física" y, sin embargo, el pilotaje de drones es un trabajo que requiere de "destreza y lógica".


Tres de las mujeres participantes son de Castilla-La Mancha, una cerealista, una ganadera y una productora de huevos.

Alba regenta una explotación mixta de agricultura y ganadería en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) con ocho trabajadores a su cargo y con esta primera toma de contacto ha visto una "oportunidad de mejorar" en su trabajo, que lo vuelve "más cómodo" y permite "ahorrar tiempo y dinero".


Una de las ventajas que aporta el dron, ha destacado, es el monitoreo de animales, a los que a veces suelta en "sitios del monte inaccesibles a los vehículos", ayudando a encontrarlos.


Para trabajar con un dron profesional se necesita formación y una inversión mínima para adquirir el material, que oscila entre los mil y los veinte mil euros.


La presidenta de Fademur, Teresa López, ha dicho que las mujeres participantes se han sentido "involucradas" y han visto que se pueden abrir "nuevas puertas" en el ejercicio de su profesión, e incluso, nuevas oportunidades en el mercado laboral.


La primera edición de este curso, que arrancó el pasado 2 de noviembre, ha sido gratuita y ha estado compuesta por 22 horas de formación teórica, que se ha desarrollado de manera telemática, y más de seis horas prácticas manejando drones en campos de cultivo.

PUBLICIDAD

SUSCRÍBETE A LA NEWSLETTER

ESTUDIO

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD