Tecnología

La cámara del móvil, una revolución para la gestión efectiva del campo

lunes, 29 de noviembre de 2021


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La llegada de los smartphone a la vida de las personas revolucionó la forma de entender las interacciones sociales pero es que complementos que se fueron añadiendo, como sus cámaras para foto y vídeo, han revolucionado la forma de gestionar los cultivos o la inspección de la calidad de los alimentos.


Las aplicaciones de móvil destinadas al campo son muchas y algunas de ellas permiten que con, una sola foto, un experto en calidad o un agricultor sepan el calibre exacto, el color, el estado de madurez o los niveles de PH de una fruta.


Es el caso de la app “Clarifruit”, que cuenta con la validación del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de Cataluña (IRTA), y que ha sido mostrada durante la jornada de campo del V foro para el impulso de la Transformación Digital en el Sector Agroalimentario (Datagri) que se clausura este viernes en Lérida.


Con “Clarifruit” se dice adiós a las mediciones “a ojo de buen cubero” porque la recopilación de datos se basan en tecnologías que aportan precisión y objetividad y que dan mayor eficacia a la labor de inspectores de calidad o mayor información válida para la toma de decisiones del agricultor.


La app para móviles “Pixofarm” también hace de la cámara del teléfono móvil un componente esencial porque con sólo tomar fotos de una manzana averigua su tamaño exacto, puede hacer predicciones de cómo evolucionará durante la campaña y por lo tanto su rendimiento.


También puede elaborar un conteo de las manzanas y, con todo ello, ofrece unos datos al productor para optimizar sus cosechas y crecer en eficacia y productividad.


Son sólo dos porque existen muchas otras app de "big data" que con tecnología basada en la Inteligencia Artificial permiten compilar una gran cantidad de datos que ayudan a la toma de decisiones de los operadores de la cadena agroalimentaria y mejoran su labor en múltiples aspectos.


El coordinador de la iniciativa científica sobre sistemas agroalimentarios inteligentes del plan estratégico del IRTA, Joan Bonany, ha asegurado que estas transformaciones digitales tienen el “potencial” de cambiar la agricultura “al mismo nivel” que otras revoluciones, como fue por ejemplo la mecanización agrícola a principios del siglo pasado.


Las herramientas digitales “pueden ayudar mucho” a los retos que tiene planteada la agricultura y “ya está disponible” aunque “falta superar la brecha de llegar a los agricultores”.


“Hay que hacer un esfuerzo enorme de transferencia de conocimiento al que ayudan eventos como Datagri”, ha avisado.

En esta última jornada de Datagri también se han dado a conocer grupos operativos (GO) centrados en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el sector agroalimentario, como es el caso de “Gophytovid”.


La responsable de I+D de la empresa bodeguera Familia Torres, Montse Torres, ha explicado en qué consiste este grupo operativo, coordinado por su compañía, que pretende optimizar el uso de fitosanitarios en viticultura en base a mapas de vigor.


Gracias a este proyecto se ha desarrollado un dispositivo que puede ser instalado en cualquier equipo de aplicación de fitosanitarios y es capaz de leer los mapas de prescripción elaborados.


De esta manera, se controla de forma automática la presión de trabajo en función de la ubicación georreferenciada del equipo, respetando siempre los límites establecidos para un adecuado tratamiento fitosanitario.


Con ello se ha logrado reducir entre el 10 y el 40 % el uso de dichos productos de tratamiento, según ha expuesto.


Otro grupo explicado ha sido el de Agricultura de Precisión en Riesgo y Fertilización de Cítricos, cuyo proyecto ya acabó en septiembre pasado.


El coordinador de dicho grupo, Gil María Campos, ha señalado que se han usado sensores terrestres (como sondas de humedad) y aéreos (satélites o cámaras multiespectrales en drones) con datos sobre parámetros esenciales para conocer con precisión las necesidades de riego y fertilización de los cítricos.


Se trata de saber “cuánto, cómo y cuándo” se pueden hacer las aplicaciones, lo que redunda en la eficiencia de las labores agrícolas.


La vicepresidenta de Datagri, Rosa Gallardo, ha mostrado, en declaraciones a Efeagro, su satisfacción por el número de asistentes y la calidad de los mismos así como por la coordinación y por el respaldo de “todas” las instituciones.


Gallardo ha concluido lanzando el mensaje de que la transformación digital es una “necesidad” para el sector y el reto es que “nadie se quede atrás”.


La tecnología “está ya disponible pero tenemos que avanzar muchísimo en la tasa de adopción” de la misma “y aprovechar las oportunidades económicas, de sostenibilidad ambiental, territorial y social” que ofrece.


Bajo su punto de vista, es necesario mejorar la “formación y la capacitación y hay muchos” expertos dispuestos a ayudar en ello.


Datagri ha cerrado así su cuarta edición que ha estado marcada por la vuelta a la presencialidad, tras la edición de 2020 que tuvo que ser telemática debido a la pandemia. 

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