La exportación hortofrutícola crece en 2021 pese a covid, Filomena y volcán
MADRID Efe Agro miércoles, 29 de diciembre de 2021
La covid, Filomena y el volcán de La Palma han marcado el quehacer del sector español de frutas y hortalizas frescas en 2021, un año en el que el consumo de estos alimentos se ha mantenido por encima de los niveles prepandemia, aunque ha caído respecto a 2020, y han aumentado las exportaciones.
El año comenzaba con la mayor borrasca de nieve que se recuerda -de nombre Filomena-, que dejó incomunicado el centro de España e hizo imposible durante varios días el tránsito por carretera de los camiones e, incluso, provocó la ruptura del abastecimiento de frutas y verduras de muchas cadenas de supermercados e hipermercados.
El presidente de los mercados mayoristas de frutas y hortalizas de España (Coemfe), Andrés Suárez, lo recuerda muy bien; en Mercamadrid, donde es miembro de la directiva de Asomafrut, la "prueba de fuego" de Filomena se superó con éxito y solo estuvo cerrado dos días, por lo que a los fruteros no les faltó género.
En su balance de 2021, Suárez ha apuntado que este ejercicio deja al sector hortofrutícola mayorista un "sabor agridulce", porque la perspectiva es que el año finalice con un 8 % menos de ventas que en "2020, un año muy bueno", gracias a su impulso durante el confinamiento, aunque, eso sí, por encima aún de las de 2019.
Según el último Panel de consumo alimentario en los hogares del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), con datos hasta el 31 de agosto pasado, el consumo per cápita de fruta en España es de 94,86 kg/persona/año (99,74 kg en diciembre de 2020); el de hortalizas, de 60,6 kg (63,9 kg) y el de patatas, de 21,8 kg (23,1 kg).
La lista de los diez productos hortofrutícolas frescos más consumidos en España la encabeza la patata, seguida de la naranja (15,75 kg), plátano (13,66 kg), tomate (13,50 kg), manzana (9,74 kg), sandía (8,52 kg), melón (8,18 kg), cebolla (7,60 kg) y mandarina (6,41 kg).
La erupción del volcán de La Palma también ha dejado huella en el año hortofrutícola que está a punto de finalizar, debido a los daños que ha causado en plantaciones de aguacates y, sobre todo, de plataneras.
Los últimos datos que maneja el gerente de la asociación Asprocan, Sergio Cáceres, apuntan a que la lava ha afectado al 35 % de la superficie platanera de la isla, con una pérdida estimada de producción de entre 30 y 40 millones de kilos de plátanos al año.
Pero si algo ha marcado el presente ejercicio hortofrutícola ha sido el debate sobre la reforma de la Ley de la cadena alimentaria, cuya entrada en vigor ha contentado a las principales asociaciones agrarias, a Asprocan -que ha conseguido una excepción en su aplicación para el plátano canario-, pero no del todo a Fepex, la principal patronal del sector.
El director de esta federación de productores y exportadores de frutas y hortalizas, José María Pozancos, ha avanzado que las proyecciones para el total del ejercicio pasan porque el volumen exportado se sitúe en 13,3 millones de toneladas, un 1 % más que en 2020, y su valor alcance los 15.200 millones de euros (+4 %).
En su balance de 2021, ha mencionado la inflación de costes y la dificultad para trasladarlos a los precios de venta en el actual escenario de pandemia.
El responsable técnico en frutas y hortalizas de Asaja, José Ugarrio, ha lamentado que en un contexto de alza de costes de insumos como el cartón, el plástico o la energía, los precios de la almendra o de la sandía y el melón no hayan subido lo que se esperaba, en estos dos últimos casos, por las importaciones.
En COAG, su responsable hortofrutícola, Andrés Góngora, ha añadido que el tomate sigue condenado por la competencia exterior y esta campaña ha continuado perdiendo hectáreas, aunque los precios no se han comportado mal, y que en la fruta de hueso, sin embargo, las cotizaciones han sido mejores que en otros años.
Góngora ha apuntado que en esta campaña de otoño-invierno, con la bajada de temperaturas, sí se ha percibido una menor competencia para las hortalizas de invernadero de Almería, ya que la crisis del precio de la energía ha frenado la producción en Países Bajos, Bélgica y Francia.
