Daños por climatología adversa y seguros

El lunes acaba el plazo para asegurar la próxima cosecha de frutales

sábado, 26 de febrero de 2022


Daños pedrisco caqui 2 (Foto La Unió)


El lunes, 28 de febrero, termina el plazo para asegurar la cosecha de frutales 2022 a través de las modalidades que incluyen cobertura de todos los riesgos climáticos. 


Entre ellos se incluye el pedrisco, el mal cuajado y la helada, que en la pasada cosecha dejó daños superiores a los 66 millones de euros en total, y se convirtió en la principal causa de indemnizaciones para los fruticultores asegurados.


El final del plazo, el día 28 de febrero, incluye a una de las principales zonas productoras de nuestro país, el valle del Ebro (Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña), así como a todas las regiones del norte peninsular (salvo la comarca leonesa de El Bierzo, cuyo plazo finaliza el 10 de marzo).


Las indemnizaciones del seguro agrario para compensar los siniestros en frutales (melocotón, albaricoque, ciruela, manzana, nectarina, paraguayo, platerina y pera) alcanzaron los 144 millones de euros durante 2021, un 9% más que el año anterior, según los datos recogidos por Agroseguro. El total de superficie afectada alcanzó las 66.500 hectáreas.


Por ámbito, el valle del Ebro es la zona que concentró la mayor indemnización de fruta, con más de 77 millones de euros, lo que supone el 53% del total nacional. Más concretamente, los fruticultores de Aragón recibieron 36,6 millones de euros, los de Cataluña 33,5 millones y los de La Rioja algo más de 6 millones.


Las heladas ocurridas en los meses de marzo (San José) y abril, las reiteradas tormentas de pedrisco que cayeron sobre estas producciones desde el comienzo de la primavera y a lo largo de todo el verano y los siniestros de mal cuajado provocados por la inestabilidad climática son los riesgos que más han afectado a estas explotaciones.


El año 2021 se ha convertido en el segundo peor de la historia del seguro agrario, con más de 722 millones de euros en indemnizaciones, lo que, de nuevo, refleja la gravedad que los efectos del cambio climáticos están teniendo sobre el campo y constata la conveniencia de contar con un seguro agrario. 

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