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¿Cómo reciclo el metal?

jueves, 11 de agosto de 2022


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Si queremos preservar nuestro planeta, es vital reciclar. La recolección y el procesamiento de los desechos que el ser humano genera a lo largo de su vida permiten crear nuevos productos basados en los mismos materiales originales, pero a partir de su reciclaje, lo que minimiza el impacto medioambiental.


Amarillo, azul, verde y marrón son los colores que habitualmente revisten a los contenedores de reciclaje. Cada uno de dichos contenedores está destinado a albergar en su interior desechos de un tipo u otro. A grandes rasgos, el contenedor amarillo se utiliza para envases plásticos, latas/bandejas/papel de aluminio, tetrabriks... Por su parte, el contenedor azul se destina a ítems de papel o cartón (cajas, hueveras, platos y vasos desechables...). El verde se emplea para envases de vidrio, pero no de cristal: botellas de agua, botellas de licor, zumos... (en caso de cristal: bombillas, vasos, espejos..., los objetos se llevan a un punto limpio). En cuanto al contenedor marrón, este se utiliza para los residuos orgánicos (restos de alimentos, serrín, flores/plantas/hojas secas...) Estos cuatro contenedores son los principales. Para otra clase de restos: aceite, prendas de ropa, calzado, etc. hay contenedores más específicos que se disponen en la vía pública para facilitar su reciclaje.


No obstante, aunque reciclar papel, cartón, plástico y vidrio está bastante claro, la mayor parte de las personas aún tiene dudas sobre donde reciclar los metales. La "chatarra", que es como nos referimos comúnmente a los trozos de metal (especialmente si son de hierro) se recicla sobre todo para posteriormente utilizarla en el proceso de producción del acero. Hay dos tipos de chatarra: la que se obtiene a partir de metales ferrosos (hierro, acero) y la que se extrae de metales no ferrosos (zinc, cobre, magnesio, estaño, plomo...)


En este artículo, nos centraremos en explicar qué tipos de metales son reciclables, cómo se reciclan y cómo se aprovechan posteriormente. También veremos cómo reciclar aluminio, que es quizás el metal más habitual en casa.


¿Qué metales pueden reciclarse?

La mayor parte de los metales que utilizamos en el día a día pueden fundirse, para luego crear nuevos materiales o nuevos productos de dicho metal. Algunos de estos metales se pueden reciclar y reutilizar un número ilimitado de veces sin que pierdan las propiedades que los caracterizan. Su reciclaje comporta beneficios indiscutibles: reduce la contaminación del aire y del agua, minimiza la energía que se requiere en el proceso de fabricación de latas, automóviles, aviones, trenes, maquinaria, dispositivos móviles, muebles con piezas metálicas, etc. Por ejemplo: reciclar latas de aluminio genera energía suficiente como para mantener una televisión encendida durante un par de horas. Sin embargo, no todos los metales se pueden reciclar. A continuación, se recogen los que sí:


  • Hierro
  • Acero
  • Aluminio
  • Cobre
  • Bronce
  • Latón
  • Plomo


¿En qué objetos los podemos encontrar?


  • El hierro es el metal duro más utilizado y puede encontrarse en puertas, herramientas (martillos), tornillos...
  • El acero se ubica sobre todo en electrodomésticos, piezas de coche, cubiertos, sartenes, tuberías, clavos...
  • El aluminio es el más común en la rutina diaria: platos, papel de aluminio (con el que envolvemos los bocadillos para los niños, por ejemplo), latas, contenedores, ventanas...
  • En cuanto al cobre, es el metal conductor por excelencia. Así pues, se encuentra fácilmente en cables.
  • El bronce (aleación de cobre y estaño) se halla en joyas y elementos ornamentales.
  • El latón (aleación de cobre y zinc) se utiliza sobre todo en bisutería.
  • Para finalizar, el plomo se encuentra hoy día en baterías principalmente. En el pasado solía utilizarse en cubertería, en lugar del acero.


¿Reciclo oro y plata?


También se pueden reciclar, sin embargo, la energía necesaria para su proceso de reciclado es bastante más elevada. Se recomienda más bien su venta.


¿Cómo reciclar metales?


Previamente a echar los metales al contenedor, se recomienda separarlos y limpiarlos. Después de ello, si se trata de envases (latas de aluminio, por ejemplo) han de llevarse al contenedor amarillo. Si no son envases, se recomienda llevarlos a un punto limpio, donde hay un contenedor especial para metales. No obstante, el aluminio puede fácilmente reciclarse en el contenedor amarillo, que admite: papel de aluminio, cápsulas de café, latas de refresco, latas de conserva, bandejas de aluminio, aerosoles, botes de desodorante, tapas y chapas de aluminio...


En cuanto al proceso de reciclado de metales, podemos observar cinco etapas totales:


Recolección

Se recogen los desechos, a partir del contenedor amarillo (aluminio) o del punto de reciclaje (contenedor especial para metales).


Separación

Se separan los metales desechados que están en buen estado de aquellos que están dañados (metales oxidados). También se valora qué materiales están compuestos (metal en combinación con plástico, madera...).


Preparación y trituración

Una vez separados, los metales se compactan. Forman un mismo bloque en el que se juntan todos los desechos para luego triturarlos a la vez. De este modo se ahorra energía en el proceso de fundición y se reduce el nivel de residuos metálicos que puedan generarse durante la fundición.


Fundición

Las láminas en las que resultan los metales ya triturados pasan por un horno, donde se funden ("derriten").


Purificación

En este proceso, los trabajadores responsables se ocupan de verificar que los metales procesados no tengan impurezas. A través de distintos procesos, elimin los restos de metales no deseados, hasta que el metal fundido (ya purificado) pasa por un enfriamiento que permite poder ser reusado.


Productos de metal reciclado


El acero se recicla para hacer latas de conserva, electrodomésticos y coches. El aluminio, para menajes de cocina, bicicletas y latas de bebida. El bronce, elementos para puertas, joyas, estatuas... En cuanto al cobre, cables y tuberías. El hierro, para herramientas y verjas. El latón, en enchufes, radiadores... Y el plomo, sobre todo en baterías de coche.

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