Aceite

El padre del NutriScore: "El aceite de oliva no puede tener la nota máxima"

lunes, 30 de enero de 2023

Desayuno dieta mediterranea (Foto DQFusa web)


"Es bueno que se vaya a mejorar la nota del aceite de oliva, pero no es legítimo que tenga la A, porque, como el de colza, son 100% grasa", según ha declarado el creador del etiquetado nutricional NutriScore, el científico francés Serge Hercberg.


Hercberg, una de las eminencias de la nutrición en Europa, hace balance, en una entrevista con Efeagro, de este etiquetado que cuenta con casi tantos defensores como detractores. Los primeros estiman que da una valiosa información para que el consumidor coma más sano, mientras los segundos acusan a este sistema de ser confuso e incompleto.


El veterano investigador resalta que las nuevas notas que el algoritmo del NutriScore dará a partir de mediados de 2023 serán más precisas: mejorará al aceite de oliva o los pescados grasos y degradará a los cereales de desayuno -normalmente con alto contenido en azúcar- y las carnes rojas.


Junto a esta nueva (y polémica) evaluación, el nutricionista y epidemiólogo también habla de la promesa por parte de la Comisión Europea (CE) de presentar una propuesta de directiva para adoptar este etiquetado de manera obligatoria en la UE. De 2022 se ha aplazado hasta 2023, aunque Hercberg teme que solo ocurra en 2024, después de las elecciones al Parlamento Europeo.


"El NutriScore incomoda a ciertos intereses económicos, a ciertos estados también, como a Italia, que hacen una presión tremenda para frenarlo o para retirarle su esencia", denuncia el reputado científico, ya retirado de la primera línea, pero considerado una autoridad en la nutrición.


El familiar etiquetado multicolor con cinco letras, del verde (A) para los productos más saludables, al rojo (E) para los menos, lo adoptan siete países europeos (el pionero fue Francia en 2017 y les siguieron otros seis, entre ellos España). Las marcas aplican este sistema de manera voluntaria, muchas veces por la presión de los consumidores.


El padre del NutriScore está satisfecho de su impacto. "Se basa en datos científicos acreditados, los consumidores lo aprueban y, aunque tenga sus límites, es capaz de influir en la selección del consumidor y en su estado de salud a medio-largo plazo".


Desde el subterráneo de la Universidad Sorbona París-Nord donde se guardan en ultra-congeladores miles de muestras biológicas de franceses, usadas para constatar el impacto de la alimentación en su salud (diabetes, hipertensión, cáncer), Hercberg no puede evitar recordar sus choques con las grandes marcas, las firmas de distribución y las cadenas de televisión que se financian con publicidad de alimentos.


Y, como cuenta en su reciente libro ("Tais-Toi et mange!" "¡Cállate y come!", de HumenSciences), también la presión de ciertos grupos políticos más permeables a "esos intereses económicos". La Italia de Giorgia Meloni encabeza la férrea oposición a este etiquetado. Considera que productos como los quesos y la charcutería autóctona resulta "estigmatizada" por el NutriScore.


El investigador francés reconoce los límites del sistema que creó (no recomienda cantidad, ni analiza el origen, ni si contiene pesticidas, o el ultraprocesado), pero lo considera como el más completo para aportar la información nutricional de la manera más clara y sintética.


"No somos capaces de agregar todos esos elementos en un solo etiquetado. Hay que aceptar la idea que se deben dar informaciones segmentadas y complementarias", estima Hercberg, quien recuerda que los otros etiquetados referencia, como los de Reino Unido, Australia o Chile son también limitados.


LA PARADOJA DEL CHOCAPIC Y EL ACEITE DE OLIVA


Cinco años después de que se pusiese en marcha en Francia, el efecto del NutriScore en las recetas ya se nota. Los cereales de desayuno Chocapic, de Nestlé, redujeron notablemente su contenido de azúcar e incluyeron más fibras con trigo integral. El efecto fue una mejora de la nota, de la "C" hasta el "A".


"Por un lado, se demuestra que los industriales pueden mejorar sus productos, pero, por otro, una buena clasificación de algunos no puede confundir a los consumidores. El nuevo algoritmo apoyado por un comité científico penaliza más los productos salados y azucarados y los cereales de desayuno (como los Chocapic) no pueden tener una A", cuenta.


El sector del aceite de oliva en España ha sido uno de los que se consideran más perjudicados por el NutriScore. A pesar de que su nota vaya a progresar del "C" al "B", el sector exige la máxima nota.


Hercberg defiende los beneficios de este emblemático producto español y mediterráneo, aunque justifica que no tenga una nota máxima por su contenido de grasas (100 %).


"Leo mucho en la prensa española que el sector del aceite de oliva quiere clase A. Me pregunto, ¿es el sector económico el que decide cómo clasificar un producto o son los científicos? Mañana Coca-Cola dirá que quiere un A o un B y la Nutella del grupo Ferrero que quiere una mejor evaluación", finaliza. 

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