La UE deja a los agricultores sin armas contra las plagas que se han vuelto resistentes a los productos autorizados

Asaja ha señalado  que los productores almerienses afrontan un "inicio de campaña de primavera donde el pulgón se ha vuelto resistente a las soluciones fitosanitarias autorizadas", a la vez que ha lamentado la "continua retirada por parte de la Comisión Europea de materias activas que son eficaces para la contención de plagas".

Según ha indicado la organización agraria en una nota, 27.600 hectáreas de invernaderos se encuentran en régimen de producción convencional integrada, lo que permite a los productores combinar el control biológico con el fitosanitario.

"Pero con años como este con altas temperaturas en otoño y a finales del invierno, el desarrollo de algunas plagas no se puede contener solo con control biológico", han advertido.

Por ello, han solicitado que se autoricen "las materias activas necesarias para la contención de las plagas", además de trabajar en el desarrollo del control biológico, pero sin dejar a los agricultores "indefensos" ante las plagas sin herramientas químicas o biológicas para paliarlas. 

"El desabastecimiento puede ser la tónica dominante si la Unión Europea no ofrece alternativas a los agricultores para combatir las plagas", ha precisado la presidenta de Asaja Almería, Adoración Blanque.

Ha añadido que los efectos del Pacto Verde Europeo apoyado por la Comisión Europea se plasman en retiradas continuas de materias activas en fitosanitarios, lo que deja a este sector "tan especifico e intensivo" sin métodos de defensa ante las crecientes plagas y enfermedades. 

"La ejecución de las políticas del Pacto Verde han dejado al agricultor sin herramientas eficaces para el control de las plagas y enfermedades", ha apuntado Blanque.

La organización ha considerado que, además del fuerte incremento de costes, a esta campaña habrá que añadirle la perdida de producción debido a esta "elevada incidencia" de plagas y enfermedades que provocan el levantamiento de cultivos, lo que genera, en muchos casos, que los productores no puedan recuperar la alta inversión realizada en sus cultivos.

"No tiene sentido que en la Unión Europea estemos reduciendo materias activas en los productos fitosanitarios y sin embargo se permitan en países terceros a la hora de importar sus productos", sostiene Blanque.

Asaja Almería ha instado a las administraciones a que se "posicionen de lado del agricultor y eviten la prohibición de estas herramientas fitosanitarias mientras no existan alternativas que puedan proporcionar un control efectivo para todas las plagas y cultivos".