Asaja Alicante valora las lluvias como "agua de mayo" para el campo, pero llega tarde para el cereal

Las precipitaciones que se registran en la Comunidad Valenciana propiciadas por la DANA suponen "agua de mayo" y "un respiro" para el campo alicantino, sobre todo para hortalizas, cítricos y almendros, aunque han llegado "demasiado tarde" para el cereal -trigo, cebada y avena-, según Asaja-Alicante.

Las cosechas de cereal "ya estaban perdidas en un 90 % en la comarca de l'Alcoià", un dato "irrecuperable, a pesar de las lluvias de estos días", dado que el primer trimestre del año ha sido "uno de los más secos en las comarcas del centro y el sur de la provincia desde que hay registro meteorológico", ha afirmado Asaja-Alicante.

Además, los técnicos de la asociación manifiestan su preocupación por el olivar, que está en fase final del proceso de floración, y temen que la abundancia de agua pueda afectar al cuaje, "hecho que podrá valorarse definitivamente dentro de unos días", según un comunicado de la organización agraria.

También apuntan a que por ahora no ha habido episodios de granizo y sostienen que la piedra sí que suele causar daños, como el ocurrido el día 13 en zonas del Campo de Elche y Crevillent, que ocasionó una merma "del 15 % de la superficie de granada mollar" de Elche en plena floración de los árboles.

De momento, de este cambio de tendencia, tras un invierno y una primavera muy cálidos y secos, la asociación ha dicho: "Por mucho que nos anuncien un futuro catastrófico, la realidad es que nadie sabe lo que pasará en el futuro, pues el clima es impredecible e incontrolable".

A su juicio, las pérdidas de cultivos por la falta de agua "se deben más a las consecuencias de las decisiones políticas que al comportamiento climático".

Para la asociación agraria, se trata de una "sequía política" y no estrictamente climatológica, lo que "viene a suponer la ineficacia en la gestión de los recursos por parte de las administraciones, que deben realizar una planificación estable que contemple las necesidades de cada territorio y una inversión para captar el agua".

"La sequía climática se pasa con la lluvia, pero la política es como un parásito que destruye lentamente el sector agrario", ha manifestado el presidente de Asaja de Alicante, José Vicente Andreu.

Ha indicado que "las precipitaciones han permitido ahorrar un riego en las explotaciones agrícolas de algunos puntos del sur de la Comunidad, especialmente del Vinalopó y de la cuenca del Segura, a la vez que se van llenando los embalses".

DAÑOS EN CEREZA

El cultivo de la cereza lleva cinco años cuya producción ha ido cayendo en picado; de hecho, este año no hay producción de esta fruta en la Montaña de Alicante, según la nota de prensa.

"A los problemas de clima, elevados costes de producción, la no adaptación de la cobertura del seguro en este territorio de minifundios se han unido el aumento del abandono agrario, el incendio de la Vall d’Ebo y una nueva plaga, según el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida", ha señalado Asaja.

Por ello, Asaja de Alicante ha solicitado de manera urgente una línea de ayudas directas 'ad hoc' para los productores de cerezas para que puedan "favorecer la sostenibilidad de la producción y la inmediata recuperación económica de este cultivo, que ha sido sometido a una continua catástrofe durante los últimos años".

También ha reivindicado la adaptación de los seguros a "las peculiaridades del territorio y medidas que dinamicen la fijación de la población rural en las comarcas donde tradicionalmente se desarrolla este cultivo".

Asimismo, la entidad ha anunciado que, una vez estén constituidos los gobiernos autonómicos tras las elecciones del 28M, reunirá a los productores de cereza y al Consejo Regulador para instar a la administración a llevar a cabo una planificación urgente que actúe e impulse este cultivo tan emblemático para la provincia.