La OIV celebra su centenario con nueva sede y una reunión ministerial

Hôtel Bouchu en Dijon, nueva sede de la OIV (Foto OIV)
photo_camera Hôtel Bouchu en Dijon, nueva sede de la OIV (Foto OIV)

La Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV) celebró este domingo su centenario con la inauguración de su nueva sede y la segunda reunión ministerial de su historia.

Además, la organización iniciará mañana en Dijon su 45 congreso, que concluirá el próximo viernes. 

La OIV fue creada en 1924, inicialmente con 8 miembros, entre ellos España, y ha crecido hasta los actuales 50 integrantes, con 18 más como observadores. 

La reunión ministerial es la segunda que celebra la OIV desde la primera, de 1932, por lo que la declaración "es una etapa historica" ya que "nunca habíamos tenido" un texto así, valoró la anfitriona, la titular francesa de Agricultura, Annie Genevard, en una rueda de prensa a su conclusión.

La declaración aprobada por los ministros reconoce el papel económico "muy importante" del sector del vino en los paises miembros, pero también su dimensión cultural y patrimonial, tanto material como inmaterial.

El texto también alerta de los efectos del cambio climático sobre el sector vitivinícola, lo que hace necesario acentuar el papel de la investigación para ayudar a la adaptación, señaló Genvevard. 

El ministro español de Agricultura, Luis Planas, resaltó a EFE que el sector del vino afronta dos grandes retos: el cambio climático y el cambio en los gustos de consumo en los últimos años.

"El incremento de temperaturas está modificando no solo las variedades, sino los lugares en que se efectúan las plantaciones de viñedo", aunque "este es un factor que ya tiene asumido el sector, pero que tiene consecuencias prácticas importantes", explicó.

También subrayó el papel del viñedo "tanto en la conservación del suelo como en la captura de carbono, que son dos ejemplos muy importantes de su contribución a la sostenibilidad ambiental".

Planas incidió además en "el cambio de los gustos de consumo", ya que la generación más joven pide vinos con menos alcohol, más blancos y espumosos, ecológicos o incluso  desalcoholizados.

"Por eso los bodegueros y los viticultores tienen que empezar a pensar qué se hace de cara al futuro", incidió. "El que manda es el consumidor, y si el consumidor se inclina hacia un lado los productores tienen que inclinarse hacia esa misma orientación", recapituló.

La ministra francesa apostó por "recuparar la tradición del vino entre la generación más joven", no solo en su consumo, sino en la concienciación de su importancia cultural y ecológica.

Y es que el centenario y el congreso llegan en un momento complicado para el sector del sector a nivel global, ya que la demanda mundial bajó un 2,6 % en 2023 hasta 221 millones de hectolitros, la cifra más baja desde 1966, según el informe anual de la OIV, publicado en abril pasado.

La organización atribuyó entonces ese descenso a dos factores principales, por un lado la tendencia descendente que registra el consumo desde el máximo de 250 millones de hectolitros registrado en 2007.

Por otro, a la inflación, que aumentó los costes de producción y el precio de venta mientras se reducía el poder adquisitivo de los consumidores. 

El Gobierno francés ha puesto en marcha un plan para arrancar 30.000 hectáreas de viñedo a fin de responder al descenso del consumo y al aumento de las existencias en las bodegas, recordó la ministra francesa de Agricultura en la rueda de prensa.

Esas 30.000 hectáreas son algo menos del 4 % de la superficie total de viñedo de Francia, y la Comisión Europea ya ha autorizado ayudas por 120 millones de euros para el proyecto.  

La ministra  Genevard recordó que el sector vitivinícola francés considera que habría que ir más lejos y que "habría que arrancar unas 100.000 hectáreas". 

"El sector ha decidido un esfuerzo de consolidación para asegurar su futuro", recalcó.

La producción mundial de vino cayó en 10 % en 2023 hasta los 237,3 millones de hectolitros, debido sobre todo a las sequías, heladas y lluvias torrenciales en buena parte de las principales regiones productoras.

Esto supone que el año pasado hubo un exceso de producción respecto al consumo de algo más de 16 millones de hectolitros. 

La OIV fue creada en 1924, inicialmente con 8 miembros, entre ellos España, y ha crecido hasta los actuales 50 integrantes, con 18 más como observadores. 

Se mudó de París a Dijon (noreste de Francia) en 2022, de forma provisional mientras concluían las obras de renovación de su sede definitiva, el Hotel Bouchu, un palacete del siglo XVII clasificado como monumento histórico. 

Homenaje a Pau Roca

Además, la OIV rindió este domingo un homenaje a Pau Roca, que fue su director general desde 2019 hasta su fallecimiento en diciembre pasado.

La ciudad de Dijon, actual sede de la OIV, bautizó un viñedo en su honor, el Clos Pau Roca, en una ceremonia en la que también participó el ministro español de Agricultura, Luis Planes.

La ceremonia estuvo marcada por la inauguración de la plaza y del pórtico del Clos Pau Roca, que estuvo a cargo de François Rebsamen, el alcalde de Dijon (la ciudad a la que se mudó la OIV en 2022 desde París). También participó la familia del homenajeado.

"Pau Roca ha sido el gran reformador y modernizador de la OIV", afirmó Planas en unas declaraciones a EFE, en las que resaltó que a su llegada al cargo la organización estaba "muy envejecida en sus estructuras y en su funcionamiento".

Añadió que Roca dio un nuevo impulso a la OIV, con "un espíritu modernizador e innovador", con la entrada de Reino Unido, Ucrania y Albania, así como con la mejora de las relaciones con otras organizaciones internacionales.

Actualmente, la OIV tiene 50 países miembros y otros 18 tienen la calidad de observadores.

"Pau Roca era una persona apreciada por el conjunto del sector en España por su relación con la Federación Española del Vino, pero también en Europa y en el mundo (...) Un auténtico líder del mundo del vino", por lo que el homenaje es "merecido", concluyó el ministro español.

Roca, que falleció con 65 años, comenzó su mandato de cinco años al frente de la OIV en 2019, después de haber sido el delegado español en la organización desde 1992 y de haber dirigido la Federación Española del Vino (FEV) durante más de veinte años.