La agricultura y la ganadería “fueron y son los sectores demonizados injustamente, durante décadas, por su aporte de nitratos y las filtraciones al acuífero” cuaternario, según el ensayo de divulgación científica ‘Biohacking al Mar Menor y el Campo de Cartagena’.
“El biohacking es la solución definitiva al paso del Antropoceno por la laguna cuaternaria, dando fin a un episodio que conmueve a Murcia, a España y a también a toda Europa”, ha explicado Félix Navarro, autor de esta obra y cofundador de la biotecnológica murciana Aurelian Biotech.
La investigación aborda la problemática del Mar Menor mediante biohacking agropecuario, que elimina los olores y nitratos (gases de efector invernadero), bifertiliza de forma natural los cultivos del Campo de Cartagena, a la vez que con biosilices y zeolitas se descontaminan los suelos sobreexplotados.
La publicación ha sido presentada en Asaja Murcia, en un acto en el que se ha dado a conocer un décalogo de propuestas para neutralizar los efectos del Antropoceno en tierra, playas y la laguna.
Estas diez medidas, según una nota de la compañía Aurelian, permitirán devolver la normalidad ecológica a la laguna del Mar Menor en un periodo de 9 a 12 meses, y deberán ir acompañadas de un mantenimiento anual para evitar las lixiviaciones y los aportes contaminantes futuros, así como aquellos posteriores a las Danas.
A su vez, el ensayo aborda el problema y la solución a cincuenta años de lixiviaciones de metales pesados, principalmente plomo, zinc y cadmio, en la laguna cuaternaria.
Al respecto, afirma que La Manga del Mar Menor usó unos 30 millones de toneladas de escombreras y balsas mineras para construir durante los años de 1963 a 1975, con contenidos medios del 0,2% al 1% de residuos de plomo, zinc, cadmio y otros metales pesados.
Aún perduran en la Sierra Minera 200 millones de toneladas esperando ser restauradas, o al menos ser descontaminadas mediante biohacking.
El libro habla de la recuperación del Mar Menor en un plazo de 9 meses (fase inicial) para devolver la biota a un estado anterior a la acción contaminante del hombre, una bioacumulación de 12.000 toneladas de concentrados tóxicos, localizados desde entonces bajo el nivel freático, y las cuales han lixiviado 3.700 toneladas en el fondo de la laguna cuaternaria (media de 28 g/m2).
Quedaría por lixiviar, según la publicación, casi el 80%, estimándose que eso ocurra en 121 años.
Las soluciones para las ramblas del Beal, Albujón, Las Matildes, Ponce y Carrasquilla también se mencionan en el ensayo científico, dando una solución “adecuada y sin demora”. En este punto, el autor explica que los residuos que pudieran llegar al Mar Menor fueron transportados en camiones de obra hace seis décadas, y no a través del agua o viento, como barajan algunas hipótesis.