Industria Agroalimentaria

Los alimentos con insectos: un negocio que no termina de despegar en España

sábado, 20 de enero de 2024


Insectos Alimentación (Foto Ainia)


Llevarse a la boca un grillo o un escarabajo sigue chocando culturalmente en España y, a pesar de que se pueden comer transformados en barritas gracias a la harina de insecto, es un negocio que no termina de despegar y por eso hay emprendedores que apostaron por el sector pero luego abandonaron.


Estaban llamados a revolucionar la alimentación en Europa y, de hecho, la nueva legislación que entró en vigor el 1 de enero de 2018 para la autorización de nuevos alimentos les allanó el camino pero no todo ha sido fácil, según asegura a Efeagro el fundador de la granja de insectos "Feedect", Julio Just.


Desde Valencia, cuenta cómo su negocio se expande en alimentación animal porque los fabricantes de piensos "están muy por la labor de seguir incluyendo" insectos en sus formulaciones y, además, también hay una apuesta creciente en comida para mascotas.


Sin embargo, el panorama es distinto en la demanda para la alimentación humana porque "no está cogiendo el ritmo que esos otros".


Por una parte, reconoce que en Europa y, especialmente en los países del sur, todavía hay una "barrera cultural" que "es necesario ir derribando" pero para ello ve necesario que el sector tenga "ganas de introducir" el producto.


Otro hándicap que no ha ayudado es el marco regulatorio vigente porque, a pesar de que permite desde 2018 la introducción de insectos en la UE, es "complejo" y "frena" a las empresas alimentarias interesadas.


Just tiene claro que si la ley "no pusiese tantas trabas" habría más empresas alimentarias "intentándolo con estos ingredientes" y eso llevaría "a mejores desarrollos de productos y a más campañas de promoción/comunicación".


Venta física y "online"


El valenciano Alberto Pérez es todo un referente en el negocio de la venta de insectos en España porque es de los pocos, sino el único, que tiene un puesto físico de venta de insectos en el país además de comercializarlos a través de la web Insectum.


En declaraciones a Efeagro, señala que se decantó por este sector a raíz de la aprobación normativa de la UE en 2018 y actualmente vende tres de las cuatro especies aprobadas: grillos, gusanos de la harina y langostas.


Desde el mercado valenciano de Ruzafa, donde tiene el local, incide en que la demanda está "fatal" y por eso no le ha sorprendido que jóvenes emprendedores que se decantaron por este área de negocio hayan terminado cerrando.


Lamenta que la sociedad "no consiga contactar con este producto" y, por lo general, los que se acercan a su tienda es para comerlos "por curiosidad" por lo que "estamos lejos" en España de tener un "consumidor estable" de insectos.


Al igual que Just, cree que el choque cultural y las condiciones normativas están retrayendo el consumo; a lo que se suma un "precio caro".


A nivel legislativo, se queja de que "hay que pasar muchos trámites hasta conseguir nuevos concesiones de insectos y cuestan mucho dinero y tiempo"; algo que desincentiva al emprendedor interesado si además "no ve demanda suficiente".

Por eso, concluye que las expectativas "se están desinflando" a pesar de que al principio se vio como algo "novedoso y que tuvo además impacto mediático".


"De momento" Pérez apuesta por "aguantar" y seguir con su tienda abierta porque, pese a todo, cada año hay "un poquito más de venta" y es un ingrediente por el que están apostando "reconocidos chefs". 

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