Naturaleza

Estas son las ventajas de cada tipo de malla antihierba

viernes, 4 de octubre de 2019


MACETERO

Durante muchas décadas las malas hierbas fueron un quebradero de cabeza para los propietarios de jardines emplazados en el sudeste español. El crecimiento de las mismas acarreaba lidiar con varias horas de trabajo físico con tal de deshacerse de ellas. Afortunadamente todo cambió con la llegada de la malla antihierba.


A raíz de su aumento de popularidad pasó a estar presente no solo en comercios físicos, sino también en sitios web especializados. De hecho, a día de hoy es posible comprar el modelo idóneo para cada área en www.mallasyplasticos.com, especialistas en todo tipo de mallas agrícolas y de jardín, recibiendo cómodamente el producto sin tener que desplazarse para su adquisición.


Pero, ¿qué es lo que ha llevado a las mallas antihierba a adquirir tanta fama en zonas como Alicante y Murcia? Básicamente las ventajas que otorgan. Los beneficios varían en función de los tipos, por lo que a continuación repasaremos cada punto positivo.


Geotextil no tejido


Las dos zonas recientemente mencionadas han estado sometidas en el último mes a temporales devastadores. Para este tipo de situaciones la resistencia de los materiales juega un papel fundamental, aunque dicha característica también adquiere importancia en lo referente al paso del tiempo.


Así lo demuestra la malla antihierba de geotextil no tejido, el primer tipo que analizaremos en Agrodiario. Tanto la lluvia como los fuertes vientos son repelidos a la perfección por un material cuyo gramaje es de 125 –aunque los deja pasar para que penetren en la tierra, como veremos más adelante–. En lo que a la anchura se refiere es de agradecer que tiendas como la citada en anteriores líneas la comercialicen con uno o dos metros de amplitud.


Gracias a la extensa longitud, abarcando cada rollo un total de cien metros, es posible cubrir extensas zonas de jardín que permanecerán libres de malas hierbas como las conocidas bajo los nombres de juncia y grama. La efectividad es máxima, por lo que las dos primeras ventajas de este tipo de malla antihierba son de suma importancia.


Los usuarios no solamente pasan a disponer de un conjunto que resiste a la perfección gracias al polipropileno, sino que también hace gala de una eficacia sin precedentes. Ello es fruto de sumar otra protección a las del aire y agua de los temporales: el sol.


En efecto, la luz solar que tanto ayuda a que las malas hierbas vayan proliferando no pasa a penetrar en la superficie, la cual permanece libre de maleza durante una gran cantidad de años –especialmente si, tras instalar la malla de geotextil no tejido, procede a ser cubierta mediante gravilla–.


Conviene destacar el hecho de que, a pesar de no deteriorarse con el impacto del viento y el agua, sí los deja pasar al interior de la tierra con el enorme beneficio que ello supone para la misma. Gracias a este factor crucial las malas hierbas no crecen, pero sí lo hace cada plantación elegida por el propietario, disfrutando de una completa fertilidad en el terreno que presentará niveles máximos de nutrientes.


Mallas tejidas


Seguidamente llega el momento de ahondar en otro tipo de malla que, si bien no goza de tal nivel de resistencia, aguanta excelentemente el paso del tiempo. Sobre todo hace gala de una capacidad de fuerza asombrosa a la hora de impedir el empuje propio de las malas hierbas cuando tienen tendencia a crecer.


De esta manera se evitan los típicos desgarros del material, el cual también sigue el ejemplo de las mallas no tejidas en el sentido de permitir el paso tanto del aire como del agua. Por ende, el porcentaje de fertilidad vuelve a ser muy elevado en este caso.


Actualmente se comercializan en tres colores distintos: blanco, negro o verde. En lo referente al gramaje, las cifras estandarizadas son 105 y 130. La primera resulta idónea para jardines particulares, mientras que la segunda tiende a ser utilizada en áreas públicas y demás zonas que requieren si cabe un plus de resistencia.



En todos los casos los rayos ultravioleta pasan a ser historia, diciéndoles adiós a las malas hierbas sin tener que esperar a que crezcan para posteriormente acabar con ellas. El ahorro de tiempo es considerable, aunque aquí no termina la lista de ventajas propias de las mallas antihierbas.


Beneficios compartidos por ambos tipos


A las ventajas de fomentar la fertilidad de la tierra y evitar el crecimiento de las malas hierbas hay que añadir otros beneficios que no pueden pasarse por alto. Uno de los más tenidos en cuenta hoy en día es el de olvidarse de los pesticidas, una acción esencial para cuidar el planeta y asegurar la calidad de toda la naturaleza que crece en la zona tratada.


Finalmente es reseñable la facilidad de instalación. Si bien es cierto que puede llegar a ser dilatada, especialmente en caso de tener que cubrir una gran superficie de terreno, no es complicado emplear los clavos y las arandelas que se necesitan para dejarlo todo en perfectas condiciones y asegurar la durabilidad del conjunto.

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