Comercio Exterior e Interior

Bruselas prevé más producción de aceite de oliva y menos de vino para 2030

viernes, 13 de diciembre de 2019

Copas de Vino sobre corchos (Foto Mapama)



La Comisión Europea (CE) prevé para 2030 un aumento del volumen de aceite de oliva en la Unión Europea (UE) -y de su consumo en los países comunitarios que no lo producen- y un descenso, aunque más lento, de la demanda de vino, con una tendencia creciente hacia blancos, espumosos y rosados.


En su último informe sobre "Las perspectivas agrícolas de la Unión Europea 2019/2030", calcula además que en dicho periodo la producción de aceite de oliva repuntará desde los dos millones de toneladas actuales hasta los 2,4 millones.


La CE prevé que las preocupaciones ambientales sobre el uso del agua, el impacto del monocultivo en ciertas áreas y la competencia reciente con cultivos más rentables como la almendra frenen la expansión anual del olivar para aceite a solo un 0,2 % de promedio, un porcentaje que será superior sobre todo en Portugal.


Constata una creciente preferencia de los consumidores por el aceite de oliva de cosecha temprana, los monovarietales especializados y la producción ecológica.


En los países comunitarios productores de aceite de oliva, la bajada del consumo se desacelerará desde el -3 % que de promedio se redujo en el periodo 2004/18 hasta el -0,8 % entre 2019 y 2030.


En el resto de estados comunitarios, la tendencia es alcista (pasará del +2,3 % al +3,3 %), gracias a las futuras campañas de sensibilización y a la incorporación del aceite de oliva en los nuevos estilos de alimentación; su exportación a países terceros es alto (+ 3.3 % anual de promedio), según la CE.


Para 2030, prevé que el mercado comunitario de aceite de oliva consiga una cuota en el consumo del 32 %, ocho puntos más que ahora.


Respecto al vino, los cálculos pasan por una disminución de la superficie, la producción y la demanda en la UE.


Cifran que el volumen producido retroceda hasta los 155 millones de hectolitros para 2030 (-0,5 % por año), aunque con una variabilidad anual debido a las condiciones climáticas.


La razón principal, de acuerdo a la misma fuente, es el creciente abandono de pequeños viñedos (-0,9 % por año) por el envejecimiento de los propietarios de las explotaciones y a dificultades para competir en el mercado.


Sobre el consumo de vino, Bruselas estima que continúe, pero a un ritmo más lento (-0,4 % de promedio anual hasta 2030).


En su opinión, el sector del vino se está adaptando a una nueva generación de consumidores con estilos de vida y preferencias cambiantes en las que se asocia el tinto con la cena tradicional en casa.


Pero mientras desciende la demanda de vino tinto, crece la de los blancos, rosados y espumosos, que generalmente tienen un menor contenido de alcohol y se pueden consumir en más variedad de ocasiones.


En cuanto a la exportación comunitaria de vino, avanza que se pasará del fuerte crecimiento del 6,1 % anual registrado en la última década y de la estabilidad actual a una subida del 1 % anual en los próximos años, con unas salidas de 26 millones de hectolitros en 2030.


El aumento de las exportaciones se verá impulsado por la alta demanda de vino de la UE con una denominación de origen (DO) o una indicación geográfica (IG) y por los vinos espumosos en general. 

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