Regadíos y Abastecimientos

La agricultura de regadío, atenta a la revisión de los planes hidrológicos antes de que acabe 2021

lunes, 25 de mayo de 2020

Joven agricultor moderización regadíos cultivo campo (Foto Junta de Andalucía)


Los productores de regadío recelan de la ambición medioambiental que protagoniza la actual revisión de los planes hidrológicos, y que según los regantes les puede afectar porque deja en segundo plano otras medidas como la finalización de obras hidráulicas pendientes.


Las comunidades de regantes y los regantes privados siguen muy de cerca el proceso de revisión de los planes hidrológicos de cuenca, que tendrá que completarse antes de que finalice 2021 -tal y como marca la Directiva Marco del Agua- y de los que dependen el riego y la extensión de muchos cultivos.


España contaba con 3,82 millones de hectáreas agrícolas en regadío en 2019, una cifra un 1,44% superior a la cifra de 2018, según la última Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).


El informe refleja la alta tecnificación que existe en el país en materia de regadío, ya que el 53% de esta superficie se riega por sistemas localizados para no desperdiciar ni una gota de agua; un 23,56% continua con el tradicional riego por gravedad.


El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), Andrés del Campo, recuerda que el regadío solo ocupa en torno al 20% de la superficie agraria útil de España, pero representa más del 65 % de la producción total de alimentos.


"Si el desafío de la agricultura en el siglo XXI, según la FAO, es producir más a fin de alimentar a una población creciente, en España es necesario tener las cuencas hidrográficas bien reguladas para conseguir buenos rendimientos y tener seguridad ante la incógnita de si llueve o no llueve", afirma.


En la actualidad, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) tiene abierto el proceso de participación pública para la revisión de los planes hidrológicos, una etapa intermedia que se alargará hasta, al menos, finales de septiembre, debido al estado de alarma por la covid-19.


En esta fase, están a disposición pública los denominados "Esquemas provisionales de temas importantes" (EPTI) de las demarcaciones hidrográficas, unos informes en los que se diagnostican la situación y problemas de cada cuenca y propuestas de soluciones para adoptar en el futuro plan hidrológico 2022/27.


Para favorecer su consulta, el Miteco ha celebrado trece conferencias telemáticas durante marzo y abril, en cuya presentación el director general del Agua, Teodoro Estrela, avanzaba que este tercer ciclo de planificación "va a poner el foco en los aspectos medioambientales".


Junto a los problemas generales de contaminación o la implementación de los caudales ecológicos, también se incluyen otros de "contaminación difusa" por el contenido de nitratos o pesticidas agrícolas en el agua, y algunos específicos que afectan al Mar Menor, la Albufera de Valencia o el caracol manzana en el Ebro.


Fenacore se encuentra desde hace varias semanas perfilando sus propias alegaciones generales para luego desarrollar las específicas de cuenca y, según ha avanzado Del Campo, sus mayores preocupaciones giran en torno a los nuevos cánones, las infraestructuras hidráulicas y los caudales ecológicos.


Desde la asociación de regantes lamentan que en la revisión que se está haciendo para elaborar los planes de cuenca exista a su juicio "más preocupación por la recaudación económica a los usuarios, con nuevos cánones de tipo ambiental, que a atender los déficit hídricos".


También critican que no se hayan cumplido las medidas aprobadas en los planes vigentes, respecto a infraestructuras hidráulicas, pese a que cuentan con presupuesto, y que estas no aparezcan ya en la revisión que se está haciendo de los planes; es necesario, en su opinión, que no coincida la sequía hidráulica con la meteorológica.


Las alegaciones de Fenacore también pondrán en el punto de mira la fijación de los caudales ecológicos que marca la directiva para el conjunto de países comunitarios, donde la realidad sobre la calidad y cantidad de agua es muy dispar.

"El exceso de celo medioambiental en un país como España, con cuencas deficitarias, pueden afectar al desarrollo de la actividad agrícola de una región y dejar sin agua a los regantes", ha insistido Del Campo.

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