El CESE aprueba un dictamen que pide que reducir los plaguicidas no afecte a producción agroalimentaria

El Consejo Económico y Social Europeo (CESE), órgano consultivo de las instituciones europeas que agrupa a entidades de la sociedad civil, ha aprobado un dictamen de uso sostenible de fitosanitarios que aboga por que la reducción de estos productos no perjudique la producción agroalimentaria.

Así lo ha informado este jueves la organización agraria Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), cuyo secretario de Relaciones Internacionales, José Manuel Roche, fue el encargado de exponer este dictamen antes de su votación, que tuvo lugar este miércoles.

El CESE aprobó el dictamen por 175 a favor, 3 abstenciones y solo un voto en contra.

El dictamen llama a considerar la importancia de los fitosanitarios en la producción agroalimentaria y en su relevancia en la soberanía alimentaria de Europa, un aspecto que ha cobrado especial relevancia desde que comenzó la guerra en Ucrania.

"Europa no puede asumir hoy día la reducción de producción que acarrearía la limitación del uso de los fitosanitarios, así como el incremento del precio de los alimentos que conllevaría", ha expresado UPA a través de un comunicado.

El CESE llama así a investigar soluciones basadas en la ciencia y la innovación: como el uso de variedades más resistentes, semillas certificadas, la agricultura de conservación, las nuevas técnicas de edición genómica, la agricultura ecológica o la rotación de cultivos, entre otros, "para transitar con éxito hacia un modelo basado en el menor uso de productos fitosanitarios".

Este dictamen, pese a no ser vinculante, deberá ser tenido en cuenta por la Comisión Europea (CE) una vez sea publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea (Doue).

Foto: José Manuel Roche, secretario de Relaciones Internacionales de UPA, durante la presentación del dictamen en el CESE.

UPA ha explicado que en los últimos años han surgido voces que abogan por una reducción del uso de estos productos fitosanitarios, aduciendo que su utilización excesiva provoca efectos perniciosos en la salud de los ecosistemas o incluso de las personas.

Estas ideas han sido recogidas en iniciativas europeas como la estrategia De la Granja a la Mesa, que aboga por una reducción lineal del 50 % de estos productos de aquí a 2030.

Sin embargo, según relata UPA, "los agricultores observan desde hace años estos mensajes con gran preocupación" porque los productos fitosanitarios "son necesarios y resuelven problemas de producción", por lo que la reducción de su uso, sin dar alternativas y sin analizar el impacto de las medidas, genera muchas dudas entre sus usuarios.