La campaña de arroz en Extremadura, más superficie y temor a precios a la baja

La campaña de arroz en Extremadura se caracterizará por el aumento del número de hectáreas destinadas al cultivo en relación al ejercicio pasado, aunque por debajo de lo que es habitual, así como por el temor de que se fijen precios a la baja.

El secretario general de la organización agraria La Unión Extremadura, Luis Cortés, ha dicho a Efeagro que la campaña contará con unas 13.000 hectáreas, lejos de las 22.000 habituales.

No obstante, la cifra de este ejercicio es superior a la registrada durante 2022, año en el que las mayores restricciones de agua (especialmente en el caso de Orellana) llevaron a que se sembrasen solo unas 1.500 hectáreas.

En cuanto a precios, se tiene el temor de que pudieran ir a la baja, ha manifestado, una cuestión que si se produce “contará con la rotunda negativa” de La Unión Extremadura, debido a “los elevados costes de producción” que hoy se viven y a la situación actual del producto, con una evidente menor oferta.

Cortés ha asegurado que “no se estará dispuesto a vender arroz a la baja” debido a la situación actual, con reducciones de hectáreas muy significativas en relación a lo habitual en zonas como Andalucía, Cataluña o Extremadura, y por tanto “con mucho menos arroz en producción, lo que debe apreciarse en el precio”.

La campaña comenzará de forma más generalizada en los próximos días, a la espera de que “no se produzcan factores meteorológicos adversos” en el objetivo de recolectar todo lo sembrado.

A este respecto, y tras “algún granizo en zonas muy concretas” la pasada semana, las lluvias de los últimos días “no han tenido incidencia” ni positiva ni negativa en el arroz, de igual forma que acontece en el caso del maíz.

Cortés ha afirmado que la lluvia “viene bien para los cultivos de secano” de cara a la próxima campaña pues “no es lo mismo el inicio de las labores con una tierra húmeda que seca”, y para el olivar, pues el fruto tendrá más tamaño y con ello se logrará una mayor producción.

Según ha manifestado “en el caso del olivar habría sido bueno que hubiera llovido algo más”, pues el agua es positiva durante el periodo cercano al inicio de la recolección de la aceituna para almazara.