Ganadería y Pesca

La concatenación de eventos aboca al sector cárnico a una crisis de producción

lunes, 25 de marzo de 2024


Porcino trescaras (Foto Colvet)


El sector cárnico español afronta un escenario inédito de menor producción por una concatenación de eventos, como la sequía, los costes y la falta de relevo generacional, que amenazan con poner contra las cuerdas uno de los pilares de la economía del país, que representa el 2,7 % del PIB.


España ha dejado atrás la senda ascendente de producción de carne que venía registrando hasta 2022 cuando la irrupción de la guerra en Ucrania disparó aún más unos costes de producción que ya venían siendo altos desde 2021.


En 2022 hubo un punto de inflexión con la obtención de 7,6 millones de toneladas, un retroceso de casi el 2 % respecto a 2021. En 2023 la tendencia fue la misma y se redujo otro 2 % el volumen de carne obtenida, quedándose en los 7,42 millones de toneladas; unos datos que se conocieron recientemente.


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El principal sector, el del porcino, ha tirado de la estadística hacia abajo porque su descenso es continuado y España produce ahora 300.000 toneladas menos que hace dos años (-un 6,4 %), bajando ya de la barrera de los cinco millones de toneladas.


Para el director de la Asociación de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera, la situación arrancó con el impacto que tuvo la guerra en Ucrania para el coste de las materias primas que llevó a un "desequilibrio" entre costes de producción y precio a nivel de ganadero con la consecuente reducción de cabaña, según ha señalado a Efeagro.


A ello, se le han sumando problemas sanitarios que han incrementado la mortalidad de cabezas de ganado así como las "dificultades" para "poder abrir nuevas granjas".


No obstante, para este 2024 espera una ligera recuperación de la cabaña, animada por los mejores precios, por lo que son "algo más optimistas" de cara a la segunda mitad del año.


La evolución desde 2022 del vacuno ha sido más desconcertante porque, su producción subió más de un 2 % durante ese ejercicio, pero retrocedió más de un 5 % en 2023.


Se explica porque la carne de vacuno se revalorizó desde mediados de 2022 lo que llevó al sacrificio de más vacuno lechero al ser más rentable que producir leche.


Desde la Asociación de Productores de Vacuno de Carne (Asoprovac), su gerente, Matilde Moro, ha apuntado a cuestiones similares como las causantes de este descenso en el último año.


La sequía, la "bajada" de apoyos de la Política Agrícola Común (PAC), la subida de los costes de producción o distintos problemas sanitarios justifican este retroceso.


A Moro le preocupa el descenso en el número de vacas nodrizas (unas 80.000 reses) que "no se van a recuperar", por lo que ha pedido a las administraciones que aclaren "qué medidas adoptarán" para "parar, atenuar o incluso recuperar" la producción.


La excepción del avícola


La excepción la protagoniza la producción de carne de ave porque es ajena a esta tendencia y sigue subiendo en España.

De hecho, en dos años ha crecido un 5,5 % y sigue en segunda posición en importancia, tras el porcino.


El secretario general de la interprofesional Avianza, Jordi Montfort, lo ve una "excelente noticia", consecuencia de que esta carne vuelve a ser un alimento "refugio" en época de inflación, como demuestra la subida de su consumo en los hogares.


No obstante, esa subida no ha permitido aún cubrir los "grandes esfuerzos económicos" para afrontar las "sucesivas" crisis de estos años, ni el incremento de los costes de producción asociados a esta actividad.


Es partidario de mostrar una alegría contenida porque el futuro de esta carne está "amenazado" por los "nuevos reglamentos europeos de transporte de productos cárnicos y la propuesta de la Comisión en bienestar animal".


"Sería una tragedia que estas normativas hicieran aumentar el precio de la canal, que se podría triplicar en granja y hacer del pollo un producto de lujo", ha lamentado.


Entre las principales producciones cárnicas, la de ovino/caprino es la que ha registrado el mayor descenso porque desde 2021 su producción ha caído un 11 %.


El director de la interprofesional del ovino y del caprino (Interovic), Tomás Rodríguez, ha apuntado igualmente a la sequía como uno de los motivos porque las ovejas dependen de la comida en el campo para alimentarse y, si no la hay por falta de agua y pasto, aumentan los "fallos reproductivos" con la consecuente "baja del número de nacimientos".


A esto se le suma la subida del pienso, pero también la subida de la paja, lo que provoca que el aporte de suplementos sea menor.


Otro de los motivos, ha indicado, es el "abandono" de una parte "importante" de la actividad con ganaderos próximos a la jubilación que no encuentran relevo. 

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