EN NOMBRE PROPIO

Martínez Carrión (UMU): “Una estrategia novedosa es la elaboración de compost con lombrices para el viñedo, que permite mejorar la calidad del vino”

viernes, 5 de abril de 2024

Intro jmmc


José Miguel Martínez Carrión es catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Murcia, impartiendo clases de Historia Económica desde 1987 en las titulaciones de las facultades de Economía y Empresa y Derecho, y es investigador principal del Grupo de Investigación: ‘Historia, Economía y Sociedades Inclusivas. HISTECO 2030’.


Sus principales líneas de investigación se centran en la historia económica y social del mundo contemporáneo. Aunque su línea de investigación más innovadora está centrada en el campo de la historia antropométrica, que estudia la salud y la desigualdad del estado nutricional, analiza también la dinámica de la industria agroalimentaria y sus desafíos durante la globalización y, especialmente, su impacto en los procesos de especialización, innovación y sostenibilidad. El caso de estudio más reciente es el sector vitivinícola, objeto de esta entrevista.


Carrión ha participado en veinticuatro proyectos de investigación con fondos competitivos y en veintiuno de ellos como investigador principal. En la actualidad forma parte de las redes de investigación NISALDes, de la que es su coordinador, y cofundador de RedIBEHA.


Ha sido secretario general electo de la Asociación Española de Historia Económica (AEHE) en dos periodos consecutivos (2009-2011, 2012-2014); editor de la revista ‘Historia Agraria’ (1991-2006), en actualidad editor honorario.


Actualmente, forma parte del Pleno de la Comisión Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (CNEAI) de la ANECA, como vocal académico e investigador, designado por la Dirección General de Universidades.


Carrión nos ha contado las actuales vicisitudes de las tres DDOO de vinos Monastrell, básicamente murcianos, representadas en Bullas, Jumilla y Yecla; el novedoso compost con lombrices que permite mejorar la calidad del vino; y la inflación, las incertidumbres del comercio internacional, la falta de suministros, las tensiones políticas y las guerras arancelarias como principales amenazas del sector vitivinícola. Todo en nuestra sección ‘En nombre propio’, de Agrodiario.


1.- Ya en 2008 publicó el artículo 'Innovación en el reino de la Monastrell. Cambio técnico e instituciones vitivinícolas en el sureste español', junto a Medina-Albaladejo, en Historia Agraria.Revista de Agricultura e Historia Rural.Y en 2013 retomó el tema con 'La promoción del patrimonio vitivinícola en el paisaje de Monastrell' en una publicación de la Universidad Autónoma de Madrid. Ahora ha coordinado y dirigido la Jornada sobre 'Innovación y Sostenibilidad en la Industria Vinícola del Territorio Monastrell'. ¿Por qué esta atención a la variedad Monastrell para que los neófitos en vino lo entendamos?


Una de mis líneas de investigación sigue siendo la dinámica del sector vitivinícola desde mediados del siglo XIX hasta la reciente globalización del vino, pero esta jornada forma parte de las actividades que desempeñamos sobre transferencia de conocimiento. Debo señalar que la jornada iba destinada, principalmente, al alumnado universitario y también al gran público, que desconocen la trastienda de los viñedos y los vinos Monastrell y son propios de nuestros entornos geográficos. Había muchos motivos para realizar estas jornadas. Destaca, en primer lugar, que la Monastrell hoy en día es la sexta variedad de uva y la cuarta de uva tinta más importante en nuestro país. Produce un vino aromático y versátil y tiene una alta carga fenólica que, con un consumo moderado según dicen los especialistas, potencia sus efectos antioxidantes. Documentada desde hace varios siglos, la Monastrell tiene una historia fascinante que había que contar y transmitir a las nuevas generaciones y a la sociedad en general o, si prefieres, a los neófitos, como bien señalas.


En segundo lugar, la Monastrell cuenta con una larga tradición de arraigo en nuestro entorno. Es la principal variedad de uva tinta de la Región de Murcia y buena parte de la Comunidad Valenciana, sobre todo en las provincias de Alicante y Valencia, y en Castilla-La Mancha, concretamente en el sur de la provincia de Albacete.Y es importante subrayar que sólo las tres denominaciones de origen de vinos, básicamente murcianos, representadas en la jornada (Bullas, Jumilla y Yecla) suponen casi dos tercios de las plantaciones de Monastrell en España.


Como historiador económico, que rinde cuentas del pasado, deseaba transmitir las transformaciones producidas desde las últimas décadas del siglo XIX y, sobre todo, las más decisivas de los últimos tiempos. Con la globalización del vino, que comienza con la década de 1990, ha sido enorme el esfuerzo realizado por viticultores, cosecheros y bodegueros y no sólo por mantener los viñedos Monastrell. Descuellan porque han elaborado excelentes vinos, han conquistado mercados más allá de los europeos, han obtenido reconocimientos en ferias internacionales y cosechado excelentes críticas o posicionamientos de marca en las más afamadas revistas especializadas. Por todo ello, el sector vitivinícola del territorio Monastrell merecía muestra atención, ha sido como rendirle un pequeño homenaje desde el ámbito universitario. Creo que esta jornada ha supuesto también un punto de encuentro y reflexión necesario para el sector.


2.- La Jornada se desarrolla en el marco del programa ‘ODSesiones’ de la UMU. ¿En qué consiste este proyecto, que lleva tiempo celebrándose, para quienes no lo conocemos?


La Universidad española y la de Murcia en particular apuestan por la Agenda 2030 desde hace años, nada más aprobarse por la ONU en 2015, y se han comprometido a difundir los valores que suponen los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Es un marco de actuación ciertamente muy ambicioso, pues nos compromete por un desarrollo en torno a la sostenibilidad medioambiental, económica y social. Puede que para 2030 no lleguemos a tiempo, pero no podemos mirar para otro lado, son muchos los desafíos que tenemos por delante y puede que tengamos que redoblar esfuerzos.


En esta dirección, la UMU está comprometida firmemente y es pionera en la implementación de los ODS con su programa ‘ODSesiones’. Esta es la segunda edición del programa y cada mes se dedica a uno de los ODS. El de marzo correspondía al ODS 9, que destaca la inversión en infraestructuras de innovación en la industria inclusiva y sostenible, algo esencial para encontrar soluciones a los desafíos económicos y ambientales. Fomentar la inversión en productos industriales que son innovadores y sostenibles al mismo tiempo supone, además, mejorar la oferta del empleo, incluso de nuevos empleos, e impulsar la eficiencia energética que será y ya lo es el motor de las infraestructuras resilientes.


Otras formas importantes para facilitar la sostenibilidad son la inversión y promoción de la investigación que permitan desarrollar la sostenibilidad en el largo plazo y de forma permanente. Con estos mimbres, no podíamos dejar escapar la oportunidad de promover una jornada sobre la innovación y la sostenibilidad en la industria vinícola y hacerlo en el centro más apropiado para ello, la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia, la fuente de los futuros empresarios, gestores, inversores y profesionales de los negocios del vino, en general, de los agentes económicos que difundirán el nombre de la Monastrell por este mundo tan globalizado.


Mesa 1. el marco instituciuonal

Mesa 1 'El marco institucional de la vitivinicultura'. Ponentes: Leonor Ruiz-García (Investigadora, Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental-IMIDA), Juan Pedro García-Martínez (Vocal, Consejo Regulador DOP “Bullas”), Carolina Martínez-Origone (Secretaria, Consejo Regulador DOP “Jumilla“), Silvano García-Abellán (Presidente, Asociación Monastrell de España), Rafael Verdú-Pascual (Presidente, Consejo Regulador DOP “Yecla“) y Carlos Nicolas-Durá (Presidente, Asociación de Sumilleres de la Región de Murcia). Modera: Pachi Larrosa (Periodista gastronómico, Miembro de la Academia de Gastronomía de la Región de Murcia).


3.- En la primera mesa redonda de la Jornada, titulada ‘Marco institucional de la vitivinicultura’, donde han participado la Asociación de Sumilleres de la Región de Murcia y el IMIDA, además de las tres DDOO murcianas, ¿a qué conclusiones se han llegado respecto del sector vitivinícola regional?


Han sido muchas las cuestiones tratadas, como puedes imaginar, pero en general se ha destacado el protagonismo de las tres DDOO representantes del sector vitivinícola murciano por mejorar la sostenibilidad en todos los sentidos, patrimonial, cultural y natural, económico y social. Destaca el esfuerzo por recuperar el patrimonio industrial de las antiguas bodegas del primer tercio del siglo XX y, asimismo, de las tres grandes cooperativas de las décadas centrales del pasado siglo: San Isidro (Jumilla, 1934), La Purísima (Yecla, 1946) y del Rosario (Bullas, 1953). Este es un trabajo muy loable por los costes que supone, pero potenciará el desarrollo del turismo rural y las actividades del enoturismo. También participó el representante de la Asociación Monastrell de España, que aglutina a las cinco DDOO con viñedos de dicha variedad e incluye, además de las tres murcianas mencionadas, a las de Alicante y Almansa.


La contribución de la investigación agronómica medioambiental se puso de manifiesto con el papel desempeñado por e Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida). Este centro fue creado en 2002, pero mantiene la continuidad en torno a la experimentación agraria de hace más de un siglo. Conviene señalar que tiene sus infraestructuras en la antigua sede de la centenaria Estación Sericícola que, luego, pasó a ser Centro de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (CIDA). De algún modo, su investigación conecta con la de la antigua Estación Enológica de Jumilla que se creó en 1910. Como puede verse hay una larga tradición por la innovación dentro del sector vitivinícola que, ahora,está mucho más orientada a la sostenibilidad.


Tampoco podía faltar la opinión de los sumilleres, representados en su presidente, que abordó la responsabilidad de los expertos en vinos, de los que trabajan en los restaurantes, en la difusión o promoción de la Monastrell. Su labor es decisiva pues orientan a los consumidores, que como sabemos mantienen todavía una imagen negativa de los vinos ‘jumillanos’, identificándolos como hasta hace tres o cuatro décadas, como vinos ‘peleones’, de alta gradación y baja calidad. No deja de ser paradójico que todavía, hoy en día, muchos clientes del territorio Monastrell siguen apostando por vinos de otras DO, cuando nuestros caldos Monastrell se comercializan como excelentes en los mercados internacionales y hasta son inalcanzables por su precio para el bolsillo de un español o murciano promedio. En cambio, son bien acogidos en las mesas de las grandes ciudades y restaurantes de Estados Unidos que, conviene saber, es el segundo país productor y el primer consumidor de vino del mundo. En la actualidad, el mercado estadounidense es el garante de la excelencia de los vinos murcianos y, en general, de los vinos del mundo.


Segunda mesa Los negocios del vino. Bodegueros

Mesa 2 'El negocio del vino'. Ponentes: Miguel Gil-Vera (Bodegas Juan Gil), Antonio Candela-Belda (Bodegas Antonio Candela e hijos S.L. & Bodegas Barahonda), José María Vicente (Bodega Casa Castillo), Luis Javier Pérez-Prieto (BSI. Bodegas San Isidro), María José Fernández-Llamas (Bodega Negre-T Blue Wines). Modera: Pachi Larrosa


4.- La segunda mesa redonda se centró en "Los negocios del vino”, en el que participaron las bodegas, las cooperativas y se habló de las tendencias del consumo, entre otras cuestiones. ¿Cuáles son las expectativas y demandas de los consumidores hoy?


Esta es una buena pregunta, pero compleja, a la que respondieron los representantes del negocio del vino. En esta mesa participaron tanto los grandes bodegueros y reconocidos cosecheros como representantes de los pequeños. La opinión al respecto fue mayoritariamente compartida. Parece que nos enfrentamos a un mercado cada vez más diverso y en un contexto de caída sostenida del consumo de vino desde hace varias décadas. A escala global, ha disminuido su consumo casi una cuarta parte, pero mientras la caída ha sido fuerte en el Viejo Mundo, principalmente en los países europeos que tradicionalmente consumían vino, la demanda crece en los países del Nuevo Mundo. Hay margen en los países emergentes, fuera de Europa, cuya renta per cápita incrementa y se ensancha la clase media y, con ello, mejoran las expectativas pues se modifican las pautas de demanda.


Por un lado, hay consumidores cada vez más exigentes y exquisitos por la mejora del nivel de vida y de la percepción que se tiene del consumo de vino. Asimismo, se observan cambios en las edades de los consumidores, cada vez hay más jóvenes que se incorporan al consumo y además se percibe una caída relativa del vino tinto en favor del blanco y hasta del rosado. Todo esto es interesante y alentador para la innovación. Además, no hay que descuidar que ahora se demandan bebidas con bajo nivel o sin alcohol y, en esta dirección, el sector también se mueve y está respondiendo al creciente interés de este segmento. Hay una mayor conciencia del impacto del alcohol en la salud lo que provoca un cambio hacia un consumo más responsable y todo esto modifica las preferencias y las pautas de los consumidores. Y finalmente, está la creciente preocupación por la sostenibilidad, hay cada vez más clientes comprometidos con la protección del medio ambiente a la que también está respondiendo la industria vinícola.


5.- ¿Qué papel juega la sostenibilidad, como objetivo de la Agenda 2030, en la industria vinícola del territorio de la Monastrell, la uva por excelencia de la Región de Murcia?


Como señalaron los representantes de las tres DDOO y los propios bodegueros, el sector vitivinícola en su conjunto apuesta por la sostenibilidad y lo está haciendo de muchas formas. Desde el IMIDA y en colaboración con las bodegas se exploran nuevas variedades que mejor se adaptan al cambio climático y permiten adelantar la vendimia. Partiendo de la Monastrell, se investiga con la creación de nuevas variedades más resistentes o resilientes al clima y al medio tan hostil, no sólo por las altas temperaturas sino por las bajas precipitaciones. Se las llama las ‘hijas de la Monastrell’, pero ello todavía requiere recorrido y ver resultados en niveles de azúcar y acidez.


La sostenibilidad se manifiesta sobre todo en el trabajo cultural del viñedo. Adecuar las podas y los trabajos en verde para minimizar los golpes de calor y la desecación de la vegetación es una estrategia sostenible. Igualmente, limitar la pérdida de potencial vegetativo, usar los recursos hídricos necesarios reconociendo que es un factor limitante, principalmente en el sureste español y, sobre todo, apostar por la regeneración natural de los suelos para hacerlos más resistentes frente al cambio climático.


En este sentido, una estrategia novedosa es la elaboración de compost con lombrices para el viñedo, lo que permite mejorar la calidad del vino, ya que regenera la tierra, mejora su estructura y permite el desarrollo de microorganismos vivos. Abonar las vides con los excrementos de los gusanos puede tener efectos para la salud y la productividad de las vides. Esta idea de viticultura regenerativa es algo por explorar, lo puede ver en Bodegas Juan Gil. También el uso de los hollejos o bagazos de la uva permite la elaboración de biofertilizantes ecológicos, generan propiedades bioestimulantes y antiplaguicidas. Como vemos, las ventanas de oportunidad para implementar la sostenibilidad son cada vez más amplias.


Jose M Martinez Carrion exponiendo



6.- ¿Cuáles han sido los principales elementos de innovación en la industria vinícola de la Monastrell?


De algún modo, ya he señalado importantes elementos de innovación que van parejos a la sostenibilidad. Aunque la tradición se mantiene con hábitos sostenibles en muchas explotaciones y parajes desde hace tiempo, como usar los subproductos de la vinificación como abono para la propia viña u otros cultivos, se innova mucho en las prácticas culturales, como indicaba antes. En este sentido, se favorece la vida microbiana del suelo y los aportes naturales de materia orgánica, se reducen los pases de labranza, hay un uso más responsable del riego por goteo y puntualmente, menor empleo de plaguicidas, entre otras prácticas.


Ya en bodega, suele ser frecuente limitar el uso de productos enológicos, dotarse de energía fotovoltaica o limitar el uso de agua en las tareas de limpieza. En el embotellado, aunque a menudo el peso de las botellas se asocia a la calidad, es cada vez más frecuente usar botellas de menor gramaje. Desde el lado del marketing, no cesa la innovación en las etiquetas de las marcas y a menudo se acude a artistas de prestigio para ello, dando valor añadido a la firma.


7.- Se habla de la ‘Revolución Enológica’ registrada en la Región de Murcia refiriéndose a transformaciones llevadas a cabo en los viñedos y vinos de la Monastrell desde finales del siglo XIX y sobre todo en las últimas décadas del siglo XX y primeras del siglo XXI. ¿Podría explicarnos qué ocurrió en este período?


Las transformaciones del viñedo están bien documentadas desde el siglo XVIII pero, sobre todo, en las últimas décadas del siglo XIX, cuando la industria vinícola registró una etapa verdaderamente dorada debido a la presión del mercado francés. La fuerte demanda de vino desde Francia, considerada por entonces como la ‘gran bodega del mundo’ y que había quedado sin oferta por la filoxera (una plaga devastadora del viñedo), fue el detonante de la expansión de los vinos Monastrell. Durante un largo siglo, los vinos elaborados de la zona eran vinos de alta gradación, conocidos como vinos ‘peleones’, que se destinaban mayormente a la exportación de graneles para el coupage, que permitía la mezcla de la oferta española con la francesa y luego se exportaba como vino exclusivamente francés. Sin embargo, en las últimas tres o cuatro décadas, los bodegueros del territorio Monastrell dejaron los graneles para dar paso a vinos de calidad y embotellados. Desde hace dos décadas, el destino preferencial son los mercados exteriores y los segmentos de demanda más exigente, incluyendo los más exquisitos del mundo urbano de los países más desarrollados y también de los países emergentes y en desarrollo.


En las últimas décadas, viticultores, cosecheros y bodegueros han transformado la industria vinícola regional con una oferta de vinos embotellados de excepcional calidad. En la actualidad, el sector vitivinícola es uno de los más dinámicos e innovadores, descuella entre las industrias agroalimentarias más sostenibles. Los vinos Monastrell son ya un referente en los mercados internacionales y es meritorio que se haya producido en la era de la globalización del vino. En sólo cuatro décadas, la industria vinícola ha experimentado una auténtica ‘Revolución Enológica’.


8.- ¿Cuáles son los principales desafíos socioeconómicos y ambientales a los que se enfrenta la industria vinícola de la variedad objeto de la Jornada?


Creo que los principales desafíos de la industria vinícola Monastrell son compartidos también por el conjunto del sector vitivinícola español y casi diría del europeo, condicionados por el marco regulatorio y los nuevos hábitos del Viejo Mundo. Preocupa la caída generalizada del consumo de vino, una tendencia sostenida desde finales del siglo XX que está subordinada por el menor consumo de alcohol y la salud. Y sobre todo inquieta mucho el cambio climático, que en los últimos años parece haberse acelerado. Aquí sobresale el papel de los consumidores, algunos muy exigentes con la reducción de la huella de carbono y la prueba es que hay muchos vinos que etiquetan como veganos.


Los desafíos socioeconómicos y ambientales son muchos y pueden multiplicarse en la próxima década y desbordar a la Agenda 2030. Desde luego, la coyuntura actual es bastante complicada, pues el sector afronta un aumento de los costes en los dos últimos por la inflación y las incertidumbres del comercio internacional, la falta de suministros, las tensiones políticas, las guerras arancelarias -tan dañinas para el comercio de vino-, entre otros problemas. Pero, del mismo modo que el sector se ha adaptado a las tensiones de la globalización del vino desde finales del siglo XX, cabe esperar que las estrategias adaptativas sean proactivas. Las expectativas pueden ser favorables si el sector sigue innovando y acomodándose a las circunstancias más adversas. Confío en este sector, históricamente ha demostrado ser resiliente y más firme que nunca en las últimas décadas.


EN NOMBRE PROPIO


Un lugar de vacaciones: Chichiriviche, en Venezuela, y sus cinco islotes o cayos pertenecientes al parque nacional Morrocoy. Me encantaría volver después de casi 35 años.

Una comida: Manitas de cerdo, como las que hacía mi abuela.

Actividad para desconectar: cocinar y preparar la mesa para los amigos.

Un sueño para el sector: Mantener los viñedos de la variedad Monastrell

Un valor: el compromiso con la sostenibilidad.

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