Ayudas, financiación e inversión

La Unió critica la "doble vara de medir" de la UE por permitir importaciones de terceros países que incumplen la propia normativa comunitaria

jueves, 8 de abril de 2021

Mujeres invernadero empleo jornaleras (Foto MAPA)



La Unió de Llauradors criticó la "doble vara de medir" que utiliza la UE, ya que por una parte "pretende imponer una dura condicionalidad social para acceder a las ayudas con la nueva PAC" pero, por otra parte, "hace la vista gorda y concede ayudas a países terceros o permite las importaciones que incumplen la normativa comunitaria en materia laboral, fitosanitaria o apoyo a la mujer, entre otras",


La Comisión Europea desea vincular las ayudas agrarias en una nueva condicionalidad social al respeto a la normativa laboral, de cobertura social y de seguridad de los trabajadores empleados en las explotaciones agrarias; algo que ya se hace aquí pues la agricultura europea "es de las más avanzadas del mundo en los aspectos agronómicos, medioambientales o laborales", descataron desde La Unió. 


En este sentido, fuentes de la organización agraria indicaron que "preocupa en el sector que esa adaptación que ya cumplimos sea una nueva vuelta de tuerca y provoque al final un aumento de costes y de burocracia, que suponga una perdida de competitividad frente a las agriculturas de paises terceros que no cumplen con los mismos estándares".


Por ello, La Unió propone que exista una "reciprocidad" con las producciones procedentes de países terceros en cuanto a las exigencias normativas europeas, desde las laborales hasta las democráticas pasando por las fitosanitarias o de condicionalidad. 


Hasta que esto no se cumpla, la organización opina que "habría que restringir las importaciones de producciones procedentes de países terceros que no cumplan las normativas comunitarias".


Así, aboga por ejemplo por la suspensión automática de importaciones a la Unión Europea procedentes de países que no tengan ratificado el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, como es el caso de Turquía. 


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha retirado a su país hace unos días del Convenio del Consejo de Europa para la prevención de la Violencia contra las Mujeres y la Violencia Doméstica. Erdogan tuvo también hace apenas unos días "un comportamiento intolerablemente machista" con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.


La Unió también insta a la suspensión automática de importaciones a la Unión Europea procedentes de países terceros que no cumplan con los convenios internacionales del trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como es el caso de Egipto, que prohíbe el reconocimiento oficial de los sindicatos independientes y el pluralismo sindical.


Otro caso es el del golpe de estado en la República de la Unión de Myanmar -antigua Birmania-, con una gran represión diaria por las protestas, y donde La Unió ya pidió que se suspendieran cautelarmente las importaciones de arroz libre de aranceles con ese país hasta que no hubiera garantías democráticas.


El secretario general de La Unió, Carles Peris, apuntó que “la Comisión Europea nos obliga e impone cada vez más exigencias, nos retira productos fitosanitarios sin alternativas, nos quiere pedir ahora más condicionalidad social en una Europa del siglo XXI sobre aspectos en los que somos de los más avanzados del mundo, mientras que permite que luego entren productos en los mercados comunitarios que no cumplen con ninguno de esos condicionantes". 


"Eso en mi pueblo se llama agravio comparativo y en lugar de preferencia comunitaria habría que hablar de preferencia para terceros países", señaló Peris, quien dijo no entender "cómo se nos exige a nosotros tanto y no haya la más mínima intención de establecer una reciprocidad con otros países de fuera de la UE, a los que se les pone la alfombra roja”.

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