El melón, un aliado para combatir el calor y la deshidratación

El melón es una de las frutas perfectas para el verano: fresco, dulce y con un alto contenido en agua, es ideal para combatir el calor y evitar la deshidratación. Además de un aliado para la salud, también lo es para la belleza: ya sea en crema, mascarillas o simplemente machacándolo y aplicándolo sobre la piel, la deja hidratada, suave y tonificada, previniendo las arrugas y las manchas en la piel.

Esta cucurbitácea esconde un misterio pues todavía se desconoce el origen exacto de la especie silvestre. Sin embargo, se sabe que fue domesticada hace más de cuatro mil años en el Mediterráneo oriental y en el oeste de Asia.

El melón es una fruta que, en temporada, puede consumirse a diario. Es muy rica en agua y fibra, pero también destaca por su contenido en vitamina A (evita la sequedad en mucosas y piel), y vitamina E (antioxidante que previene las enfermedades cardiovasculares y el cáncer).

También ayuda a combatir el colesterol alto y la hipertensión, los calambres durante el ciclo menstrual, y favorece el funcionamiento de los riñones.

Pero si en algo destaca el melón, es por su altísimo contenido en potasio, similar al del plátano y fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, además de un potente recuperador tras realizar ejercicio.

¿Por la noche mata?

El refranero popular advierte: “el melón por el día es oro, por la tarde plata, y por la noche mata”. Pero, ¿es posible que en esta ocasión la sabiduría popular no se ajuste a la realidad?

Aunque algunos nutricionistas achacan las digestiones pesadas nocturnas tras ingerir melón a su alto contenido en hidratos de carbono, lo cierto es que es similar al de restos de frutas.

 Sin embargo, su efecto refrescante y el hecho de que se conserve en la nevera, hace que el frescor que aporta al tomarlo nos anime a comer más de la cuenta, causando una saciedad que, a la hora de dormir, puede resultar incómoda. También puede ocurrir que el melón no esté en su punto correcto de maduración.

En cualquier caso, y como todas las frutas, lo mejor es elegir el producto autóctono y consumirlo en crudo, ya que el aporte el fibra se reduce al hacer zumos, sopas o cremas.