Frutos secos, cereales y legumbres

La producción de cereales sube un 62% en Marruecos pese al déficit de lluvias

martes, 2 de mayo de 2023

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La cosecha nacional de cereales en la actual temporada agrícola se estima en 5,5 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 62 % respecto al año pasado, pese a una difícil situación climática registrada en los últimos meses y caracterizada por un déficit de lluvias y altas temperaturas.


De acuerdo con un comunicado del Ministerio de Agricultura marroquí, la producción actual procede de una superficie sembrada en cereales principales de 3,67 millones de hectáreas, con una subida del 2,8 % respecto a la anterior campaña 2021/2022.


Esta cosecha se reparte entre 2,9 millones de toneladas de trigo blando, 1,1 de millones de toneladas de trigo duro y 1,3 millones de tonelada de cebada.


La misma fuente indica que las cuatro regiones de Fez-Meknés, Rabat-Salé-Kenitra, Gran Casablanca-Settat y Tánger-Tetuán-Alhucemas (en el centro, oeste y norte del país) contribuyen con un 82,9 % del total de la producción nacional.


Además, el ministerio prevé un "retorno a la normalidad" de la producción citrícola y olivícola y el aumento de la producción de dátiles en el sur del Atlas gracias a las "favorables" condiciones climáticas.


La nota explica que el inicio de la campaña agrícola este año estuvo marcado por condiciones climáticas "desfavorables" con un retraso de las primeras lluvias, un "destacado" déficit hídrico y una "inadecuada" distribución espacio-temporal de las precipitaciones.


El déficit de lluvias se registró entre septiembre y noviembre pasados, lo cual "retrasó la instalación de los cultivos de otoño e impactó negativamente el estado de los pastizales", según se lee en el comunicado.


La misma fuente detalla que las precipitaciones se concentraron entre la segunda mitad de noviembre y febrero pasados, con pocas lluvias registradas en marzo y principios de abril en algunas regiones.


Añade que la actual campaña también se ha caracterizado por "temperaturas inestables" con mínimos bajos en febrero y marzo y con temperaturas altas a partir de abril, que se situaron por encima de los niveles registrados en la anterior campaña. 

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